La ciencia recomienda cómo reducir la ira tras un insulto o provocación
Una alternativa consta en escribir en un papel la reacción y luego triturarlo o tirarlo para reducir el sentimiento
Recibir un insulto o ser objeto de una provocación puede causar ira en muchas personas, pero basta con escribir en un papel la reacción ante un incidente negativo y luego triturarlo o tirarlo a la basura para reducir ese sentimiento.
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Leer másEsa es la ‘receta’ de un equipo de investigadores de la Universidad de Nagoya (Japón) en un estudio que publica este 9 de abril Scientic Reports, basado en años de investigación sobre la asociación entre la palabra escrita y la reducción de la ira.
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"Esperábamos que nuestro método suprimiera la ira hasta cierto punto", sin embargo “nos sorprendió que la ira se eliminara casi por completo”, indicó el investigador principal, Nobuyu Kawai, en un comunicado.
Trabajos previos muestran cómo las interacciones con objetos físicos pueden controlar el estado de ánimo de una persona. En el caso de ira, intentar controlarla, lograr reducir sus consecuencias negativas tanto en el trabajo como en la vida personal. Sin embargo, muchas técnicas de control de esta emoción carecen del apoyo empírico de la investigación y pueden ser difíciles de recordar cuando se está enfadado.
Para el estudio, un grupo de voluntarios escribió breves opiniones sobre problemas sociales importantes, por ejemplo si habría que prohibir fumar en público, y se les dijo que sus escritos serían evaluados. Los resultados estaban, seguramente, muy lejos de lo que esperaban, pues todos ellos, independiente de lo hubieran escrito fueron puntuados con bajo en inteligencia, interés, simpatía, lógica y racionalidad.
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Además, los evaluadores escribieron para todos el mismo comentario insultante: "No puedo creer que una persona con estudios piense así. Espero que esta persona aprenda algo mientras esté en la universidad".
Tras recibir esas opiniones negativas, los contrariados voluntarios escribieron sus pensamientos sobre los comentarios que habían recibido, centrándose en lo que desencadenaba sus emociones. Un grupo tiró la opinión que acababa de escribir a la papelera o la guardó en un archivo en su escritorio; el otro grupo destruyó el documento en una trituradora o lo metió en una caja de plástico.
Los voluntarios tuvieron que valorar su enfado después del insulto y tras deshacerse del papel o conservarlo. Como era de esperar, todos los participantes manifestaron un mayor nivel de enfado tras recibir comentarios insultantes. Sin embargo, los niveles de enfado de los individuos que tiraron el papel a la papelera o lo trituraron volvieron a su estado inicial tras deshacerse del papel.
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