¿Cuáles son los desafíos que enfrentan las científicas ecuatorianas?
Pese a que el acceso a la educación no es un problema, todavía existe una brecha de género entre investigadores.
Las voces femeninas buscan más espacios. El mundo de la ciencia y la academia no han quedado fuera de el estallido feminista, y las científicas ecuatorianas lo tienen presente. Ellas no son ajenas a la disparidad que existe en varios aspectos de su campo, y que en la actualidad no pasa desapercibida.
¿Cómo lo notan? Según Linda Guamán, científica ecuatoriana que forma parte de las 100 líderes del futuro de Biotecnología por el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) y Harvard, las diferencias son claras en más de un aspecto. A lo largo de su carrera, la bióloga se ha topado con varios escenarios que le recordaron que falta camino por recorrer, en especial en la actitud frente a la visibilización femenina.
De hecho, Guamán menciona que una de las cosas más complicadas que ha enfrentado ha sido “encontrar un espacio como profesional, joven y mujer”. Con esto, vienen a su mente algunos episodios. “Pensé que con el título con el que regresaba iba a ser suficiente para ser valorada a nivel profesional y enseguida me di cuenta que no era así. Cuando asistí a entrevistas de trabajo en 2017 me topé con preguntas personales como si era mamá, si me decidiría a tener hijos, para según eso ver el contrato. Tener que firmar contratos declarando que no estoy embarazada, tener que aceptar un salario menor...”, fueron algunos ejemplos.
Su punto de vista no es extraño. En el primer Seminario Internacional ‘Impacto de las mujeres en la ciencia’ —realizado en junio— se analizó desde distintos puntos el rol, que han tenido y siguen teniendo las mujeres en el espacio científico.
El trabajo de María Pessina, máster en Género y Desarrollo por Flacso-Ecuador, fue incluido en el documento final del seminario, y mediante datos hace una reflexión sobre la invisibilización de los logros científicos obtenidos por las mujeres en el país. “No es difícil percatarse de que en Ecuador las mujeres científicas han sido ignoradas por la discriminación dentro de las estructuras e instituciones y por la falta de atención pública hacia ellas”, señala una parte del texto.
Pero, ¿dónde radica el problema? Según cifras facilitadas por la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), el ingreso de las mujeres a la educación superior —la puerta a la investigación científica— no es el punto en desventaja. Más bien, la cifra de mujeres matriculadas en universidades y Escuelas Politécnicas se ha ido incrementando.
De un total de 687.316 estudiantes ingresados en 2018; 321.630 correspondían al género masculino, mientras que 365.686 eran mujeres. En institutos técnicos y tecnológicos los números cambian un poco y para segundo semestre de 2018 —de los 109.756 jóvenes matriculados— 55.892 son hombres y 53.864 mujeres.
Siguiendo esta línea, quienes logran terminar sus estudios y registrar sus títulos —ya sea de tercer o cuatro nivel— tienden a ser en mayor número mujeres.
Si la educación y la inserción en universidades e institutos superiores no es el problema, entonces qué lo es.
Pese a que en los últimos años, la incursión en la academia ha sido bastante pareja en cuestión de género, el paso a ejercer la profesión y posteriormente a alcanzar puestos de alta jerarquía son el verdadero conflicto.
Desde 2015 hasta 2018, las cifras del Senescyt demuestran que las mujeres que ejercen puestos de docencia, con al menos una hora de investigación, en instituciones de educación superiores e institutos técnicos y tecnológicos son mucho menores.
Eugenia del Pino, bióloga ecuatoriana incluida en el especial de la BBC 100 Mujeres: la mitad del mundo habla —que actualmente está retirada—, resalta que pese a que no recuerda haber sufrido algún tipo de discriminación en el mundo académico, la diferencia de género existe. Para ella, esta no radica en el estudio o en el acceso a el, sino en el trabajo que ejercen las mujeres después de la obtención de sus títulos. “Es en el puesto de trabajo (en el campo científico) que les da más dinero, el puesto que les da más poder”, reflexionó.
También indicó que factores como la maternidad influían en la participación activa de la mujer aunque actualmente esto está cambiando. “Ahora hay la situación de que los esposos ayudan y se hacen cargo de la familia. La sociedad comprende esa situación (crianza de los niños) y se va mejorando”.
Eliminar estereotipos
Según datos del Instituto de Estadística de la Unesco —mencionados por Magaly Robalino Campos, representante de este organismo en Perú—, “el porcentaje de investigadoras científicas en todo el mundo está por debajo del 30%, y la representación de las mujeres en los ámbitos de ingeniería e informática es mucho más baja, situándose históricamente en torno al 10%”.
Esto solo demuestra que los estereotipos que pesan sobre determinadas carreras universitarias pueden ser una de las causas para la participación inequitativa en el mundo de la investigación. Además, en el Informe de la Unesco sobre la ciencia, hacia 2030, se indica que incluso la financiación de fondos tiende a ser más restringido para las mujeres, y la representación en universidades de prestigio y entre los profesores universitarios titulares es pobre.
“Los estereotipos de género siguen siendo fuertes precisamente por la falta de referentes femeninos en esas áreas (como ingenierías o carreras afines a las ciencias puras). La visibilidad que tiene una mujer frente a la que tiene un hombre, especialmente porque no tiene cargos directivos, es mucho menor. Es importante que las niñas vean que hay mujeres haciendo cosas que normalmente está estereotipadas para hombres, señaló Guamán.
Las profesionales creen que cada día esta los pensamientos que tienden a masculinizar o feminizar ciertas áreas y carreras siguen disminuyendo. “Yo soy docente universitaria y me doy cuenta que los salones de clase hoy en día tienen un 50-50 y a veces más mujeres que hombres inclusive. Pero si te fijas en los cargos directivos de las mismas universidades no llegan las mujeres”, fueron las expresiones de Guamán.
Las regiones con las proporciones más elevadas de mujeres entre los investigadores son Europa Sudoriental (49 %), el Caribe, Asia Central y América Latina (44%).
Curiosidades
Actualmente, en Ecuador existen iniciativas para visibilizar el trabajo de las mujeres en la ciencia como es el caso de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (Remci), una web que fue ideada en 2016, y que comparte desde testimonios, trabajos, y logros de las científicas ecuatorianas en todo el mundo.