En Ruta: Los autos y sus nuevas estructuras autodeformables

Si ha sido testigo de un siniestro de tránsito entre dos automóviles: uno antiguo y otro moderno; y vio que el primero no sufrió tantos daños en su estructura, pero el otro sí, quizás exclamó: “¡Esa lata no sirve!. Pues se trata de la “tecnología programada”, con la que la industria automotriz mundial implementa “estructuras autodeformables”, para proteger la vida por sobre el vehículo.

Si hace 70 años la protección para los ocupantes de un carro era el cinturón de seguridad; y desde hace cuatro décadas lo son los airbags; en los últimos veinte años, se vienen haciendo innovaciones respecto a la estructura de los autos; de ahí que las verificadoras, que califican a los vehículos con estrellas, valoran que el habitáculo (espacio de los ocupantes) sea el más seguro al momento de un accidente.

Y es que actualmente existen estructuras autodeformables en el capó y el maletero. Por ejemplo, se usan carrocerías susceptibles a captar todo el golpe que se genera durante un siniestro.

“La idea moderna es que las partes del vehículo absorban todo el impacto, para que no pase el efecto del siniestro de tránsito hacia el factor humano”, precisa Diego Naranjo, experto en seguridad vial.

Latin NCAP, Programa de Evaluación de Vehículos Nuevos para América Latina y el Caribe, es la encargada de otorgar estrellas a los distintos modelos de carros, según el grado de seguridad que ofrecen en las pruebas de choque, que se realizan para ir midiendo y simulando cuáles pueden ser los efectos a los ocupantes, indica David Molina, conocedor del tema automotriz.

“Normalmente se establecen parámetros para las pruebas en función de la infraestructura y de estudios sobre cómo conduce la gente. Se hacen también pruebas de choque frontal o lateral a determinada velocidad y aceleración. Siempre dependerá de cada región, pues, según las condiciones en las cuales se desarrolla la conducción, se establecerán estrellas para así definir qué carro es más seguro, y se acreditarán de 1 a 5 estrellas, o ninguna”, dice Molina.

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Al fabricante “no le interesa cómo queda el carro en un siniestro, ya que ese no es su objetivo, sino proteger vidas”, recalca Naranjo, al tiempo que resalta que la persona que presenció el choque entre un vehículo antiguo y otro moderno, también debe haberse percatado de cómo salieron los ocupantes de ambos autos. Quien iba en el carro moderno pudo caminar tras el choque, al otro debieron retirarlo en camilla.

En conclusión, los automotores que se fabrican hoy son más seguros que los que se producían y comercializaban hace dos o tres décadas. Se debe desechar esa falsa percepción. Hay que estar convencidos de que la ingeniería avanza hacia la deformación programada en beneficio de los ocupantes de un carro.

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