Darwin Castro, el atletismo le salvó la vida
Tras quedar ciego a los 16 años, el cuencano fue medallista Parapanamericano, 4° en el mundo y primer diploma paralímpico. Ahora busca ir a Tokio
Darwin Castro siempre fue bueno para correr. Recuerda que de niño, en su natal Cuenca, le encantaba ir detrás de un balón de fútbol, hasta que a los 13 años le fue diagnosticado una enfermedad ocular que le dio un vuelco completo a sus planes.
El vivaracho pelotero perdió por completo la visión a los 16, sin suponer siquiera que se convertiría en uno de los deportistas con discapacidad visual más destacado de Ecuador. Hoy, con 27 años, el azuayo es reconocido en la órbita del deporte adaptado por haber conseguido para el país dos medallas en Juegos Parapanamericanos, un cuarto lugar en un Mundial y el primer diploma de Juegos Paralímpicos en la historia del país.
Su madre lo incentivó a correr y a darle otro sentido a su vida. Y vaya que lo consiguió. En el 2013 la Federación Ecuatoriana para Personas con Discapacidad Visual (FEDEDIV), descubrió su potencial y un año más tarde conoció a Sebastián Rosero, su guía, con quien fue al alza. “A Sebastián lo considero como mi hermano, Dios lo puso en mi camino para que me ayude en todo”, enfatiza Darwin a quien su primera medalla internacional (bronce) le llegó en el Open Internacional de Cali en la prueba de los 1.500 metros planos categoría T11. Un año más tarde (2015) mejoró todas sus marcas en el Grand Prix de Sao Paulo, lo que le valió la clasificación a los Juegos Parapanamericanos de Toronto, donde se convirtió en el primer ecuatoriano con discapacidad visual en ganar una medalla en un torneo de esta envergadura.
“Fue maravilloso estar en un podio Parapanamericano por primera vez y demostrar que Ecuador tiene potencial en el deporte adaptado”, acotó. De ahí su carrera se repotenció.
Fue a los Juegos Paralímpicos de Río 2016, donde se adjudicó el primer diploma paralímpico en la historia del país al ubicarse séptimo, logro que le dio el impulso para que en el 2017 pueda ubicarse cuarto en los 5.000 metros planos en el Mundial de Paraatletismo, en Londres. El año pasado reconfirmó su crecimiento deportivo en sus segundos Juegos Parapanamericanos, los de Lima, donde conquistó oro en los 5.000 metros planos.
Con toda esa proyección los Juegos Paralímpicos de Tokio pintaban una oportunidad excepcional para el tricolor, pero se suspendió todo hasta 2021 por el COVID-19. Él no pierde la motivación. “Fue muy difícil aceptar que la cuarentena era una realidad... nos cancelaron todos los eventos que teníamos en Europa, pero seguimos fuertes. Ecuador va a brillar en los Paralímpicos de 2021”, le puso Castro la firma.
Desde la sema pasada y hasta el 13 de septiembre, el deportista y varios atletas absolutos y paralímpicos entrenan en un campamento intensivo en Loja. Todo sea por el cupo a Tokio.