Carlos Mina: “En la cárcel escuchaba voces que decían que me mate”
El boxeador ecuatoriano tuvo su pelea más dura en la cárcel de Estados Unidos, donde se intentó quitar la vida en varias ocasiones
Carlos Mina intentó suicidarse mientras estuvo preso en Estados Unidos por un presunto abuso sexual. Un día se paró firme y se dejó caer hacia atrás con la intención de golpearse fuerte la cabeza en el piso y morir de una contusión cerebral, pero solo sufrió un desmayo.
Estaba en El Hoyo, como se le llama al pabellón donde envían a los presos que se portan mal. Mina estuvo allí más de un año porque había molido a golpes a un reo que lo impactó con el codo durante un partido de básquet en el patio del reclusorio.
El boxeador ecuatoriano aseguró a EXPRESO que escuchaba voces que le ordenaban que se hiciera daño, que acabara con su vida. Otras veces esas mismas voces repetían su nombre con insistencia. El encierro lo estaba volviendo ‘loco’ y de a poco perdía las esperanzas de salir de prisión.
Cada vez que Carlos tenía crisis suicidas era trasladado a un pabellón para psicópatas. Su celda era un cuarto pintado completamente de blanco y tenía una luz amarilla que siempre permanecía encendida. Entraba allí desnudo y con una manta gruesa para cubrirse del frío. Solían dejarlo en ese sitio una semana o más.
Mina, de 29 años, estuvo 850 días detenido en la Clark County Detention Center y en Nevada State Prison. Salió en libertad el 26 de octubre de 2021 y fue trasladado a un centro de migrantes hasta que el 19 de noviembre fue deportado a Ecuador. Llegó en un avión de la Policía estadounidense, con las manos y los pies encadenados. Traía puesta la misma ropa que había usado en la cárcel.
Las heridas de esa amarga experiencia no se van, pero el púgil guayaquileño ha regresado al boxeo para tratar de curarlas. Hace dos semanas volvió de forma oficial a los cuadriláteros en el Campeonato Continental de Boxeo -categoría absoluta-, que tuvo el aval de la Confederación Americana de Boxeo (AMBC) y la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA). Su anhelo es clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024 y darle al país su primera medalla olímpica en esta disciplina deportiva.
- Empecemos hablando de sus días en prisión. ¿Cuál fue la etapa más difícil de sobrellevar?
- Cuando estuve en El Hoyo. Las celdas son cuartos estrechos en los que apenas se puede dar dos pasos, con un baño, una cama de cemento y con colchón fino. Solo podía salir una hora diaria para bañarme, ver algo de televisión o leer un libro. Empecé a escuchar voces que decían que me mate, que me haga daño. Me decían que me tire para atrás de cabeza. A veces conversaba con esas voces. Pasar tanto tiempo aislado, sin poder hablar, me estaba volviendo loco.
- ¿Cómo hizo para que todo eso no lo enloqueciera?
- Puse de mi parte, dependía solo de mí. A veces estaba bien, pero volvía a escuchar las voces y me descontrolaba. Cuando pasaba eso me mandaban a una celda para psicópatas. Me desnudaban y me daban solo una cobija. Allí no había nada con lo que pudiera hacerme daño. Pasaba encerrado una semana, a veces más, todo dependía de mi salud mental. Allí no se escucha ningún ruido, solo los gritos de otros presos.
- ¿También intentó suicidarse en la celda para psicópatas?
- Sí, dos veces me lancé para atrás y los guardias me vieron por las cámaras. Una de esas veces quedé tendido en el piso, ‘soñado’, vinieron los vigilantes y me llevaron al médico. Estaba inconsciente.
- ¿Había alguna actividad que lo calmara en prisión?
- Escribir canciones y dibujar. Durante el tiempo que estuve encerrado escribí más de 200 canciones y dibujé algunas prendas de mi marca de ropa personal. Perdí por completo el interés por entrenar.
- ¿Qué lo hizo desanimar?
. El abandono de las autoridades deportivas ecuatorianas. Me dejaron solo. Nunca me llamaron, nunca me llevaron un plato de comida a prisión. Solo tuve el respaldo de mi familia.
