Carlos Mina está perdiendo por nocaut
Un trastorno mental mantiene al pugilista en una crisis constante que ya ha puesto en riesgo su vida. Sus familiares solicitan ayuda
El rival más duro en la vida de Carlos Mina. Un trastorno mental está consumiendo al boxeador guayaquileño, de 30 años, quien estuvo a un triunfo de conseguir una medalla olímpica en Río de Janeiro 2016.
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Leer másEl diploma olímpico que ganó en esa cita, cuando se codeaba con la élite mundial, ahora sirve de poco. La pelea más difícil la está perdiendo y por nocaut. Por su condición médica está sumido en una crisis que en ocasiones lo arrincona, poniendo en riesgo su integridad.
El pasado 31 de diciembre, en el cantón Puerto Quito, cuando en su casa se realizaban los preparativos para recibir el 2023, el pugilista desapareció y nadie supo de su paradero hasta la noche del pasado jueves 5 de enero de 2023, cuando habitantes del sector Cotocollao, del norte de Quito (a dos horas de su domicilio), reportaron que un indigente convulsionaba en la vía pública.
Sin embargo, no se trataba de un hombre en situación de calle, sino del deportista. Los lugareños no lo sabían. Mina fue llevado a un hospital cercano y por sus crisis mentales los médicos no pudieron valorarlo y tuvieron que llamar a la policía.
Luego de eso, cuando se calmó un poco, hubo residentes que colaboraron con agua para que se aseara y también con prendas de vestir y zapatos, para que no siguiera desnudo.
María Fernanda, la hermana mayor del boxeador, contó que en ese momento el deportista, al estar en una de sus crisis, no daba su nombre, sino que hablaba de forma extraña, lo que hacía que otros no le entendieran.
No obstante, en un momento de fugaz lucidez, habría dicho que se hospedaba en un lujoso hotel de la capital y los agentes que lo custodiaban lo llevaron al lugar. Fue así que los parientes se enteraron de que estaba en manos de los uniformados, porque el personal del hotel los contactó.
Según la hermana, en una desaparición anterior él habría ido al sitio. Por eso, habían dejado una fotografía y un teléfono de contacto, por si volvía a presentarse una emergencia. Y ocurrió.
La parienta acotó que los problemas mentales de Carlos Mina se acrecentaron luego de su salida de prisión, pues pagó una condena en Estados Unidos acusado del cargo de violación. El pugilista, en una entrevista exclusiva con EXPRESO, dijo que no cometió ese crimen, pero que aceptó esa responsabilidad para obtener una pena menor, por sugerencia de su abogado.
Mina empezó a dar sus primeros golpes a los ocho años. Ya en su carrera profesional fue parte de diferentes torneos y juegos internacionales que lo llevaron a obtener preseas en distintas categorías, incluyendo medallas de oro.
Su sueño se acabó cuando terminó en prisión. A partir de ese momento dejó la práctica deportiva, salió de la lista de deportistas de alto rendimiento y se quedó sin respaldo económico. Por eso, sus familiares necesitan ayuda para su tratamiento, porque su trastorno ni siquiera ha podido ser definido.
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