Alejandra Quiñónez, la Lewis Hamilton del karting ecuatoriano

Malcom Quiñónez celebraba el fin de semana, en silencio, casi escondido, a un costado de la pista del kartódromo internacional de Guayaquil, cuando en los altavoces decían que su hija, Alejandra, de 10 años, era la campeona de la categoría Miniswift de la cuarta válida del Campeonato Provincial de Karting.

Y es que el hombre se veía reflejado en esa victoria; siempre soñó con ser piloto. Dice que de niño se sentaba atrás del conductor del bus para verlo manejar; fue así que antes de cumplir 12 años ya sabía conducir, aunque no tenía carro.

Proveniente de una familia de escasos recursos económicos, Malcom tuvo que priorizar sus estudios y conformarse con ver las carreras de Fórmula 1 por televisión, pasión que sin embargo heredó la pequeña ‘Ale’. El progenitor creció admirando las hazañas de Michael Schumacher, hasta que la vida le permitió ‘reconectarse’ con el deporte y graduarse con el título de ingeniero mecánico. Había conseguido una parte del sueño.

Herencia ‘viva’

Cuando Malcom se casó con Daniela Cabeza, con quien procreó dos niñas, Ashley y Alejandra, a la primera intentó inculcarle la afición por los autos, pero no se dio, hasta que Alejandra fue quien “mordió el anzuelo”.

Las largas jornadas frente al televisor viendo la F1 hicieron que la pequeña quede atrapada por el deporte, pero con otro referente: Lewis Hamilton, quien se convirtió en el ídolo de la niña, que compensa su timidez ante las cámaras con un manejo cada vez de mayor nivel. Fue así que en 2023 se vinculó al Guayaquil Karting Club, encontrando en el experimentado piloto ecuatoriano Henry Taleb el apoyo para pulir su talento.

“Nosotros tenemos limitaciones económicas, pero gracias a mi trabajo y la asesoría de personas como Henry, salimos adelante. Este es un deporte caro, y tener a alguien que nos ayuda a poner a punto el carrito es motivador, aunque también sería importante el apoyo de la empresa privada”, acota Malcom, quien además de buscar los recursos necesarios para mantener a su hija en competencia, hace las veces de mecánico y asistente de la niña.

Trabajo en equipo

Alejandra reconoce el esfuerzo de su progenitor, a quien considera “el mejor padre del mundo”. Le agradece por toda la ayuda, especialmente en aquellas largas jornadas, en las que incluso se ha quedado hasta la madrugada revisando cada detalle del monoplaza. “Es motivante tener la compañía de mi familia en las carreras, pero mi papá merece un agradecimiento especial porque trabaja muy duro para tener el coche listo... me ha enseñado mucho del deporte”.

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La pequeña kartista por su parte responde con resultados, pues actualmente está entre las primeras ubicaciones del Campeonato Nacional IAME X30 y del Torneo Provincial, en la categoría miniswift, con un detalle adicional: es la única mujer en pista.

Pero los sueños de Alejandra y su familia van mucho más allá: actualmente prepara maletas para el Sudamericano Rotax de este deporte que se disputará en Santiago de Chile, entre el 28 y 29 de septiembre, el cual será su primer desafío internacional, y en el cual dice que buscará “demostrar que los sueños sí se pueden hacer realidad”, incluso los de un padre reflejados en su hija.

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