Luis 'Chino' Gómez: "En el Barcelona del 2000 no había ni para el bus"
El exlateral canario dice que uno de los momentos más especiales se dio hace 20 años, cuando con su gol ante Macará los toreros salvaron la categoría.
Leer un buen libro, conversar con su esposa e hijos y observar fotos o videos de su época como jugador, es la forma en el que Luis Gómez ha pasado estos días, desde que en el país se decretó la emergencia sanitaria, por el brote del coronavirus.
El Chino, como se conoce al exzaguero ecuatoriano, comentó que estas últimas semanas ha recordado los momentos buenos que pudo pasar con Barcelona, equipo en el que militó entre 1992 y 2003.
Gómez afirmó que haber militado en el Ídolo fue lo mejor que le pudo pasar como jugador y que los momentos más importantes que vivió en dicho club se dieron cuando ganó los dos títulos nacionales (1995 y 1997), y también cuando alcanzó el vicecampeonato de la Copa Libertadores en 1998.
Pero de todos esos buenos momentos, al exzaguero nacional aún le queda latente la temporada del año 2.000, debido a que en aquel año Barcelona se pudo salvar del descenso.
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Leer másCorría el 5 de noviembre de dicho año y el cuadro canario venció de visita 1-0 a Macará. Dicho triunfo le sirvió a los amarillos para salvarse del descenso y el héroe de aquel día fue el Chino Gómez.
“Aún recuerdo claramente esa tarde. Barcelona estaba obligado a ganar. No nos servía otro resultado. Ese partido fue especial para todos, pero en especial para mí, debido a que pude anotar el gol con el que salvó la categoría. Haber hecho ese tanto fue como haber ganado un título o algo similar”, dijo Gómez.
El zaguero canario acotó que ese año también fue especial para todos los que conformaron la plantilla de aquella época, pues pese a que estuvieron impagos durante varios meses, los jugadores se comprometieron a salvar al Ídolo.
“Sin miedo a equivocarme, todos los que estuvimos ese año en el equipo amábamos a la institución. A ese partido con Macará llegamos con cuatro meses sin cobrar nuestro sueldo, pero eso no nos importó, lo que queríamos era que nuestro equipo no descienda”.
Gómez reveló que debido al mal momento económico por el que pasaba el cuadro amarillo en aquel año, muchas veces varios de sus compañeros de equipo no podían asistir a los entrenamientos.
“Los casos más extremos de esa temporada era que por lo menos una vez a la semana no podíamos hacer fútbol con todo el equipo, porque algunos de los jugadores, en especial los jóvenes que habían subido aquel año al primer equipo, no tenían para el pasaje del bus, y no llegaban a la práctica. Así que esos días teníamos que completar con algunos miembros de la utilería y del cuerpo técnico, para poder hacer fútbol. Así de compleja fue la situación que nos tocó vivir”.
El Chino manifestó que tras vencer a Macará, cuando ingresaron al camerino, todos los jugadores y demás miembros del club estaban llorando. “Se escuchaba en los pasillos el llanto de mis compañeros. Pero esas lágrimas no eran de tristeza, sino de felicidad y orgullo por lo que habíamos logrado”.
El también exjugador de la selección nacional indicó que dicho duelo ante los ambateños también quedará para siempre en su memoria, debido a antes de que termine el partido, el actual presidente del club, Carlos Alfaro Moreno, se encontraba detenido por haber tenido una fuerte discusión con varios miembros de la Policía.
“El problema entre Alfarito y el policía se dio cuando estábamos jugando. Como ya íbamos ganando, el profe Rubén Insúa dispuso su cambio y el Beto hizo tiempo mientras salía. La Policía intervino, él se calentó y empezaron a discutir y como estábamos aún jugando no pude ver más. Luego me contaron que Carlos se fue corriendo al camerino y hasta ahí lo fueron a buscar y se lo llevaron detenido. Después del partido, todos decidimos que de Ambato no nos íbamos a ir sin el Beto y así fue (risas)”.
Ahora, tras 20 años, Gómez aseguró que de aquel encuentro solo le quedan fotos y videos del recuerdo, pues la camiseta que usó en dicha ocasión se la dio a Insúa.
“El profe me la pidió después de terminar el encuentro. Se la di y él se la amarró al cuello y se fue al camerino. Hace poco pude conversar con él y me manifestó que aún la tiene, eso me deja tranquilo”, finalizó.