Pacientes confirmados y sospechosos de Covid-19 luchan también contra la ansiedad y la depresión
Un estudio hecho en Ecuador determina que la pandemia afecta de forma significativa la salud mental de pacientes dentro del cerco epidemiológico por coronavirus
Fatiga, tristeza, agitación, alteración del sueño y el apetito son algunos de los síntomas que pueden presentar las personas que se encuentran en un estado de ansiedad o depresión, un estado mental cuya presencia ha aumentado desde la aparición del coronavirus.
Esta serie de indicios fueron detectados en un grupo de pacientes dentro del cerco epidemiológico por COVID-19 (casos confirmados y sospechosos), en el marco de un estudio realizado en Ecuador por la Universidad De Las Américas (UDLA), basado en los cercos implementados por el Ministerio de Salud Pública (MSP).
Los resultados del trabajo, publicados recientemente en la revista Psychiatry and Clinical Neurosciences (PCN), revelan que existe una prevalencia de síntomas de ansiedad y depresión en los pacientes que han recibido un diagnóstico positivo para covid-19 al igual que quienes se encuentran bajo sospecha de este, además de los propios síntomas físicos que provoca el virus.
El estudio se llevó a cabo entre el 22 el de marzo y el 18 de abril por un grupo de 11 profesionales, entre psicólogos y médicos, que realizaron un seguimiento a un total de 759 individuos (306 confirmados y 453 sospechosos).
Clara Paz, la docente investigadora de Psicología de la UDLA que lideró el trabajo, explica hallaron que la prevalencia de depresión y ansiedad de los pacientes estudiados, no es diferente entre sospechosos y quienes son confirmados por el virus.
El estudio encontró que 22,9% de los pacientes confirmados y 18,5% de los sospechosos presentaron síntomas de depresión. Así también, el 24,2% de los confirmados y el 21,4% de los sospechosos presentaron síntomas de ansiedad.
Vimos que no había diferencias entre los síntomas de depresión y ansiedad entre los grupos. Eso nos hacía entender que no es que la enfermedad produce depresión sino la situación, ya que en lo psicológico se implica mucho lo social.
La psicóloga aclara que lejos de tratarse de un estudio genético, la investigación comprende un proceso en el que las personas eran entrevistadas telefónicamente y luego llenaban una serie de encuestas online.
Paz también señala que teniendo en cuenta estos hallazgos, el hecho de tener la enfermedad o ser sospechosos de padecerla, ya le produce a la persona “un sinnúmero de preocupaciones que pueden exacerbar la presencia de estos síntomas”.
ECUADOR vs. CHINA
Al comparar los resultados del trabajo con otros similares en el extranjero, como en China, encontraron que la prevalencia de ansiedad fue mayor en Ecuador. Mientras que en el país asiático las cifras de depresión fueron más altas: 29,2% para pacientes confirmados y 9,8% para sospechosos, en relación con los datos de la UDLA.
Con respecto a la prevalencia de ansiedad, el estudio mostró mayores niveles de ansiedad tanto en pacientes confirmados (24.2% frente a 20.8%), como sospechosos (21.4% frente a 10.2%), en comparación con el de China.
“Eso nos invita a pensar en la posibilidad de que haya características más sociales que estimulen esta diferencia. No obstante, cabe recalcar que la población en el estudio de Ecuador era más grande que la de China puesto que allí solo se analizó a unas 100 personas”, manifiesta la experta.
Paz señala que este trabajo ayuda a comprender la magnitud de los síntomas de salud mental en esta población y, por lo tanto, pueden ser un parámetro para la toma de decisiones sobre la necesidad de atención en salud mental, por parte de los organismos estatales.
Por otro lado, la psicóloga enfatiza en que su equipo todavía no ha creado diagnósticos específicos de ansiedad y depresión, pero sí se evidencia una gran cantidad de síntomas en la población general. Una de las razones a tener en cuenta sobre la explicación de este fenómeno se debe a que los ciudadanos están viviendo una situación de crisis prolongada, indica Paz.
Ante esto, la especialista ofrece algunas directrices generales para seguir durante la pandemia y poder establecer un estado de salud mental mucho mas óptimo:
Ahora el equipo de investigadores se encuentra elaborando otros estudios para detectar la prevalencia de estos síntomas de salud mental en la población general y que puedan identificar con qué otro métodos las personas se sienten mejor.
