Coronavirus: La depresión deja offside al fútbol
Los casos de los jugadores en el mundo se han incrementado hasta el 22 %. Algunos pueden ser fatales. Ecuador no es ajeno a esta realidad
“Hay un caso (en el equipo) que no está siendo nada fácil. Un jugador tuvo un hijo recientemente y no ha podido compartir con el grupo. Otro echa mucho de menos a su familia y está solo. No son ecuatorianos y están en el extranjero sin que nadie vaya a visitarlos, lejos de sus hijos y esposas. No es fácil”. Las palabras de Miguel Ángel Ramírez, entrenador de Independiente del Valle, revela la llegada al fútbol del enemigo silencioso actual de la humanidad, la depresión, debido al aislamiento por el coronavirus.
Uno de los casos a los que hace referencia el estratega español es el de su compatriota Dani Nieto, cuya pareja, Paula, está a punto de dar a luz en el país ibérico. Lo más seguro es que el extremo no pueda viajar al nacimiento del bebé, por las restricciones de movilización que provoca la pandemia.
Lo que sucede en Ecuador es una muestra de la realidad de muchos deportistas en el mundo.
Más de un futbolista de cada diez presenta síntomas de depresión desde la suspensión de las competiciones, en marzo debido a la propagación del coronavirus, señaló el Sindicato Mundial de Jugadores (Fifpro), al presentar las conclusiones de un estudio.
El sindicato hizo un estudio entre el 22 de marzo y el 14 de abril con 1.602 jugadores de 16 países en confinamiento, entre ellos: Inglaterra, Escocia, Francia, Australia y Estados Unidos, con 468 jugadoras incluidas.
El 13 % de los hombres y el 22 % de las mujeres mostraron síntomas de depresión. Un estado de “ansiedad generalizada” se detectó en un 18 % de los jugadores y en un 16 % de las futbolistas.
La psicóloga Mónica Llanos tiene una lectura del fenómeno. “Es algo que está sucediendo a nivel general, los casos de depresión aumentan en todo el mundo. Los futbolistas tienen un ritmo de vida muy fuerte y cada vez que juegan un partido se crea una serie de expectativas que los motiva. Trabajan en equipo. La compañía, la motivación mutua les genera altos niveles de adrenalina y todas las hormonas que tienen que ver con la felicidad. Hoy se sienten afectados, no solo desde el punto de vista emocional, sino fisiológico y al no tener esa presión el nivel de sus hormonas baja notablemente, porque no es lo mismo entrenar en sus casas. Les falta el triunfo, los logros, el reconocimiento de toda la hinchada”.
Su colega, Octavio Huerta, comparte dicho criterio. “El tema de los futbolistas es de especial atención, porque hay diferentes variables que pueden magnificar el comenzar a tener ese sentimiento de depresión, de falta de sentido por la vida. Ellos trabajan al aire libre y ser el centro de atracción les ayuda a elevar el ánimo, el ego, la parte motivacional. La incertidumbre de no saber cuánto tiempo tendrán que estar lejos de su actividad puede ser muy difícil de sobrellevar”.
Y es que el deporte es mucho más que una actividad muscular y la crisis provocada por el coronavirus está reflejando ese rostro desconocido, la parte humana de sus actores.
Andrés Arce, médico de Barcelona.
UN FUTBOLISTA MUERRE EN CASA
Innokenti Samojvalov, futbolista ruso de la filial del Lokomotiv Moscú, murió de insuficiencia cardíaca mientras entrenaba individualmente en su domicilio, debido a la cuarentena provocada por el coronavirus.
El club estaba al tanto de que el futbolista tenía problemas con el corazón, según informó uno de sus entrenadores.
“Una pena por el chico, es una tragedia. En el Lokomotiv sabían de sus inconvenientes de salud. En algunas concentraciones no entraba”, dijo el técnico Andréi Talaláev.
A su vez, culpó al propio jugador de lo ocurrido, aduciendo que cuando entrenaba con el resto del equipo todo está “bajo el control de los médicos.
El trabajar aislado, según el estratega, impidió que dicho control siga siendo efectivo.
Debido a la pandemia producida por el Covid-19 los jugadores del Kazanka -nombre del equipo de Samojvalov- entrenaban de manera individual en sus domicilios.
Mónica Llanos, psicóloga.
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