- Pero las autoridades deportivas dijeron en su momento que no lo habían dejado desamparado y que habían colaborado para que cuente con un abogado en los Estados Unidos.
- Cuando empezó mi problema, yo pagué 15.000 dólares de mi dinero a un abogado para que resuelva mi situación legal. Y gracias a eso pude regresar a Ecuador sin problemas en esa ocasión. Pero cuando volví para presentarme a la audiencia en la corte para declarar mi versión, la policía me detuvo en el aeropuerto de Miami. Y allí empezó mi pesadilla. Estuve unos 20 días allí y después me trasladaron a Las Vegas. Me fijaron una fianza de $ 500.000.
- Cuéntenos su versión de por qué cayó preso, ¿qué ocurrió en Las Vegas, Nevada?
- En 2019, un representante hizo gestiones para que vaya a entrenar a la academia de Floyd Mayweather y prepararme para el Mundial de Hamburgo y los Juegos Olímpicos de Tokio. En el gimnasio conocí a una chica, cruzamos miradas, coqueteamos, nos gustamos y empezamos a salir. Después me tocó regresar a Ecuador y ella me ofreció quedarme en su casa la segunda vez que fuera a entrenar en la academia. Y así fue, cuando regresé a Las Vegas me quedé en su casa; ella vivía con la mamá.
- ¿Qué pasó después?
- Ella quería que me quede viviendo en Estados Unidos y que me pase al profesionalismo. Quería ser mi mánager y manejar mi carrera. Lógicamente, le dije que no porque tenía un compromiso con mi país, tenía que ir al Mundial de Alemania. Pero ella insistía.
- ¿En qué momento surge eso del presunto abuso sexual entonces?
- Un día antes de regresar a Ecuador salí a hacer compras para mis hijos. Ella salió de casa con su mamá y fue a poner una denuncia en mi contra por violación, pero yo no lo sabía. Cuando yo regresé en la noche a su casa, toqué la puerta y nadie abrió. La llamé por teléfono y me dijo que había sufrido un accidente, que estaba en el hospital y que regresaba en media hora.
- ¿Y llegó?
- Eran las 03:00 y no llegaba, temí perder el vuelo porque a esa hora debía estar en el aeropuerto para regresar a Ecuador. Ya a las 05:00 llegaron policías, me preguntaron si yo era Carlos Mina y me dijeron que estaba detenido por intento de violación. Me llevaron a una delegación y me interrogaron.
- Pero en esa ocasión lo dejaron en libertad...
- Claro, los policías me dijeron que por esa vez no me iban a detener, que vaya al Mundial y que después solucione el tema legal y así lo hice. Cuando volví fue que me detuvieron.
- ¿Y cómo logra finalmente salir de prisión?
- Pese a que no había cometido violación alguna y no tenían pruebas en mi contra, me declaré culpable por sugerencia de mi abogado. Eso hizo que me den poco tiempo, porque me iban a dar cadena perpetua. Con el trato solo iba a estar preso entre 18 y 48 meses. Ahora no puedo entrar a Estados Unidos durante 10 años.
- Todo este problema hizo que saliera del Plan de Alto Rendimiento en el que se encontraba, ¿de qué vive ahora?
- De la buena voluntad de colegas y amigos que me prestan dinero y que saben que cuando yo tenga, como sea lo voy a devolver. Si hay algún trabajo para mí lo agarro.
- ¿Qué significa la fecha que tiene tatuada en el pómulo izquierdo de su cara: 20-09-2013?
- Es la fecha en que conocí a mi esposa. Ahora que salí de prisión sigo con ella; ella es mi primer amor.
LA FICHA
Fecha nac.: 10/10/1992 (29 años) / Historia: Nació en Guayaquil y estuvo ahí hasta los 6 años que emigró a San Lorenzo y dos años después a Quito, donde competía por Pichincha. Trayectoria: Ganó el oro en los Bolivarianos 2013 de Perú y clasificó a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en la categoría de peso semipesado. Considera su logro más importante el bronce mundial obtenido en 2017 en el XIX Campeonato Mundial de Hamburgo (Alemania).