Barcelona SC: Bello llega como solución

En fútbol lo que más molesta es defender con movimientos de adelante hacia atrás. Al once de Ariel Holan le duele un pase a la espalda de sus centrales o medio centros. Le sacan ventaja en esos espacios temporales.

El modelo preestablecido de Holan es una estructura, una forma de jugar que da respuesta a los comportamientos de los jugadores. La ejecución en contención tiene errores. Le falta continuidad y coordinación. La continuidad de juego está para recuperar el balón lo más rápido posible y en mejores condiciones; que el rival tenga dificultades para conseguir una jugada favorable. Y el bajón de los volantes mixtos de Barcelona SC no acompaña la idea.

Cuando el contrario plantea una defensa hundida, se necesita los cambios de sentido en circulación del balón, una pelota colgada a través de los extremos. Cuanto más regateadores sean, cuanto más posibilidades tengan de encarar uno contra uno, más posibilidades existirá de poder lanzar. Mucho más peligroso es el centro cuando viene del carril interior.

Bello, de juego sobrio y planta firme

Eduardo Bello, de juego sobrio y planta firme, se luce por igual en acción ofensiva y de apoyo. Sus tiros de rastrón afeitan el pasto y entran por el agujero justo. Sus asistencias no hacen más que encontrar lo que busca… y buscar es mérito; hay muchos que esperan y nada más.

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Su presencia en la selección venezolana es recordada como el que sacaba la pelota entre las brasas de la marca. Llegaba hasta el banderín del córner y desde allí cepillaba los palos del arco adversario. Puede actuar de extremo derecho o detrás del nueve. Juega de primera, toca y pasa, recibe y manda. No se le pega la pelota ni se enreda. No tarda en girar. Por eso hizo goles de rebote, goles que mereció porque estuvo a la pesca.

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