En Ruta: 3 errores que dañan su auto

Análisis de expertos en el tema automotriz concluyen en que hay tres errores que se repiten, a diario, entre conductores y que malogran los motores de los vehículos: Acelerar en cuanto se enciende, recargar combustible cuando el tanque está con la reserva y lavar el motor con golpes de agua que se emiten con demasiada presión.

Daniel Álvarez, ingeniero mecánico, explica que mientras el carro se encuentra en neutro o ralenti sin acelerar, no hay realmente problemas siempre que no se supere las 3000 rpm, ya que los aceites actuales multigrados tienen la propiedad de proteger y lubricar todas las partes, con una baja temperatura, para evitar el desgaste en el arranque.

No obstante, su colega David Zamora, sostiene que lo más conveniente es no acelerar el vehículo al encenderlo porque al estar en reposo por más de ocho horas en el motor existen partes sin lubricar, las que se afectan mientras sube el aceite con el aumento de la temperatura. Por eso, lo ideal es esperar que se caliente y acelerar el carro luego de unos 4-5 minutos.

Otra de las malas prácticas de los conductores es tanquear el vehículo cuando ya se está terminando el combustible, es decir, se acostumbra a circular con la reserva. Por lo general, las personas llegan a esa situación de manera inconsciente, pero lo único que van logrando con el tiempo es que se queme la bomba de gasolina e incluso puede ocasionar el daño de todo el sistema.

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“Normalmente para reemplazar una bomba se necesita llegar a cierto kilometraje, pero aquel mal hábito de circular con lo que llamamos el ‘conchito’ acelera el daño de vehículo”, subraya Álvarez.

Con él coincide Zamora, quien, además, explica que lo importante de mantener el tanque con más de la mitad de combustible, es que favorece el enfriamiento de la bomba, cuando se trata de gasolina. Eso evita que se reseque y se dañe. “La única manera de mantener temperatura adecuada en la bomba es que el automotor se mantenga en el nivel superior al medio tanque de combustible”, dice el mecánico automotriz.

Cuando analizan la tercera mala práctica en la que incurren normalmente los conductores, como es la limpieza del motor con grandes cantidades de agua, Daniel Álvarez, indica que proceder de esa manera podría provocar daños en el sistema eléctrico o en la memoria. “Lo más apropiado es pulverizar el motor con agua y con un desengrasante para limpieza”, expresa.

Zamora va más allá, sostiene que lavar el motor con golpes potentes de agua, puede hacer aflojar cables y conectores; además, se dañan las partes electrónicas, como la computadora del automotor; además, de la bovina de encendido, el distribuidor, o la unidad de control y sensores. “Hasta por sentido común no se debe echar exceso de agua cuando se realiza el lavado del motor. Por eso, lo conveniente es limpiarlo con vapor”, concluye el profesional.

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