Barcelona, una pasión entre rendijas

El amor y el sentimiento intacto hacia Barcelona Sporting Club, no tiene barreras, escollos ni excusas, es un sentimiento que ha demostrado ser sin restricciones, sin toque de queda, simplemente hay pruebas claras que cuando se trata del “ídolo”, todo es posible.

Si las demostraciones de afecto y pasión hacia el cuadro más campeón del país, tuviera un libro, seguramente la historia de dos hinchas manabitas tuviera su espacio, cuyo capítulo se titularía “La Misión Barcelona sí fue posible”.

Sobre las rendijas, en la puerta de ingreso trasera del Hotel Oro Verde, en Manta, provincia de Manabí, se escribe la historia de un sentimiento puro, sincero y fortalecido, un amor futbolero en tiempos de pandemia.

Allí, en ese espacio, durante varias horas, Leandro Pinargote, un acérrimo seguidor del campeón ecuatoriano fue protagonista de lo que parecía nadar contra la corriente, algo difícil y complejo conseguir, que se convertiría en un intento fallido.

“Misión Imposible”, así tituló el mantense de 24 años el anhelo de poder conseguir fotografiarse con todo el equipo y lograr autografiar una casaca amarilla. En otro contexto parecería fácil, pero por las medidas de bioseguridad, el distanciamiento social y las normas sanitarias establecidas, hacerlo realidad es considerado un verdadero reto.

Pinargote se puso en el papel de Tom Cruise, actor principal de la película “Misión Imposible”. De forma ingeniosa, a través de frases de apoyo, cargado de mucha paciencia, sin importar sol o lluvia, sorteando varios obstáculos.

“No importa cuanto se espera, hay una pasión que supera cualquier cosa, es un sentimiento único e incomparable, amar a Barcelona es especial, hay que esperar el momento justo para lograrlo”, dijo.

Y es que, desde el primer día, el hincha fue parte de una calle de honor para recibir al campeón, luego al siguiente día empezó a averiguar las horas de regreso de los entrenamientos, el horario que regresaban de la cena, pendiente de cada detalle, no importaba como, lo valioso era lograrlo.

Leandro dijo que en estos días Barcelona fue su prioridad , dependiendo del horario que acudía al hotel, hubo días que dejó de desayunar, almorzar o merendar, incluso hasta reprogramaba citas con su pareja, en una de ellas la dejó plantada, le dijo que su primer amor fue el “ídolo”

“Pasaba hasta 6 horas esperando una fotografía o el autógrafo, el primero en acceder fue Nixon Molina, luego el profe Bustos. El siempre conversa con nosotros, nos agradece por el apoyo, siempre cuidadoso de las medidas, ellos tienen prohibiciones y comprendemos, nos dijo que tengamos fe, que este año va ser mejor que el anterior”, relata.

A las 20h30 del sábado 30 de enero, luego que los jugadores salían de cenar y pasaban de un espacio del hotel a otro, el corazón amarillo de Pinargote latía a mil. Sabía que ese era el momento propicio para pedirles que se acerquen un poco hasta las rejillas, el hábitat del hincha en estos días de pretemporada torera en Manta.

Y la estrategia le funcionó, conmovidos por ese apoyo, todos los jugadores, incluso hasta el último en sumarse Fernando León, accedieron a firmarle una casaca que será enmarcada y colocada en la habitación de Pinargote. La mayoría de futbolistas toreros accedían a ellos tomar el popular selfie.

“El más complicado fue Javier Burrai, el no se acerca mucho, tuve que esperar una mañana cuando se bajaba del bus y allí pude lograr que firme la camisa y la foto”, dijo.