Iglesias patrimoniales en Cuenca, con evidentes signos de deterioro
Dos de las principales templos católicos del Centro Histórico presentan daños en su estructura
Grandes grietas en sus columnas, humedad y fisuras en las paredes, son algunos daños que registran varias iglesias patrimoniales del Centro Histórico de la capital azuaya.
En una visita realizada por EXPRESO a tres templos representativos de la ciudad: Santo Domingo, San Francisco y la Catedral de La Inmaculada, se constató el deterioro de sus infraestructuras.
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Xavier Aguirre, director de Áreas Históricas del Municipio de Cuenca, detalló que han identificado que diferentes templos presentan destrozos, siendo los más urgentes de atender Santo Domingo y la Catedral de La Inmaculada.
Agregó que los daños se profundizaron tras el movimiento telúrico de 6,3 grados en la escala de Richter registrado el pasado 18 de marzo de 2023.
El funcionario puntualizó que la intervención en bienes patrimoniales privados es de exclusiva responsabilidad de los propietarios, deslindando a la institución municipal de la posible dotación de fondos públicos para su recuperación.
Explicó que la Arquidiócesis debe cumplir con un plan de atención a estas infraestructuras y el Municipio analizar los proyectos presentados para permitir o no las obras a realizarse.
“Nosotros damos el apoyo técnico y gestión para sacar adelante los proyectos que avalen la reconstrucción y reforzamiento de las infraestructuras”, dijo.
En este sentido se han presentado, por ejemplo, proyectos de intervención en la Catedral y en Santo Domingo, lugares donde se requiere un alto presupuesto, y otros estudios de mantenimientos menores en las demás iglesias patrimoniales de la capital azuaya.
La Basílica de Nuestra Señora del Rosario, conocida popularmente como Santo Domingo, es una edificación ecléctica que consta de dos torres de 40 metros de altura. Sus tumbados son de latón, el techo de teja, pisos de madera y algunas de sus columnas son marmoleadas.
Los daños más visibles están en sus torres frontales con grietas que superan los 20 centímetros y trizaduras en sus muros.
Esteban Pacurucu, coordinador de la iglesia Santo Domingo, puntualizó que la condición de la basílica se agravó durante el sismo del 18 de marzo de 2023, momento en el cual se desprendió material de las paredes, cielo raso hundido y removido, y daños en pilares.
Para la preservación de este templo se llevó a cabo un estudio por parte de la Universidad del Azuay, el mismo que establece que la estructura se encuentra en estado de ‘precaución’.
Pacurucu explicó que el informe muestra que las zonas afectadas se encuentran en el centro de la iglesia, las torres y en la parte interna en la nave central.
El estudio realizado establece necesario 4,1 millones de dólares desglosados de la siguiente forma: obras preliminares por $ 23.128,38; reforzamiento en muros, $ 3’215.795,92; reforzamiento de cúpulas, $538.313,68; y apuntalado de estructura, $345.650,40.
En el templo de San Francisco, ubicado en las calles Padre Aguirre y Presidente Córdova, los daños causados por la aparente filtración de agua subterránea en sus muros son evidentes.
Todo el largo de la pared lateral derecha está dañado, en algunas zonas el muro se desmorona e incluso las columnas más cercanas ya han absorbido la humedad.
En tanto, la Catedral de La Inmaculada registra daños en sus arcos frontales y sus torres, todas agravadas también por el sismo de marzo del 2023.
Según el director de Áreas Históricas, el presupuesto para las obras en la Catedral bordea los 700.000 dólares.
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Al estar fuera de la competencia municipal la gestión de fondos económicos para la intervención de bienes privados, las acciones que realizan los representantes de los templos apuntan hacia organizaciones internacionales.
También han emprendido campañas para la donación voluntaria por parte de la sociedad civil y hacen un llamado al sector privado que pueda “aportar con un granito de arena”, según explicó el coordinador de la iglesia de Santo Domingo.
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