COVID-19: "Ecuador no está listo para producir o reproducir una vacuna"
Según expertos, solo las asociaciones estratégicas con países de la región como México o Argentina, podrían garantizar que lleguen lotes de vacunas
La carrera por desarrollar una vacuna contra el coronavirus o SARS-CoV-2, causante del COVID-19, sigue en marcha y no ha dejado de generar expectativas desde el inicio de la pandemia. Empresas farmacéuticas como Moderna, Pfizer y AstraZeneca, que trabajan en alianza con la universidad británica de Oxford, están al frente de esta búsqueda, junto a tres laboratorios que desarrollan vacunas en China.
COVID: EE.UU. dibuja un plan para distribuir la vacuna en octubre
Leer másPrecisamente AstraZeneca, con sede en Reino Unido, parece poner cada vez más cerca a la vacuna británica en la región; luego de que Argentina y México cerraran un acuerdo con dicho laboratorio para la producción y distribución de la dosis en América Latina.
Teniendo en cuenta estos precedentes, el Gobierno ecuatoriano quiere meterse en la carrera, o por lo menos anunció sus intenciones de hacerlo. Y es que el pasado domingo 16 de agosto, el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, aseguró que Ecuador también está en la capacidad de fabricar las vacunas contra el nuevo coronavirus, aunque un día después aclaró que de lo que se tiene capacidad es de reproducirla y distribuirla.
El ministro también había mencionado en a finales del pasado mes de julio, que el país participará en los ensayos clínicos de una vacuna para combatir la Covid-19 pero hasta la fecha no se ha concretado ningún acuerdo.
Asimismo, en una entrevista radial posterior a las declaraciones de Zevallos, el viceministro de Salud, Xavier Solórzano, explicó que Ecuador apunta a sumarse en la iniciativa de producción de la vacuna y señaló que sí se tiene el personal y los equipos para este proceso.
"No estamos pensando que nosotros vamos a desarrollar una vacuna sino que podríamos hacer lo mismo que están haciendo Argentina, Brasil, México para recibir la transferencia tecnológica de AstraZeneca o cualquier otro laboratorio que esté desarrollando la vacuna una vez que se haya probado su seguridad y su eficacia empieza la fase de producción", dijo.
Pero, lejos de que Ecuador pueda producir la vacuna de la COVID-19, expertos consultados por EXPRESO explican que el país tampoco contaría con la capacidad de reproducción y distribución de este tipo de biológicos.
¿ECUADOR CUENTA CON LA CAPACIDAD PARA FABRICAR O REPRODUCIR VACUNAS?
Para el epidemiólogo Aquiles Henríquez-Trujillo, quien es experto en evaluación de tecnologías sanitarias, la respuesta es no.
El investigador comenta que países como Brasil, Argentina o México pueden hacer este tipo de procesos porque ya cuentan con la infraestructura necesaria para la producción de biológicos y han venido operando con dicha infraestructura desde hace años. “Nosotros tendríamos que recién montar esa infraestructura y eso es lo que no lo hace tan viable”, explica.
Vacuna de Moderna, en etapa inicial, bien tolerada entre adultos mayores
Leer másENTONCES... ¿QUÉ PUEDE Y QUÉ NO PUEDE HACER ECUADOR?
Henríquez señala que la fase de desarrollo de vacunas en la que nos encontramos actualmente a nivel mundial tiene que ver con la investigación clínica (fase 3), es decir, con la evaluación de los productos candidatos en humanos para comprobar si son seguros y pueden generar una respuesta de defensas adecuada para que haya protección ante la infección.
Teniendo en cuenta aquello, el experto puntualiza que Ecuador podría comprometerse en participar en estos estudios con ecuatorianos voluntarios que quieran ser parte de la prueba de vacunas, lo cual permitiría tener “un pie dentro de la posibilidad de que después nos favorezcan cuando la vacuna se puedan fabricar”.
Esto en razón a que, a criterio del científico, las asociaciones estratégicas con países de la región como México o Argentina, podrían garantizar lotes de producción de estos biológicos una vez que estén listos.
Primero debemos aprender a gatear, y hacerlo bien, en lugar de generar estas falsas expectativas, que yo diría que incluso son demagógicas, de ofrecer la producción de una vacuna cuando ni siquiera podemos pagarle el sueldo a nuestros profesionales.
Y es que Henríquez enfatiza que el país no tiene en este momento la capacidad instalada para fabricar la vacuna y advierte que aún teniendo “la receta” sobre los componentes que hay que utilizar y todo el proceso de manufactura, Ecuador tampoco podría fabricarlo porque no dispone de las industrias necesarias.
¿Las razones? Entre ellas podríamos destacar, sobre todo, la falta de inversión que arrastra el país desde hace años en este campo:
Perú: llegan vacunas de China para ensayar con 6.000 voluntarios
Leer másPERO, ¿POR QUÉ ES TAN GRANDE LA INVERSIÓN?
