Álex Aguinaga, del estadio al campo de golf
El mundialista tricolor demostró que maneja el palo de golf con la misma calidad como hacía con el balón en canchas de fútbol
En medio de un sol radiante, el mundialista Álex Darío Aguinaga se paró sobre el césped, cortito, más de lo que solía ser en su época de futbolista. Pantalón largo, con buzo y una camiseta encima, lucía un sombrero que le cubría hasta el cuello y en los bolsillos un solo guante. Extraña vestimenta para el histórico capitán de la Tricolor.
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Pero el Güero, como se lo conoce por su época dorada en México, no iba solo. Junto a él estaba, como su fiel compañero, el caddie Marcelo Chicaiza. Es que Aguinaga fue parte del torneo Proam de golf, que es la antesala del KIA Open PGA Tour Américas, dedicado a los profesionales y que se cumplirá en Quito hasta el domingo 5 de mayo. Junto a Chicaiza recorrió los 18 hoyos del Quito Tenis y Golf Club, durante la partida ante el profesional argentino Julián Etulain.
“Yo creo que la inteligencia emocional trabaja mucho en el golf y para los directores técnicos, gerentes de empresa, a los hombres que tienen quizá que tomar una decisión sobre la marcha pues obviamente el golf les ayuda”, mencionó antes de dar el tiro de salida en el hoyo 11 del campo de golf.
El Güero conoció este deporte por recomendación de unos amigos, entre ellos el exentrenador mexicano Manolo Lapuente, que lo dirigió en Necaxa entre 1994 y 1997. Sin embargo, y como seguía jugando de manera profesional al fútbol no lo tomó tan en serio, hasta que en 2005 colgó los botines y encontró en el golf una manera de distraerse y concentrarse un poco más para las distintas actividades que emprendió luego.
Entre golpe y golpe se dio tiempo para confesar a EXPRESO que “empecé a jugar al golf en serio hace unos cinco años, pero tras el retiro lo practicaba de vez en cuando”. Tan en serio se lo toma que durante el desarrollo del hoyo 14, cuando no le pudo pegar bien a la bola y esta salió desviada, se molestó por la forma de golpear y conversó con Chicaiza sobre lo sucedido.
“En el golf haces muchos amigos, también contactos y disfrutas de momentos de esparcimiento”, comentó el primer capitán de Ecuador en un Mundial, en 2002. Añadió que “en México todos los entrenadores y la mayoría de jugadores practican golf, porque te ayuda a trabajar la concentración y genera amistad, confraternidad”.
El clima iba poniéndose más caluroso por el inclemente sol, pero el sombrero estilo safari y una gran cantidad de bloqueador lo protegían durante el desarrollo de este torneo, que enfrenta, de forma recreativa, a golfistas profesionales con amateurs.
Antes de terminar la partida, hizo su ingreso al campo del club otro de los invitados especiales, el colombiano Carlos ‘el Pibe’ Valderrama, quien debutaría y recibiría lecciones de golf por parte del Güero.
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