Chimbacalle
El conserje y el presidente de la liga reparan la cancha, maltratada por las lluvias.Cortesía

Coronavirus: la liga barrial Chimbacalle no para pese a la emergencia

El uso y el clima han causado daños en la cancha. A falta de personal, la directiva repara el césped en plena época de crisis sanitaria.

Un festival de Carnaval dejó más de un prejuicio en la liga barrial Chimbacalle, ubicada en el sector del sur de Quito que lleva ese mismo nombre. Entre las tarimas que se colocaron para los conciertos y las fuertes lluvias, la cancha quedó estropeada y, pese a la emergencia por el coronavirus, la directiva no para.

Ángel Romero, presidente de la liga, ha estado trabajando desde hace tres semanas en la reparación del césped natural. "Organizaron ese festival de Carnaval y nos ofrecieron arreglar, pero luego se desató la emergencia y ahí quedó. Alguien tiene que hacerse cargo", comentó el directivo.

Es por eso que capacitó al conserje que cuida el complejo deportivo para que, además de sus labores, aprenda a hacer trabajo de mantenimiento. Romero y su ayudante dedicaron la mañana del lunes 13 de abril de 2020 a reponer el césped que quedó dañado en medio de la cancha.

"Tenemos una persona que se encarga de hacer mantenimiento pero no quiso venir, él vive en Conocoto, y dijo que le da miedo esta emergencia", contó Romero. Es por eso que aprendió a quitar trozos de césped donde hay más para rellenar la media cancha donde quedó estropeado.

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Treinta metros de césped se trasladaron para reparar los daños. Es la manera en la que el complejo de Chimbacalle continúa funcionando, aunque no ha percibido ingresos desde que empezó la emergencia en el país y, a decir de Romero, se siguen manteniendo gastos.

Dentro del complejo hay un club que se renta para que los vecinos se reúnan a jugar naipes o hacer diversas actividades. También subsiste de la renta de la escuela de fútbol y de habitaciones para inquilinos casuales, pero ninguno de esos espacios ha generado ganancias desde hace un mes.

Pero los gastos siguen intactos: Romero aún debe cancelar servicios básicos y, lo más importante, el salario puntual del conserje. "Reunimos como 7 mil dólares de lo que se le arrendó la cancha a Deportivo Quito el año pasado y gracias a esos ahorros es que estamos saliendo".

La esperanza de la liga era este año seguir rentando todos esos espacios, además de la cancha al torneo de Segunda Categoría, pero eso está pausado. Otro ingreso que dejó de percibir la barrial fue la de la venta de entradas para los partidos de cada fin de semana.