Cuencanos despiden el año con inocentada
Desde el 28 de diciembre, en Cuenca es tradición hacer bromas entre amigos y familia
Durante los últimos días del año, en Cuenca es costumbre hacer ‘inocentadas’, bromas o jugarretas que en algunos dejan grandes carcajadas y en otros enojos. Cada 28 de diciembre, cualquier tipo de información que se da entre grupos de amigos o familiares se pone en duda y es que, según el historiador y docente de la Universidad de Cuenca, Juan Martínez, desde esta fecha, por tradición, ciertas noticias son parte de bromas que buscan ridiculizar a uno mismo o al vecino.
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Leer másDentro del mundo católico en esta fecha se conmemora a los Santos Inocentes, cuando el rey Herodes mandó a matar a todos los niños de hasta dos años por el anuncio de la llegada de Jesús. Sin embargo, esta fecha fue adaptada a las costumbres y tradiciones locales y se denomina Día de los Inocentes. Este día se realizan bromas pesadas y no tan pesadas entre conocidos y extraños.
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“La población adopta una actitud carnavalesca”. Martínez explica que no existe registro histórico desde cuando se instauró esta costumbre, pero a mediados del siglo XX es cuando más se hizo notar y se arraigó entre la población. En este sentido, César Banegas, presidente de Amistad Club, recuerda que era común ver a personas de a pie y grupos familiares salir a las calles disfrazados de curanderas y “hechizando” a los transeúntes.
También había quienes salían con concertinas y acordeones para alegrar a la gente e invitarlos a bailar. En esta algarabía, los medios impresos de la ciudad se sumaban también a las jugarretas. Martínez señala que algunas de estas “falsas noticias” incluso ocupaban las primeras planas de los medios de comunicación.
En este sentido, Banegas quien también trabajó por varios años en el desaparecido Diario El Tiempo recuerda que un 28 de diciembre publicaron que en el deslave de la Josefina se encontraron grandes gusanos extraños. Sin embargo, la gente, al no percatarse de la fecha, formó caravanas extensas hacia la zona para observar también los supuestos hallazgos.
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“Tuvimos que desmentir inmediatamente esta noticia, que pese a que al final del texto se decía que se trataba de una ‘inocentada’”. Martínez señala que el objetivo de estas bromas era ridiculizar la propia realidad y que, generalmente, se las hacía hasta el 6 de enero y en algunos casos llegaban al carnaval. El contenido de estas burlas es una forma de protestar e ir en contra del poder. Generalmente, son de carácter político.
Este tipo de tradiciones populares están en proceso de desaparición
En esta costumbre poco a poco se fueron integrando organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos que buscaban institucionalizar esta costumbre para mantenerla. Un ejemplo de esto fue el radiodifusor ya fallecido Daniel Pintado.
En la década de los 70 organizaba mascaradas y concursos que convocaban a grupos familiares y de amigos a participar. Un concurso similar es organizado desde hace 48 años por Amistad Club y la Unión de Periodistas. Desde sus inicios, la participación de las comparsas se orienta a la sátira política y otros motivos de burla, que en el siglo pasado eran comunes.
Por ejemplo, los adolescentes se revestían con los uniformes de las instituciones femeninas y exageraban sus atributos físicos con pelucas y prótesis de sus pechos y glúteos. Actos como estos ya no son comunes de ver y es por la característica misma de las costumbres populares, según Juan Martínez, que sostiene se van adaptando a los cambios de la sociedad.
El primer escenario del Día de Inocentes fue la calle Simón Bolívar hasta la plaza de San Francisco y daba el tiempo para realizar dos recorridos. La ciudad era pequeña y bastaba caminar por esta calle céntrica para gustar de las presentaciones y performance artístico
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CONCURRENCIA MASIVA
Cada año, el concurso del Día de Inocentes congrega a miles de ciudadanos. César Banegas, presidente de Amistad Club, señaló que en la edición de este 2023 se reunieron más de 120.000 personas y que cada vez el espacio de la avenida Huayna Cápac es insuficiente.
A esta cita llegan jóvenes que se disfrazan de diablos, viudas, calaveras, enfermeras y más personajes que se confunden entre los cientos que caminan de arriba hacia abajo sobre la avenida. Al mismo tiempo, desfilan con grandes comparsas instituciones educativas, organizaciones sociales y grupos familiares, representando diferentes escenas que se relacionan con la exageración de los hechos políticos y sociales que marcaron el año anterior.
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Es común ver reflejada la creatividad de los participantes en grandes carros alegóricos adornados con elementos en movimiento construidos de forma artesanal. Los preparativos para la nueva edición 2024 ya se iniciaron a lo grande
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