
El cortejo fúnebre de Maradona se perdió camino al cementerio
Los custodios de la carroza tomaron una ruta equivocada, pero finalmente llegaron al lugar donde los restos del Pelusa reposarán junto a sus padres
El adiós del Diez no podía ser uno más. Aunque la familia de Diego Maradona había pedido una ceremonia íntima, la misión resultaría imposible.
Y es que el Pelusa desde hace mucho tiempo dejó de pertenecerle a la familia, a los amigos, a Argentina. Diego era del mundo, de los amantes del rey de los deportes, de aquellos que disfrutamos de aquella zurda mágica que podía cambiar la historia de un partido, e incluso de un Mundial.
Por eso a nadie sorprendió que en plena pandemia las medidas de bioseguridad queden atrás en Buenos Aires. Todos salieron a las calles para ver, aunque sea por unos segundos el féretro que contenía los restos del más grande.
Los incidentes no podían faltar y posiblemente esa presión fue la que terminó jugándole una mala pasada a los polícias que guiaron la carroza hacia el cementerio donde Maradona sería sepultado junto a sus padres, Diego y su querida Tota.
En un momento quienes marchaban adelante tomaron una ruta equivocada y el cortejo los siguió, demorando por unos minutos el arribo al destino.
Incluso ya con su cuerpo inerte el Diez encontró la forma de hacerle una gambeta a la vida. Era como si no se quisiera ir, como si por un momento más deseaba escuchar el cántico que durante muchos años escuchó en los estadios y que el 26 de noviembre lo acompañó hasta su última morada: "Olé... olé... olé... Diego... Diego".