Carlos Hidalgo: “Es lindo que me recuerden aún como Huancavilca”
El exfutbolista de Barcelona y Emelec se pone a tono con las fiestas y recuerda cómo era Guayaquil
Carlos Hidalgo es el último guerrero huancavilca que ha dado el fútbol, esto haciendo alusión a un guayaco de cepa por las Fiestas de Julio. Entregado, amiguero, peleador y jugador de índor, practicó fútbol en cancha de tierra y llegó al profesionalismo con Emelec y Barcelona.
Nacido en la ciudadela FAE de Guayaquil, sabe lo que es ser huancavilca. Hace honor a su apodo, ya que su escuela de fútbol en Manabí lleva como nombre Huancavilca.
Un hombre fuerte en el medio campo
EXPRESO conversó con el exjugador y ahora entrenador. Su escuela ahora nutre de jugadores al Portoviejo FC, que juega en el ascenso. Su hijo, Carlos, de 17 años, es parte del equipo. El, a sus 45 años, volvió a estrenarse como padre.
- ¿Cree que le hace honor a su apodo: el Huancavilca, siendo aguerrido, amiguero y tras comenzar peloteando en la calle?
- Nací en la ciudadela FAE. Mis inicios fueron en cancha de tierra. No había canchas de césped, ni se pensaba en las sintéticas. Las canchas eran las típicas del Guayas, fuera de tu casa, en la calle. Teníamos ese sentido de pertenencia. Hoy es totalmente distinto. Nosotros vivíamos en la cancha de tierra. Recuerdo que los partidos duraban tres horas. Algunos marcadores eran de 24 a 15 y hacíamos una pausa para tomar una cola o agua. Se jugaba a la sombra, con lluvia, con sol.
Ahora entrena a los chicos y jóvenes de Manabí
- ¿Los arcos se hacían con lo que estuviera a la mano?
- Claro, colocábamos algún objeto; a veces una jaba de cerveza, otras solo piedras. También jugábamos colocando papel periódico o le poníamos una media, o solo una cinta. Jugábamos con lo que teníamos. Recuerdo que en esa cancha de tierra, te caías y no te levantabas; te destrozabas las piernas. Hoy es algo súper bonito de recordar. El jugador guayaco de antes era amiguero, metedor, luchador, hacía todo para jugar. Era quien armaba el equipo, quien organizaba todo. En mi casa era yo quien armaba las famosas apuestas que terminaban yendo a comprar las aguas y el pan.
- ¿Cómo llegó a Emelec?
- Entrené en 9 de Octubre, que estaba en la FAE, con el Pichi Flor, y tuve la oportunidad de jugar un partido en el estadio Modelo cuando tenía nueve años. Cuando Emelec me llevó a las formativas, entrenaba en la cancha del colegio Aguirre Abad y tuve excelentes formadores como José Ramos, José Mora, Rémulo Sotomayor, Torres Garcés, Jesús Cárdenas, Bolívar Merizalde, entre otros buenos entrenadores. Luego pasé al equipo de Primera y comenzó mi carrera en varios equipos. Al final tuve la suerte de jugar en ambos equipos del Astillero.
-¿En qué momento aparece el apodo de Huancavilca?
- Fue mi papá quien me decía que era un guerrero. Luego mi tío, debido a mi fuerza y coraje, me decía que yo era el último guerrero huancavilca; que era como un indio, debido a que tenía el pelo largo. Eso fue cuando tenía 19 años. Una vez aparecí con un cintillo en la cabeza, ahí ya era un huancavilca, y hasta ahora me llaman así.
- ¿A qué se dedica actualmente?
- Tengo una escuela de fútbol que se llama casualmente Huancavilca, pero en Manabí. Estoy viviendo acá hace 17 años. Me siento bien, mi esposa es de acá. Vine a jugar a Liga de Portoviejo, y Manta. Siempre la gente destaca que soy Huancavilca, y eso es lindo, que la gente te valore por lo que dejaste en la cancha.
Siempre lo destacan como el Huancavilca
-¿Ese espíritu huancavilca se obtiene en la calle o viene en los genes?
- Viene en los genes. Por ejemplo, mi papá Carlos y mi tío Juan eran campeones de taekwondo y pesas. Crecí en ese ambiente fuerte, viéndolos luchar todos los días, pero a mí me gustaba el fútbol, aunque con mucha lucha en el trabajo.
-¿En Manabí se dedica a sacar jugadores?
- Sí, es un trabajo bonito estar con los pequeños en la escuela de fútbol Huancavilca Carlos Hidalgo. Además, mi escuela nutre al Portoviejo FC de Segunda Categoría. Tengo a mi hijo Carlos Julio, que juega de delantero.
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