La respuesta se encentra en los requisitos. Henríquez sostiene que en cada una de las fases de producción industrial de una vacuna hay una serie de parámetros por cumplir para garantizar la pureza de la sustancia que se fabrica y para evitar una posible contaminación en ella, pero que “en estos momentos, Ecuador perdió esa capacidad”.
No siempre fue así, o al menos eso apunta el experto. “Ecuador tuvo esa capacidad de fabricar vacunas muchos años atrás, de hecho, desde el año 1941, cuando el extinto Instituto Nacional Leopoldo Izquieta Pérez era el estandarte de la investigación de salud pública en el país y fue adquiriendo progresivamente la capacidad de fabricar vacunas”.
Sin embargo, el epidemiólogo resalta que todos esos logros se fueron perdiendo con los años junto al nivel tecnológico necesario para producir biológicos y ahora el país tiene que importar la mayoría de ellos “porque no ha existido la suficiente inversión o no ha existido el interés en invertir para mantener esta capacidad de producción".
Las ataduras de la ciencia en Ecuador
Leer másLA ACADEMIA COMO COLABORACIÓN PRINCIPAL
Para el inmunólogo Manuel Baldeón, director del Centro de Investigación Biomédica de la UTE, la academia debe ser un punto de apoyo primordial para el Estado no solo en la hipotética decisión de producir un vacuna en el país, sino también en adquirirla del extranjero. Baldeón menciona que cuando llegue la vacuna habrá que evaluarla y que los profesionales de la ciencia tendrán que estar ahí para hacerlo.
Eso es deber del Gobierno y desde las universidades estamos prestos para trabajar. En todo este contexto de compra de tecnología para prevenir, evaluar y tratar el Sars-Cov2, nosotros deberíamos estar ahí”.
El experto pone de ejemplo lo que pasó en España meses atrás, cuando en el país ibérico llegaron lotes de pruebas rápidas que fueron evaluadas por científicos locales y tuvieron que ser devueltas al no ser útiles. Asimismo, Baldeón recuerda que en Quito se gastaron millones de dólares en la adquisición de unas pruebas rápidas que “no sirven para distinguir si una persona está o no contagiada”.
“Todos esos componentes se deben tomar en cuenta no solo para saber comprar sino también para saber evaluar lo que se está comprando”, enfatiza el científico.
Baldeón sostiene que la vacuna que debemos adquirir para el uso en la población tiene que ser una vacuna en la que se haya evidenciado que su aplicación previene la infección, “independientemente de la marca, de la compañía y de donde venga”. Añade que esto “no es un asunto político, sino un asunto científico”.
Italia comienza a probar en humanos su propia vacuna contra la COVID-19
Leer másMEDIDAS DE BIOSEGURIDAD Y REQUERIMIENTOS
Baldeón explica que las vacunas tienen que administrarse a población sana, por lo tanto, todos los estándares de limpieza, farmacología y producción deberían estar al más alto nivel para que la administración de un compuesto con alguna vacuna no cause alguna enfermedad.
El inmunólogo dice que si es que existen en la región o en el mundo estas compañías que tienen ya desarrollada la vacuna, hay que plantearse una pregunta: “¿Nos conviene a nosotros comenzar desde cero o podemos por el momento comprar y/o colaborar con ellas?”
Algo interesante sería que una contraparte nacional trabajara con estas compañías internacionales y hacer los estudios con nuestra población. De esa forma nos aseguramos que un producto elaborado en otras latitudes funciona en la población ecuatoriana y así poder tener datos nuestros.
Y es que al igual que Henríquez, para Baldeón la colaboración es un punto clave en el contexto de la búsqueda de una vacuna para el Sars-Cov-2 en Ecuador:
El científico explica que el hecho de que alguna institución o laboratorio del país esté en la capacidad de producir o reproducir una vacuna va a depender mucho de qué tipo de vacuna sea, pero que en general la ciencia aún tiene capacidad muy limitada en Ecuador.
En Argentina y México se producirá una vacuna para Latinoamérica
Leer másBaldeón cuenta que, por ejemplo, la vacuna de la farmacéutica Moderna sería muy difícil reproducirla en el país ya que en ella se requiere crear nanopartículas con el genoma del virus adentro y una serie de parámetros que no se podrían cumplir aquí.
“No conozco a alguien que pueda hacer esto, que esté cultivando adenovirus. Además, para hacer este tipo de vacunas se necesitan laboratorios de seguridad 3 o 4 y por el momento no existen en el país”, manifiesta.
El experto concluye que algo más realista que se podría plantear para la producción de una vacuna en Ecuador, sería realizar vacunas sintéticas con la industria farmacéutica nacional en donde se tienen proteínas del microbio unidas a compuestos que estimulen la respuesta inmune.