Los senos frontales de los primates podrían ayudar a distinguir especies
Un equipo científico ha reunido la mayor base de datos acerca de las enigmáticas 'bolsas de aire' que se forman delante del hueso frontal
A lo largo de la evolución, el seno frontal de los homínidos -una cavidad tras el hueso frontal, situado encima de los huesos nasales y de las órbitas- ha registrado variaciones de forma y tamaño que, según un nuevo estudio, podrían ayudar a clasificar y distinguir especies.
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Leer másEl trabajo, liderado por Antoine Balzeau, del Museo Nacional de Historia Natural de París, defiende que estudiar y comparar los cambios biológicos en esta región anatómica ayudaría a clasificar las relaciones evolutivas entre los simios vivos, los humanos modernos y nuestros parientes fósiles.
La investigación ha contado con la ayuda de científicos del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), y los detalles se publican este viernes en la revista Science Advances.
Para hacer el estudio, que incluye a todas las especies de la evolución humana, los científicos analizaron el seno frontal en una amplia muestra de chimpancés, gorilas, humanos modernos y 69 homínidos fósiles.
En total, analizaron 21 especies de homínidos, entre ellos seis individuos hallados en la sierra de Atapuerca (Homo antecessor y Homo heidelbergensis), cinco cráneos de la Sima de los Huesos y uno encontrado en Gran Dolina.
La muestra incluía datos de las dos especies de chimpancé (Pan paniscus y Pan troglodytes) y de los gorilas (Gorilla gorilla), que "confieren, si cabe aún más, un gran valor a la investigación", apuntan José María Bermúdez de Castro, coordinador del Programa de Paleobiología del CENIEH y la directora del CENIEH, María Martinón-Torres.
Los restos se analizaron utilizando imágenes de TAC que, a diferencia de las radiografías tradicionales, permiten estudiar el cráneo en tres dimensiones, como si fuera transparente.
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Leer más"La enorme cantidad de información publicada en el artículo es una mina para futuros estudios de la neumatización frontal, porque nunca se había puesto a disposición de la comunidad científica un catálogo de fósiles tan completo como este", explica el director científico del Museo de la Evolución Humana y coautor del trabajo, Juan Luis Arsuaga.
El estudio abordaba una pregunta concreta: ¿de qué depende el tamaño de los senos frontales en un cráneo?, una cuestión a la que se han dado muchas respuestas pero ninguna clara.
Y es que en los gorilas, chimpancés y los géneros más antiguos de la genealogía humana (como los Australopithecus o los Paranthropus) los senos frontales expanden su volumen sin ningún tipo de restricción en el hueso frontal, mientras que en el género Homo, el volumen del cráneo y del cerebro limitan el tamaño de esta cavidad.
Tradicionalmente, la morfología de los senos frontales se ha asociado a una adaptación a climas fríos o para ayudar a la masticación pero ninguna de estas explicaciones parecen compatibles con los resultados de la investigación.
Por ejemplo, los neandertales padecieron la última gran glaciación y se sabe que usaban sus dientes anteriores como una tercera mano, lo que causaba mucha tensión en los huesos del cráneo pero, tanto la forma como el tamaño de sus senos frontales, no son muy diferentes a los de otras especies del género Homo.
"En consecuencia, las dos hipótesis clásicas para explicar el desarrollo de los senos frontales deben ser desechadas definitivamente y en este artículo hemos tratado de buscar alternativas", explica Elena Santos, investigadora del Centro Mixto UCM-ISCIII afiliada al CENIEH y coautora del estudio.
Para Arsuaga una de las conclusiones más interesantes planteadas por este trabajo es que "la forma de los senos frontales y la del lóbulo frontal del cerebro están relacionadas a partir de Homo erectus".
Esta conclusión abre la puerta a la posibilidad de que "en África y Europa viviera una especie (H. rodhesiensis) que no pertenecía a la línea de los neandertales ni a la de los humanos modernos". "Hay que tomarse en serio esa posibilidad", concluye.