La cancelación de los Olímpicos y su financiamiento, preocupaciones del COE
El presidente del máximo organismo del olimpismo ecuatoriano reconoció los problemas que rondan a la institución. Confía en que Tokio sí se desarrolle
La cancelación de los Juegos de Tokio asestaría un golpe mortal al plan estratégico que Ecuador lanzó hace ocho años para alcanzar de nuevo una medalla olímpica, y supondría una gran desilusión para los entre 35 y 40 atletas que aspiran llegar a esa cita. A esa conclusión llegaron el presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), Augusto Morán y el titular de la Federación Ecuatoriana de Atletismo, Manuel Bravo.
El máximo representante del olimpismo local, en entrevista con la agencia internacional de noticias EFE, añadió además a esa preocupación el problema de financiación que el organismo actualmente está viviendo, puesto que deben conseguir recursos para la preparación efectiva y acorde al nivel de todo lo que se ha venido haciendo entre 2017-2020.
"Las instituciones deportivas dependen de los recursos públicos que se transfieren a través de la Secretaría del Deporte, y por la crisis económica y las prioridades del país, el deporte va a menos", alertó Morán.
En la actualidad, el Plan de Alto Rendimiento tiene una partida de 12,4 millones de dólares anuales, pero debido a la falta de liquidez las federaciones han trabajado en base a remanentes del año anterior y a lo que algunas empresas privadas han podido aportar.
"Será una frustración enorme (que se cancelen los Juegos), tras ocho años, con un plan estratégico en busca de reeditar la ansiada medalla olímpica y las glorias de Jefferson Pérez en 1996 y 2008", agregó el presidente de la FEA, Manuel Bravo, al tiempo que aseveró que la suspensión "trastocaría enormemente" a los atletas, "en particular a aquellos que, por edad, están por cerrar su ciclo olímpico".
El marchista Pérez es el primer y único ecuatoriano que ha subido a un podio olímpico en la historia de los juegos, con un oro en Atlanta y una plata en Pekín.
Desde entonces, el país aspira a reeditar su hazaña y para ello lanzó un plan estratégico, con vistas a Tokio, que estaba dando frutos a juzgar por los logros de sus atletas en competiciones internacionales recientes.
El bronce de Alex Quiñonez en 200 metros lisos en el Mundial de Atletismo de Doha 2019, o los dos bronces de Neisi Dajomes en los Campeonatos del Mundo de halterofilia de Pattaya, son un ejemplo de ese trabajo.
El presidente del COE, coincidió con Bravo en que la cancelación tiraría por la borda el trabajo de dos ciclos olímpicos para tener una representación importante en Tokio y no quiere ni imaginarse el impacto en deportistas que por edad están para cerrar su ciclo olímpico. "Sería una desilusión para los más de 35 o 40 atletas, entre clasificados y por clasificarse", ya que "algunos hasta tienen sus pasaportes para Tokio, y otros están por conseguir sus cupos", consideró.
Si bien, la "esperanza" de ambos es aún de que "sí se puedan hacer" los juegos, pese a los problemas que las distintas federaciones afrontarían para completar preparación y clasificación.
"En Ecuador tenemos algunos problemas puntuales, el mayor es la COVID-19, y si es que no tenemos una vacuna no se pueden dar ni siquiera las etapas de clasificación en deportes de combate, pues en toda América no se ha tenido la oportunidad de tener el clasificatorio continental", puso de ejemplo Morán.
Positivismo en entrenadores
Nelson Gutiérrez, entrenador de Quiñonez, y de las también velocistas Ángela Tenorio y Anahí Suárez, está convencido de que los Juegos no serán cancelados; sencillamente habrá adaptación.
"A partir de 2021 tendremos que aprender a vivir con lo que está sucediendo, cada día estamos en busca de alternativas de convivencia. Tendríamos que ir a los Juegos con todas las medidas de bioseguridad porque hoy por hoy muchas empresas empiezan a hacer mascarillas, como Nike y Adidas", finalizó.