Álvarez, el box como un rayo de esperanza
En las entrañas de Cristo de Consuelo, el exboxeador ecuatoriano, utiliza este deporte para alejar a los chicos de las tentaciones.
Pablo Alberto Álvarez Caicedo puede ser un nombre no tan popular actualmente, pero en la década de los 80 fue uno de los pugilistas que llevó el nombre de Ecuador a lo más alto en diversos torneos. Hoy, con 59 años, sus golpes no son tan fuertes como hace 40, su cabellera afro quedó para el recuerdo en fotos y su rostro denota el esfuerzo que atravesó a lo largo de su carrera.
En 1983 fue escogido, con 20 años, como el novato del año junto a históricos de Ecuador como el tenista Andrés Gómez y el futbolista de Barcelona, Galo ‘Mafalda’ Vásquez.
El espacio es pequeño, pero uno se adapta, pero implementos faltan. A veces somos más de 50 alumnos y faltan guantes no hay cabeceras ni protecciones.
Representó a Fedeguayas en 1983 y se proclamó campeón nacional junto a otros compañeros, como el renombrado Luis Castillo, Ferni Páez entre otros. Ese título lo volvería a ganar en 1985 derrotando en el ring al pichinchano Luis Buitrón.
Su profesión parecía ir viento en popa, pero su realidad se ajusta a la de otros deportistas con proyección, pero que en el camino la falta de apoyo los fue alejando de su sueño.
Hoy se considera un cristiano, feliz por lo que hace y siente que tiene una obligación ejemplar con sus alumnos. Hace cinco años empezó a dar clases en el Cristo del Consuelo, donde ha tenido que combatir contra varias situaciones, desde falta de implementos, fumadores de marihuana dentro del área y hasta con la convicción de sus discípulos.
“Yo comencé a los ocho años a boxear. Esta carrera es muy difícil, se tiene que sacrificar muchas cosas. Yo fui campeón amateur y estuve un año como profesional en Ecuador; al ver que no tenía posibilidades y el deporte en el país iba en decadencia, migré a Venezuela donde estuve cinco años peleando. Me retiré a los 33 y me quedé viviendo 25 años en ese país”, explicó Álvarez sobre su camino.
El profe nos enseña bien cómo defendernos y no abusar de ese aprendizaje. Se piensa que las mujeres son las débiles y sensibles, pero con este deporte demostramos que no es así.
Pero lo que iba a descifrar con el paso del tiempo, es el amor que le tiene a la pedagogía. Entrenó a su hermano Roberto, quien fue campeón sudamericano hace un par de décadas y tuvo un semillero en Tungurahua antes de ir a Venezuela. En el tiempo que ha estado al frente de las clases de boxeo en el Club Deportivo Formativo Vir Sot de esta zona, ha sacado luchadores como Eliot Rivas, Daleska Hernández, Adonys Torres, Elkin Demera y, la más reciente, Daniela Camacho.
Camacho, de 17 años, se decepcionó de la asociación de boxeo luego de que no le diera un lugar que le correspondía. “Yo quedé campeona en el torneo Primeros Guantes de la asociación y ellos me dijeron que iba a pelear en el nacional y me dejaron sin nada. Metieron a los conocidos de ellos y me olvidaron, eso me decepcionó pero igual la sigo peleando”, reveló mientras lanzaba contundentes golpes en el saco.
Así como Camacho, este lugar de entrenamiento ha servido como escapatoria para los jóvenes. Sin duda la zona del Cristo del Consuelo no es de la más segura en la ciudad, pero Álvarez confía en que esta es su tarea a realizar.
“Siempre habló con los chicos y les aconsejó que estudien y aprovechen su etapa de estudiante, algunos se han graduado, otros ya trabajan y hasta tiene compromiso. La idea es que el box los ayude a ser mejores personas y los aleje de los vicios”, manifestó Álvarez.
Su gran anhelo es contar con un ring para motivar a sus pugilistas, también quisiera nuevos sacos, conseguir más guantes, vendas para protegerse y cabeceras. Cada vez hay más gente en ese rectangular y corto espacio de entrenamiento, y los implementos escasean. Mientras tanto, Álvarez continuará su camino, utilizando el box como una herramienta de esperanza.
La división que retrasa un proyecto
Eduardo Luna es uno de los principales de la Liga Deportiva del Cristo del Consuelo, él le explicó a EXPRESO la falta de apoyo que existe por parte de las autoridades y hasta habló de que el actual concejal, Andrés Guschmer, le habría manifestado la posibilidad de hacer un cuadrilátero en el lugar.
EXPRESO habló con el comunicador y concejal municipal en el tema y aclaró que “jamás se prometió un ring porque yo no hago las obras”, pero sí explicó que existe un proyecto desde 2013 para remodelar todo el complejo Vir Sot (que comprende varios deportes, no solo box), pero que está estancado por una división interna.
“Nosotros desarrollamos un proyecto que se iba a usar para que la alcaldesa apruebe la remodelación y readecuación del complejo por casi 250 mil dólares, pero los directivos ahí dentro están peleados y esa disputa ha hecho que se retrase. Hay dos directivas, la fundación y la liga, mientras ellos no se pongan de acuerdo no se puede comenzar ninguna obra. En ningún momento le hemos dicho que vamos a hacer un gimnasio de boxeo”, explicó Guschmer.
El concejal también explicó que este proyecto no solo impulsa el box, sino otros deportes. “Hay varias cosas más que mejorar además del boxeo; los aros para básquet no hay, no hay bancas para sentarse, venden y consumen droga ahí dentro, el lugar donde está la virgen lo usan de baño. El día que se pongan de acuerdo se trabajará las canchas de fútbol de césped sintético, filtraciones de agua, baños nuevos, es un proyecto que está anillado hace años, pero mientras estos directivos continúen peleados no se podrá ejecutar”, sentenció.