Voluntariado: un regalo de amor y servicio
Las fundaciones trabajan durante todo el año a favor de quienes más lo necesitan, pero en diciembre, época navideña, alegran aún más la vida de niños y adultos.
Sin duda, es admirable la labor que hacen los voluntarios en el país. Para ellos, no hay tiempo para el descanso, porque un día sin trabajar podría significar perder la oportunidad de recibir una donación para los grupos que benefician.
Ayudan los 365 días del año y es en diciembre cuando, por la Navidad, hacen más eventos festivos para las personas en situaciones de vulnerabilidad.
SEMANA conversó con los líderes de algunas fundaciones de Guayaquil para conocer más sobre ellas y estar al tanto de las actividades que han decidido implementar durante este mes (y en las que usted también puede participar con donaciones o su ayuda presencial), para llevar la felicidad de la Navidad a cientos de niños y adultos.
La satisfacción de ayudar
El deseo de Andrea Sánchez por servir a los demás se cristalizó hace tres años, cuando creó la Fundación Manitos en Acción. Su actividad principal consiste en entregar comida a los habitantes de la calle (indigentes) y de movilidad humana (migrantes) todos los miércoles por la noche. Junto a seis personas del staff y más de 15 voluntarios, recorren varios sectores de Guayaquil para brindar alimento, conversar con ellos y lograr sacarles una sonrisa. Mensualmente, también ayudan a niños con enfermedades catastróficas y fomentan el bienestar animal (recogiendo perros y gatos de las calles, dándoles atención médica y buscando un hogar para ellos).
Desde el domingo pasado, ellos comenzaron las celebraciones por Navidad. Hicieron su primera fiesta en el recinto Gramínea Selecta (del cantón Samborondón, vía Tarifa) y alegraron el día a 150 niños. Concursos, animación con disfraces, juegos con espuma y entrega de dulces y kits de alimentos fueron algunas de las actividades que desarrollaron. Además, el miércoles 8 de diciembre, hicieron su tradicional recorrido en las calles para entregar comida a 250 personas aproximadamente, con las que también cantaron villancicos, bailaron y celebraron con el espíritu de estas fechas.
¿Qué es lo que se viene? Sánchez cuenta que el 25 de diciembre viajarán al cantón San Miguel (Guaranda) para hacer donaciones de medicina, ropa, juguetes y snacks para 200 niños del Santuario de Lourdes. Finalmente, el 8 de enero harán su último evento festivo para niños en una institución de acogida.
Listos para generar un cambio
Aunque cuidar a un adulto mayor puede ser una tarea extenuante, retadora y constante, para Fernanda Salazar significa seguir el legado de su padre, el doctor José Salazar. Hace 21 años, él inició con el voluntariado al llevar a su casa en Durán a personas de la tercera edad que encontraba abandonadas. Fernanda recuerda que su padre, como misionero y pastor cristiano, le decía que tenía un llamado especial por parte de Dios y que por eso los ayudaba.
Ahora, ella es quien está a cargo de la Fundación Clemencia, ONG que crearon en familia. Rescate, limpieza y atención médica son las primeras acciones que brindan a todos los abuelitos que encuentran en la indigencia. Una vez que ingresan al centro, también cuentan con lavado de ropa, enfermería, cuidado geriátrico, terapias físicas y actividades recreativas. El asilo está ubicado en la avenida Honorato Vásquez y km 26, vía Perimetral (frente a la entrada de la 8). Dan hogar a 60 adultos mayores y el plan para el próximo año es que el número de personas se duplique.
Cada año en diciembre, organizan el Mercadito Navideño Benéfico y el dinero recaudado se utiliza para hacer una cena en Nochebuena. Pese a que la mayoría de abuelitos no reciben visitas, han logrado crear una nueva familia en el asilo y, en estas fechas, se unen para celebrar el nacimiento del niño Jesús. “Incentivo a las personas a que se sumen a la causa y dediquen un tiempo a los demás. Hay una parte del alma que se siente llena cuando se da a cambio de nada. El beneficio es para uno mismo, porque mejor es dar que recibir”.
Sembrar amor, esa es la misión
Ver la sonrisa de un niño y lograr que tenga una mejor calidad de vida es lo que motiva a Amy Villafuerte a hacer voluntariado. Fue en el 2014 cuando creó la fundación Mercy’s Hands y, desde entonces, ha beneficiado a cerca de mil hogares.
La misión principal de esta ONG es llegar a sectores de escasos recursos (en Durán, La Ladrillera y la Isla Trinitaria), en donde entrega alimentos, ofrece brigadas médicas, comida y ropa a sus habitantes.
Todas las semanas hay refuerzo escolar para los más pequeños y organizan actividades artísticas para su recreación.
Belén Bonnard: Su pasión por el voluntariado la convirtió en una mamá influencer
Leer másActualmente, los voluntarios ayudan mensualmente a cerca de 500 niños y, en el pasado, también han estado en la Sierra, Amazonía y Perú.
“No importa qué tan grande sea el proyecto, si hay buena voluntad y amor, Dios va a proveer todo. Servir al resto logra que descubramos un amor diferente al resto. Te llena el corazón y empiezas a descubrir que la verdadera felicidad está en dar”, menciona Villafuerte.
Ella y los 50 voluntarios alistan los preparativos para las tres fiestas navideñas que tienen planificado para este mes.
Obsequiarán juguetes y alimentos a los niños y padres. Y, aunque continúan buscando donaciones, están seguros de que una vez más lograrán llegar a la meta.
“Con estos festejos los niños crean memorias únicas. Es darles la oportunidad de que vivan una etapa hermosa y que puedan sembrar el amor para que cuando sean adultos, también puedan transmitirlo al resto”.