
Investigación en Ecuador advierte sobre poca veracidad en videos médicos en TikTok
Un estudio de la UDLA revela que la mayoría de los videos médicos en TikTok carecen de calidad académica
En la era de las redes sociales, donde la información fluye al ritmo de los algoritmos y las tendencias, TikTok se ha consolidado como una fuente popular de aprendizaje para millones de usuarios. Entre bailes, recetas y trucos de estudio, también han proliferado los contenidos relacionados con la salud y la medicina. Sin embargo, ¿qué tan confiables son estos microvideos? Un reciente estudio liderado por Juan Izquierdo-Condoy, del grupo de investigación OneHealth de la Universidad de Las Américas (UDLA), publicado en la revista Medical Education Online, plantea una alerta seria: la mayoría de los videos médicos en TikTok no cumplen con estándares académicos de calidad.
Viral no siempre es sinónimo de verdad
La investigación analizó los videos de contenido médico más populares en TikTok en América Latina y reveló una realidad preocupante. Si bien estos clips alcanzan millas o incluso millones de visualizaciones, su calidad educativa deja mucho que desear.
El estudio identificó varios puntos críticos. En primer lugar, la popularidad no garantiza precisión. Muchos de los videos más vistos carecían de respaldo científico, referencias confiables o validación académica. En segundo lugar, solo el 53,8% de los creadores eran médicos, mientras que el resto eran estudiantes o personas sin formación médica formal. Esto genera un ambiente propenso a la desinformación, donde datos inexactos o incompletos pueden ser tomados como verdades absolutas por quienes buscan orientación rápida.
Un riesgo para la formación médica y la salud pública
Este fenómeno adquiere una dimensión aún más delicada en contextos como el latinoamericano, donde el acceso a educación médica formal puede ser limitado. Ante esta realidad, muchos estudiantes o profesionales en formación recurren a TikTok como complemento informativo. Sin embargo, la falta de filtros y criterios de calidad convierte a esta plataforma en un terreno resbaladizo.
El impacto no es menor. La circulación de información errónea en temas de salud puede afectar desde decisiones cotidianas hasta prácticas clínicas. Además, al no contar con mecanismos de verificación, el riesgo de reproducir mitos médicos o tratamientos inadecuados se amplifica.
Repensar los indicadores de valor
Entre los hallazgos más interesantes del estudio está la propuesta de repensar cómo se mide la utilidad educativa en TikTok. Mientras que las vistas y los “me gusta” suelen ser los parámetros más visibles, la investigación sugiere que la cantidad de veces que un video es marcado como “favorito” podría ser un mejor indicador de su valor pedagógico. Esta métrica, menos superficial, podría reflejar una apreciación más profunda del contenido.
Una responsabilidad compartida
El estudio liderado por Izquierdo-Condoy no solo plantea una crítica, sino también un llamado a la acción. Es fundamental que las instituciones académicas, los profesionales de la salud y los creadores de contenido trabajen juntos para generar y promover materiales digitales basados en evidencia científica. De igual forma, se requiere el desarrollo de herramientas que permitan evaluar y clasificar la calidad del contenido médico en redes sociales.
TikTok, como tantas otras plataformas, tiene el potencial de democratizar el acceso al conocimiento. Pero sin criterios claros y responsables, ese conocimiento puede convertirse en un arma de doble filo.
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