Una app para aprender el lenguaje de señas, el logro de cinco niños ecuatorianos
Los pequeños, quienes reciben talleres de robótica y programación de forma virtual, se entusiasmaron con la idea de aportar con sus conocimientos a la sociedad. La descarga y el uso de la app es gratis
¿Cómo se dice ‘color rojo’ en lenguaje de señas? Te llevas el puño de la mano hasta la nariz. ¿Cómo se dice ‘color negro’? Abres la palma de la mano y enseguida comprimes los dedos a excepción del pulgar. Estas interpretaciones y muchas más, se pueden aprender de manera graficada y con movimientos, a través de una aplicación móvil (app) gratuita llamada Lengua de Señas EC, que crearon cinco niños como aporte a la inclusión de Ecuador.
De acuerdo al Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis), en su último registro de abril pasado, en Ecuador hay 472.213 personas con discapacidad. El 14.13 % de ellas tienen discapacidad auditiva, es decir, no escuchan bien o no escuchan, de ahí que tampoco puedan hablar o comunicarse eficientemente.
Es que, además, el lenguaje de señas no es universal. Varía dependiendo del país. Los niños y adultos con discapacidad auditiva, para aprender el lenguaje oficial ecuatoriano, tienen que acudir a los institutos educativos especiales o tener un guía que les enseñe, vías de aprendizajes a las que no todos tienen acceso.
Y justamente para acortar brechas de comunicación con quienes no pueden escuchar, Luciana, Juan Pablo, Josué, Nicolás y Diego, los cuatro primeros quiteños y el último guayaquileño, quienes tienen entre 8 a 13 años de edad, han creado esta app, con la que se puede aprender las letras del abecedario, los colores, decenas de nombre de animales y otras informaciones básicas y elementales de la comunicación, en lenguaje de señas.
Se trata de crear un puente entre la tecnología y las personas con discapacidad auditiva. Le propusimos a los niños la idea de elaborar una aplicación de lenguaje de señas para aportar con sus conocimientos a la sociedad, y ellos estuvieron encantados con el proyecto y dispuestos a trabajar en él.
Nathaly se capacita en lenguaje de señas y junto a su esposo Patricio Narváez, tiene un club llamado Go-bots donde imparten talleres particulares de inglés, robótica, programación y circuitos a los pequeños innovadores. En una de sus clases, surgió la idea.
“Pensamos que, si ya le enseñábamos herramientas tecnológicas como programación y circuitos, podíamos proponerles usar esos conocimientos para crear algo que le haga bien a la sociedad”, cuenta la maestra.
Fue así que, durante dos semana, cada uno de los menores dedicó más de una horas al día en el desarrollo de una parte de la aplicación: Luciana hizo el diseño de la aplicación; Juan Pablo se encargó de la programación de cada letra; Josué le dio el movimiento a los botones y dinamismo a las imágenes; y Nicolás y Diego programaron la aplicación en Scratch (software de programación para juegos y videojuegos).
El resultado: Una aplicación colorida, dinámica y ordenada, que tiene en su pantalla de entrada, cuatro íconos que llevan al usuario a una lista de colores y figuras que al presionar revelan con señales manuales la interpretación de las palabras en el lenguaje de señas.
“Fue muy interesante desarrollar esta aplicación, porque además de ser una herramienta educativa, que enseña a las personas a comunicarse en lenguaje de señas, nos divertimos mucho haciéndola”, cuenta Nicolás Fernández, de 10 años, uno de los inventores de la app. “A las personas les va a servir mucho esta aplicación que hemos desarrollado. Por eso queremos mostrarla y que las familias se enteren que pueden hacer uso de ella, de forma gratuita”, acota Luciana Vidal de 11 años.
Los chicos pretenden seguir desarrollando aplicaciones encaminadas a ayudar a la ciudadanía y a los grupos vulnerables del país. Todos coinciden en su deseo de inclinarse en carreras tecnológicas para cuando sean adultos.
La aplicación está disponible en App Inventor y estará lista en Google Play a partir de junio.
“En un año tenemos pensado retomar con más fuerza este proyecto y agregarle más botones y opciones de aprendizaje de lenguaje de señas. Nosotros los maestros dimos la idea, pero ellos desarrollaron cada detalle, hicieron todo. Lo que queremos, como guías, es que los niños ya no solo sean consumidores de tecnología, sino que también sean creadores de ella. Y ahora ellos ya saben cómo usar sus conocimientos para aportarle al mundo”, concluyó Patricio, el profesor de programación.
