Tormenta eléctrica: cómo calcular su distancia con el truco del relámpago y el trueno

Un relámpago rasga el cielo nocturno durante una tormenta. Observa desde tu ventana en la oscuridad de la noche. Tras el destello cegador, comienzas a contar en silencio: uno... dos... tres... Mientras los segundos avanzan, tus ojos buscan algún indicio en el horizonte. Finalmente, un potente trueno retumba en la distancia. Han pasado seis segundos; la tormenta, calcula, está a unos dos kilómetros de su casa.

La escena anterior no es inusual. ¿Quién no ha contado segundos entre un relámpago y su trueno alguna vez, ya sea por curiosidad o por preocupación? Este sencillo método, que muchos aprendimos de niños, permite estimar la distancia de una tormenta de forma sorprendentemente certera.

En días como este 19 de marzo de 2025, cuando ciudades como Guayaquil y Quito llevan horas bajo intensas tormentas eléctricas, conocer la distancia de una tormenta no es solo una curiosidad, sino una herramienta clave para la seguridad. Saber qué tan cerca está la tormenta permite anticiparse a los peligros y tomar precauciones a tiempo, como buscar refugio, desconectar aparatos eléctricos y evitar zonas expuestas, reduciendo así el riesgo de incidentes.

Contando segundos: el truco del relámpago y el trueno

La técnica para saber a qué distancia está una tormenta es simple, casi un juego. Consiste en medir el tiempo entre el momento en que vemos un relámpago (el destello de un rayo) y el momento en que escuchamos el trueno. Con esos segundos, aplicamos una regla muy fácil: aproximadamente cada tres segundos de diferencia equivalen a un kilómetro de distancia, lo respalda National Geographic.

¿Cómo realizar el cálculo? Sigue estos pasos sencillos:

• En cuanto veas un relámpago, comienza a contar los segundos (usa un reloj o mentalmente con ritmo constante, por ejemplo diciendo “uno, dos, tres...” para aproximar segundos).

• Detén la cuenta cuando oigas el trueno. Anota o recuerda cuántos segundos pasaron.

• Aplica la regla: divide el número de segundos entre 3 para obtener la distancia aproximada en kilómetro.

Por supuesto, si el trueno se escucha prácticamente al mismo tiempo que ves el rayo, significa que la tormenta está justo encima de ti. Y si pasan muchos segundos antes de oír el trueno, la tormenta está bastante lejos y quizá ni siquiera te alcance. Este método funciona mejor con tormentas eléctricas por la noche, cuando los destellos se notan claramente, pero es aplicable a cualquier hora siempre que alcances a ver el relámpago.

La ciencia tras el trueno: ¿por qué 3 segundos por kilómetro?

La luz y el sonido viajan a velocidades muy distintas. La luz de un relámpago se desplaza casi instantáneamente a nuestros ojos (300.000 km por segundo), mientras que el sonido del trueno es comparativamente mucho más lento. En aire, el sonido viaja a unos 340 metros por segundo (aproximadamente 343 m/s a 20 °C). Esto equivale aproximadamente a 0,34 kilómetros por segundo, es decir, en 3 segundos recorre alrededor de 1 kilómetro.

Por eso, cuando contamos los segundos entre el destello y el estruendo, estamos midiendo cuánta distancia ha tenido que viajar el sonido desde la tormenta hasta nosotros.

En términos de fórmula, la distancia se calcula multiplicando la velocidad del sonido por el tiempo que este tarda en llegar. Dado que 343 m/s son aproximadamente 0,343 km/s (1/3 km por segundo), podemos simplificar y usar la expresión:

• Distancia aproximada (km) = Segundos desde el relámpago hasta el trueno ÷ 3

En términos prácticos: si ves un relámpago y cuentas 9 segundos hasta escuchar el trueno, divides ese tiempo entre 3 y obtienes que la tormenta está a 3 km de distancia. Si minutos después cuentas solo 6 segundos, significa que se ha acercado a 2 km, lo que indica un mayor riesgo y la necesidad de buscar refugio. 

Cabe mencionar que este cálculo es una aproximación. La velocidad del sonido varía ligeramente con la temperatura, la humedad e incluso la altitud del aire. Sin embargo, estas diferencias no afectan demasiado la estimación práctica.

Un método con historia y comprobado en la práctica

Históricamente, este principio no solo se utilizó de forma informal, sino también en la ciencia y otras áreas. En el siglo XVII, el científico Robert Boyle realizó experimentos para medir la velocidad del sonido disparando un cañón y cronometrando el lapso entre el destello del disparo y el sonido del mismo. Años más tarde, el físico francés Jean-Baptiste Biot perfeccionó esta técnica obteniendo un resultado de ~344 m/s, muy cercano al valor aceptado actualmente (343 m/s), lo recuerda La Vanguardia.

Generaciones de campesinos, marineros y curiosos del clima han contado “un segundo, dos segundos...” para estimar si una tormenta se aproxima o se aleja.

Y aunque hoy disponemos de aplicaciones móviles y pronósticos sofisticados, nunca está de más tener en mente aquel consejo clásico al mirar una tormenta en el horizonte. La próxima vez que veas iluminarse el cielo y, unos instantes después, escuches retumbar el trueno, empieza a contar 1, 2, 3, 4 ,5...

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