El Viaje de Catalina Vallejo a través de la fermentación
Transformó su vida al descubrir en la nutrición integrativa y los alimentos fermentados una vía para mejorar su salud
Catalina Vallejo dedicó 25 años de su vida a la aviación. Durante ese tiempo, convivió con molestias digestivas e infecciones urinarias, problemas que atribuía a los constantes cambios y desequilibrios en su alimentación, inherentes a su estilo de vida laboral.
¿Cómo crear una cocina de ensueño?
Leer másA pesar de tener una maestría, se sentía desorientada. En su búsqueda de soluciones, encontró una escuela de nutrición en Estados Unidos. Tras tomar algunas clases de prueba, decidió profundizar. “Me dije: esto es lo que quiero hacer en mi vida. Necesito mejorar mi sistema digestivo”.
En 2015, Catalina decidió dar un giro a su vida y comenzó un curso que la llevó a certificarse como coach en salud y nutrición integrativa. “Nos enseñaron sobre la microbiota, un tema que para mí era completamente nuevo”, comenta.
Con sus nuevos conocimientos, empezó a incorporar probióticos y suplementos. Sin embargo, al encontrarlos costosos, decidió explorar alternativas y comenzó a preparar sus fermentados, logrando así restaurar su salud de manera accesible y natural.
El primer gran cambio que experimentó fue eliminar el estreñimiento. “Antes pensaba que debía dejar de comer carne; ahora consumo más que nunca y voy al baño con regularidad. Lo que realmente necesitaba era sanar mi sistema digestivo”, explica.
Poco después, notó otro cambio significativo: las infecciones en las vías urinarias desaparecieron por completo. “Pasé años dependiendo de antibióticos, pero ahora esas enfermedades son cosa del pasado”.
Las primeras pruebas
Cata, como la llaman cariñosamente, comenzó a compartir sus productos con su familia y amigos. “Mi mamá cuidaba a mis sobrinos y les daba a probar mis fermentados. Hasta el día de hoy tienen una digestión excelente”, cuenta.
Cómo escribir un libro: Pasos y consejos de expertos en escritura
Leer másLa demanda fue creciendo, al punto de levantarse con frascos en su cuarto. En ese entonces, los fermentados eran prácticamente desconocidos en Ecuador. “Así nació The Greenest me. Por el 2016 comencé a distribuirlos a pequeñas tiendas”, recuerda.
Divide su tiempo con su esposo entre Guayaquil y Dos Mangas. “Nosotros vivimos en una cabaña, en una finca agroecológica. Ver la naturaleza es algo divino”, comparte.
En este entorno, aprovecha para cosechar sus alimentos. “De la tierra al frasco. Por ejemplo, las kombuchas de maracuyá las preparamos con nuestra propia fruta”, explica.
“Mi versión más verde”
Cata explica que, durante su formación como coach de salud, les pedían definir un nicho al cual enfocarse. “Como mi principal dificultad eran los problemas digestivos, decidí trabajar en esa área. Además, por la fuerte influencia anglosajona, opté por un nombre en inglés”.
El nombre refleja su proceso de evolución. “Quería expresar esa transformación hacia una versión más verde y saludable de mí misma, ese compromiso con la salud que estaba floreciendo. En inglés sonaba mucho mejor para transmitir ese mensaje”, detalla.
En el camino, se dio cuenta que hacer alimentos fermentados podía integrarse en su vida de manera significativa. “Esto se convirtió en mi propósito: ayudar a las personas a sentirse tan bien como yo me sentía”.
Descubrió que una microbiota bien nutrida tiene un impacto profundo: “las personas se vuelven más amorosas, piensan con mayor claridad, se relacionan mejor, duermen mejor y contribuyen de manera más positiva a su entorno”. Entendió que esto podía ser el propósito de vida que tanto estaba buscando.
Antes de la pandemia, viajó a Estados Unidos, México, España, India e Indonesia, con el objetivo de aprender sobre diferentes tipos de fermentados. “Viajamos mis bacterias y yo. Sin ellas, yo no soy nadie”, comenta entre risas, destacando la importancia de su compañera.
Miles de beneficios
“Nuestros intestinos y microbiota están conectados a todo nuestro cuerpo mediante diversos ejes”. No es que los fermentados sean específicos para tratar problemas de forma aislada. “Podría decir que el 90 % de los fermentados benefician todas las patologías que pueda tener una persona”, afirma, destacando su versatilidad y efecto integral en la salud.
Los fermentados tienen como primer objetivo aprovechar la fibra de buena calidad, la cual nutre a los microorganismos que habitan en nuestros intestinos. Este proceso genera una enorme diversidad de microorganismos que llegan hasta el final del tracto intestinal. “Todo lo que está aquí” -señalando los frascos- “es ácido, igual que nuestros intestinos”.
En esos frascos habitan trillones de microorganismos que son similares a los presentes en nuestros intestinos. Esa amplia gama y diversidad de fermentados es la que más se asemeja a la ecología interna del cuerpo, razón por la cual son tan beneficiosos.
Los fermentados traen una carga enzimática que actúa como una cocción realizada por los microorganismos. Al ingerirlos, se facilita la descomposición de los alimentos que optimizan la digestión. Por eso, no es lo mismo comer col cruda que consumir col que ha pasado por 30 días de fermentación: la segunda está prácticamente pre-digerida.
¿Qué es el Síndrome de ASIA y cuáles son sus implicaciones en la salud?
Leer másProducto artesanal
El clima influye en la rapidez de este proceso; no es lo mismo la costa que la sierra. “A mayor temperatura, la actividad de los microorganismos se acelera”, explica.
Recomienda trabajar con frutas y vegetales de temporada. “Si hay mucho melón, entonces aprovechamos para hacer bebida de melón. Es una forma de utilizar la estacionalidad de los alimentos”, comenta.
Los productos que ofrece son de fermentación salvaje, lo que significa que no son homogéneos. Por eso, es muy probable que cada lote tenga un sabor distinto, ya que puede contener diversos microorganismos.
muy probable que cada lote tenga un sabor distinto, ya que puede contener diversos microorganismos. Esto, aunque puede ser un desafío en términos de consistencia, le ha permitido mantenerse fiel a su enfoque artesanal. “Tal vez no he crecido tanto, pero mantengo ese enfoque artesanal”.
Hoy en día, además de producir sus fermentados, organiza talleres para aquellos interesados en aprender a hacer sus propios productos, llevando las enzimas a todos los que desean incorporar esta alimentación a su vida.
Tradición ancestral
En Ecuador, la fermentación ha sido una práctica ancestral en la alimentación. Un claro ejemplo de esto es la chicha, una bebida tradicional. En la región del Oriente, se realiza la fermentación de la yuca, y también hay fermentación de ciertos tipos de pescado. Sin embargo, la chicha es probablemente el proceso más representativo de los Andes. Este es un proceso largo y laborioso, lo que explica por qué, con el tiempo, muchas personas dejaron de hacerlo por sí mismas.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!