Hombre generando imágenes a través de textos
Un hombre crea un universo desde su computadora, en una escena que simboliza cómo la inteligencia artificial transforma palabras en mundos visuales.Ilustración con IA - ChatGPT

La palabra creó el universo, hoy el texto genera mundos: ¿es la IA el fin de lo real?

La IA transforma texto en videos cada vez más realistas. ¿Estamos frente al futuro del contenido… o el fin de la realidad?

En el principio fue la palabra. Y la palabra creó el universo. Esa idea, presente en tradiciones religiosas y filosóficas, parecía durante siglos exclusiva de lo divino. Pero en 2025, esa frase adquiere un nuevo sentido: basta con escribir una frase —un prompt— para que la inteligencia artificial genere un mundo, una imagen, un rostro, una escena. Y eso, aunque parezca mágico, tiene un trasfondo inquietante: ¿Estamos ante el fin de la realidad tal como la conocemos?

Un nuevo Génesis digital

Durante siglos, los humanos imaginaron a dioses creando el mundo con la voz. Hoy, plataformas como Veo 3 de Google lo hacen a partir de texto. Escribir “Un canguro sosteniendo una tarjeta de embarque en la puerta de un aeropuerto, con una mujer discutiendo con el personal de la aerolínea, en un entorno realista", basta para ver el resultado en video, animado, fluido y convincente. Y no hablamos del futuro: hablamos de ahora.

La capacidad de crear mundos con palabras nos convierte, simbólicamente, en pequeños dioses digitales. Pero mientras nos asombramos con este poder, no todos están preparados para discernir qué es real y qué no. Y ahí comienza el verdadero dilema.

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Desde hace décadas —y probablemente desde siempre— la humanidad ha sido acechada por una pregunta existencial: ¿y si no somos reales? ¿Y si todo esto es una simulación? Son teorías que han rondado la filosofía, la religión y la ciencia ficción, apareciendo una y otra vez con distintos disfraces. Pero fue con películas como Matrix que esa inquietud se volvió visual, visceral y masiva: en ese mundo, los humanos vivían atrapados en una ilusión generada por máquinas, ajenos a su verdadera existencia, dormida en cápsulas. Lo que parecía una fantasía oscura hoy se siente como una posibilidad tangible.

Y es que el avance exponencial de la inteligencia artificial ha devuelto esa teoría a la mesa de discusión, ya no como dilema abstracto, sino como una experiencia cotidiana. Hoy, con solo escribir una frase —un prompt—, podemos generar un personaje, un entorno, una historia. Lo que antes era considerado un acto divino —crear con la palabra— ahora también es una función computacional. Y eso nos obliga a pensar (aunque sea bien bajito): y si nosotros podemos crear mundos con texto, ¿no es posible que alguien más haya hecho lo mismo con nosotros?

Mientras esa duda filosófica vuelve a latir, también aparece un fenómeno práctico y urgente: vivimos rodeados de contenido generado por IA que circula sin control, sin contexto y sin verificación. Y muchos ya no son capaces —o no están dispuestos— a distinguir lo falso de lo real.

En las últimas semanas, las redes sociales se han llenado de ejemplos:

  • Un supuesto gesto nervioso de uno de los hijos de Shakira, con miles de interpretaciones.

Todos falsos. Todos generados o alterados con inteligencia artificial. Y todos creídos por miles de personas sin verificar su origen. ¿Por qué? Porque ver para creer ya no funciona. Y porque nadie nos enseñó a mirar con nuevos ojos.

El verdadero peligro: la indiferencia

La IA no solo crea contenido: crea espejos. Refleja nuestras emociones, deseos, frustraciones. Y cuando no sabemos mirar críticamente, esos reflejos se convierten en verdades peligrosas. El problema no es la tecnología. El problema es no entenderla.

Estamos ante una brecha que no es solo digital, sino existencial. Entre quienes saben guiar a la IA con precisión, moldeando narrativas, y quienes son guiados, manipulados o simplemente desplazados por no comprender cómo funciona. La nueva alfabetización no es solo leer y escribir: es saber conversar con la máquina, cuestionarla, ponerla en duda.

10 tips para no caer en fake news ni videos falsos generados por IA

  • Desconfía de lo impactante: Si un video parece demasiado increíble, probablemente no sea real. Verifica antes de compartir.

  • Revisa la fuente original: ¿El video viene de un medio confiable o de una cuenta anónima?

  • Busca la noticia en otros medios: Si solo una cuenta lo publica, y ningún medio serio lo replica, es sospechoso.

  • Analiza los movimientos: Muchos videos generados por IA tienen errores sutiles: dedos extra, parpadeos extraños, ojos sin expresión, sombras incorrectas.

  • Mira el audio: Muchas veces el audio no encaja con los gestos o hay desincronización de labios.

  • Haz una búsqueda inversa de imágenes o frames: Herramientas como Google Imágenes o InVID pueden ayudarte a verificar el origen.

  • Fíjate en los metadatos: Si tienes acceso al archivo original, puedes ver si fue editado o generado.

  • Consulta a expertos o verificadores: Páginas como Chequeado o Ecuador Chequea ya trabajan con detección de IA.

  • Aprende a usar IA tú también: La mejor defensa es conocer cómo se crean estos contenidos. Familiarízate con herramientas como DALL·E, Veo 3, Flow, Runway o Sora.

  • Piensa antes de compartir: No alimentes la desinformación. Un clic puede desatar una ola de confusión innecesaria.

¿Simulados o simuladores?

Tal vez ya no sea tan importante preguntarnos si vivimos en una simulación. La verdadera pregunta es: ¿estamos preparados para convertirnos en los simuladores? Si somos capaces de generar mundos enteros con texto, ¿qué tipo de mundos elegiremos crear? ¿Los que construyen o los que mienten? 

Hoy, la palabra volvió a crear el universo. Pero esta vez, vino desde los teclados.

Del texto a la imagen en movimiento: así funciona la inteligencia artificial de Veo

Veo 3 es la nueva herramienta de Google DeepMind que permite generar videos realistas a partir de texto utilizando inteligencia artificial. Es una evolución de modelos anteriores como Imagen Video y Phenaki, y actualmente se considera uno de los generadores de video más avanzados del mundo.

Veo 3 permite que, al escribir un prompt (una descripción en texto), se genere automáticamente un video de alta calidad con movimiento fluido, detalles realistas y coherencia visual. Sirve para:

  • Crear videos cortos automáticamente, ideales para publicidad, cine, entretenimiento o redes sociales.
  • Simular escenarios realistas o imaginarios sin necesidad de filmar.
  • Usos educativos, al recrear eventos históricos, procesos científicos o conceptos abstractos.
  • Diseñar contenido para videojuegos o mundos virtuales.
  • Prototipar ideas visuales, como storyboards animados o trailers conceptuales.

La herramienta de Google puede interpretar indicaciones complejas como estilos cinematográficos, movimientos de cámara, iluminación e incluso transiciones temporales (por ejemplo: "una ciudad al atardecer que se convierte en un paisaje nevado").

¿Qué lo diferencia de otros modelos?

  • Genera videos en Full HD (1080p).
  • Tiene coherencia temporal (los personajes y objetos se mantienen de un cuadro a otro).
  • Puede responder a prompts tanto escritos como de edición sobre un video ya existente.
  • Ofrece control creativo sobre el resultado final (como cambiar el estilo visual o la narrativa).

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