La historia de una niña que crea robots desde los 4 años: Emily Ulloa
Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer y Niña en la Ciencia, con el fin de acabar con estereotipos y visibilizar que las mujeres son igual de capaces que los hombres en todas las áreas del conocimiento. EXPRESO recuerda la historia de la "niña genio" de Manta.
Emily tiene 11 años y, en 2019, se saltó el último año de escuela para cursar el primero de colegio en el Stella Maris. Un test de inteligencia que sugirieron sus padres le permitió demostrar sus conocimientos. Sin embargo, en programación e impresión 3D, su alcance va más allá del bachillerato. En Manta, ciudad en la que nació, la conocen como la “niña genio”.
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Leer másElla es la miembro más joven de la comunidad Girls in Tech Ecuador y crea robots desde los 4 años. EXPRESO la conoció en la quinta edición de Campus Party Ecuador (2015). Hoy domina herramientas como las tarjetas Arduino y los lenguajes de programación Scratch y S4A. Todo gracias al autoaprendizaje en línea (e-learning).
Una de sus creaciones es Dini-Robotini, pensado para ayudar a los niños con autismo a expresar sus sentimientos a través de movimientos, luces o mensajes de voz. También creó a Morritos y Manchitas Flash, dos máquinas seguidoras de líneas y, decenas de proyectos con Mindstorms, una línea de robótica para niños fabricada por Lego.
Su inclinación hacia la robótica se ha dado gracias al ambiente tecnológico familiar en el que se desenvuelve. Su padre (Luis) y su tío (Miguel López), ambos ingenieros en Sistemas, han sido sus mentores. Mientras que su madre, Juliana, ha sido su compañía para viajar dentro y fuera del país a competencias, conferencias y capacitaciones.
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Leer másY es que Emily, además de su alto coeficiente intelectual, posee una gran facilidad de palabra y desenvolvimiento escénico que la han llevado a mostrar su talento ante miles de personas en iniciativas como TedxQuito y a cumplir con invitaciones de universidades en Guayaquil, Quito, Cuenca y Nueva York.
En lo que respecta a las competencias, la primera que ganó fue una de la Asociación Ecuatoriana de Robótica en Quito, a los seis años, con Dini - Robotini.
Desde su primer triunfo sus conocimientos han ido en ascenso y, además de la programación, ha descubierto dos nuevas pasiones: la electrónica y la impresión 3D. Sobre la primera aprende a través de Coursera (plataforma de educación virtual) e incluso tomó un curso certificado por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Y, para la segunda, se apoya en YouTube y Tinkercad (software de diseño e impresión 3D online y gratuito).
En su habitación, que parece más un cuarto de estudio, tiene una Flashforge. Se trata de una impresora 3D con la que ha creado desde partes que le faltan a sus robots y muñequitos que vende en ferias, hasta una prótesis para un gato al que le faltaba una de sus extremidades delanteras y que encontró cerca de su casa.
Emily es un ejemplo de que el autoaprendizaje es un sistema que beneficia el desarrollo integral del estudiante, asegurando una capacitación permanente. A ella, además de inclinarla hacia las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), le ha servido para adelantarse en sus estudios.