¿Víctima del ojo seco? la regla del 20-20-20 y otros remedios
La razón: el uso de ordenadores, móviles y tabletas que sumados a otros factores hacen de ella uno de los motivos más frecuentes de consulta en oftalmología
La disminución en la producción de lágrimas, una evaporación elevada o un desequilibrio en la composición de estas son las principales causas del ojo seco.
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Leer másHoy se estima que afecta a uno de cada diez adultos españoles mayores de 40 años, aunque otras cifras elevan la prevalencia a entre el 15 y el 30 % de la población total.
Clásicamente, la enfermedad solía presentarse a partir de los 60 años, pero actualmente se ve a todas las edades. Y, como es crónica, el número total de pacientes “va aumentando exponencialmente”, indican los expertos.
Los síntomas
La mayoría de los síntomas causan incomodidad, como la sensación de tener arenilla o tierra dentro del ojo, ardor, escozor, necesidad de estar con los ojos cerrados…
El otro grupo de síntomas son los problemas visuales, como la mala visión, la fotosensibilidad y la fatiga visual que aparece cuando no parpadeamos y que mejora transitoriamente al parpadear.
Pero se repite cíclicamente, haciendo imposible el trabajo u ocio visual y afectando negativamente a la calidad de vida.
Ante cualquiera de estos indicios es obligada la visita al oftalmólogo para confirmar que se trata de ojo seco y/o descartar otras dolencias oculares.
Junto a las ya clásicas lagrimas artificiales -sin conservantes- u otras fórmulas que debe recetar el médico, existen remedios que pueden aliviar esta patología y que hoy por hoy no tiene cura.
Sin ir más lejos, la regla del 20-20-20 o un simple paño caliente puede surtir efecto, y así lo cuenta a EFEsalud el catedrático de Oftalmología José Manuel Benítez del Castillo, autor del libro “La Enfermedad del Ojo Seco. Mitos y Realidades” (IDEMM Farma ).
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Leer másOjo seco: la regla del 20-20-20
Además de los tratamientos existentes, los oftalmólogos estadounidenses, han desarrollado una regla nemotécnica que puede resultar de utilidad.
Es la del 20-20-20 y consiste en parar durante 20 segundos, cada 20 minutos de trabajo intenso ante el ordenador, un libro o una televisión, y mirar hacia el frente a 20 pies (unos seis metros).
Esta práctica favorece parpadear con más frecuencia y recuperar la superficie ocular.
La importancia del parpadeo
“Cuando miramos de lejos parpadeamos unas 17 veces por minuto, pero al mirar de cerca y fijar la vista, el número de parpadeos cae por debajo de cinco y si la actividad que estamos realizando es más interesante o estresante, parpadeamos aún menos”.
Y además, añade el autor en su libro, los pocos parpadeos que se realizan son incompletos o parciales, por lo que resultan menos efectivos y dejan la parte inferior del ojo expuesta.
“La situación es tal que los oftalmólogos cada vez vemos más niños con ojo seco porque se pasan las horas viendo vídeos de YouTube en la tableta o jugando a videojuegos ante el televisor”.
El motivo es que con el ordenador portátil abrimos menos los ojos ya que miramos hacia abajo.
El uso de gafas
También advierte que el uso de de gafas resulta fundamental: llevar una gafa normal supone que se evapore un 40 % menos de lágrima que en aquellas personas que no las llevan.
El motivo, explica, es que impiden que pase el aire, que evapora la lágrima y es por eso que cuanto más cerradas sean las gafas, mejor.
Otros remedios
Otra solución sencilla, refiere, es utilizar una toalla o una compresa que hayamos calentado con vapor o con agua caliente, y con una temperatura que no dañe la piel.
Hay que colocarla sobre los párpados mientras se tumba uno en la cama o se relaja en el sofá.
Bastarán tres minutos para disolver la grasa solidificada de las glándulas de Meibomio, que son las glandulas lacrimales de nuestro ojo y al solidificarse su grasa se obstruyen y provocan el ojo seco.