Confían en tener su revancha en Tokio
Darwin Castro y sus guías Sebastián Rosero y Diego Arévalo ganaron diploma paralímpico en los 5.000 metros. Van por la medalla en su segunda prueba
Un sabor agridulce le dejó al paratleta Darwin Castro y sus guías Sebastián Rosero y Diego Arévalo el diploma paralímpico obtenido en la prueba de 5.000 metros, en el debut de la delegación ecuatoriana en Tokio.
Miryam Núñez cumple con su sueño europeo
Leer másLos tricolores tenían en la mira una medalla, pero alcanzaron el sexto lugar para sumar un nuevo certificado, que se agrega al obtenido en Río 2016, donde se estrenaron en la máxima cita deportiva.
Juan Rosero, padre de Sebastián y quien recibió durante unos años a Darwin en su casa, confesó que “ellos estaban preparados para dar más. Estoy seguro de que van por la revancha en la competencia de 1.500 metros”.
Analizó que quedó en evidencia que les falta tener más competencias en el exterior para conocer el nivel de sus rivales. “Esperamos que se brinde mayor apoyo para que se sigan preparando. Durante su preparación para Tokio no pudieron ir a varias carreras por la falta de recursos”, señaló.
Don Juan, su esposa, hermanos y sobrinos se reunieron en su vivienda en Santa Anita, al sur de Quito, para con nervios y frases de aliento observar la competencia desarrollada en Japón. Estaban físicamente en la capital, pero con el corazón a casi 14.500 kilómetros, en Tokio.
“Hicimos fuerza desde acá para que luchen por la medalla, pero el ritmo de los japoneses fue tremendo. Al final de la prueba les enviamos mensajes de aliento, que no se desanimen, porque dieron todo por dejar en alto al país y cuentan con una nueva oportunidad”, expresó el progenitor.
Richard Carapaz se cruzó Sudamérica
Leer másRosero destacó que “puede ser que la presión al estar entre los favoritos les haya afectado. Lo importante es que lograron reponerse y no fundirse por tratar de seguir el ritmo de los líderes. Ahora ya van para la siguiente carrera sin los nervios del estreno y adaptados a las altas temperaturas”.
Don Juan afirmó que están orgullosos por este nuevo diploma paralímpico, “obtenido ante los mejores del mundo”. Y ya se alistan para seguir el domingo 29 de agosto la prueba de 1.500 metros. Su corazón le indica que en esa carrera “darán el golpe”.
Además, planifican ya el recibimiento a los deportistas a su retorno de Tokio. “Les gustan los mariscos y el sushi, también el caldo de patas y el seco de pollo. Los recibiremos como los campeones que son”, destacó Rosero, quien en el cuarto que Sebastián y Darwin compartían antes de radicarse en Cuenca, guarda varias de las medallas que han obtenido con mucho esfuerzo en su trayectoria en el atletismo.