David Cabezas: “Uno de mis grandes anhelos es jugar en la selección”
El capitán de El Nacional cuenta su camino para consolidarse en el arco y llevar al club a una final después de 18 años
David Cabezas va firmando una gran 2024 con El Nacional, obteniendo la clasificación a la Copa Libertadores de 2025 y, lo que es más importante para la hinchada roja, volver a una final después de 18 años. El golero disputará su primera definición de un título, el de la Copa Ecuador, en medio de una compleja situación económica, pero a la vez consciente de que su carrera está en su primer gran momento.
Cabezas llegó al equipo criollo hace trece años y hoy siente que le ha entregado lo mejor de sí al club. Así lo cuenta a EXPRESO en medio de este momento dulce, repasando también sus primeros pasos, sueños pendientes y la huella que va significando en su vida el cuadro militar.
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- Por fin otra final para El Nacional ¿Cómo vive todo esto?
- Como siempre digo, agradecido con Dios por todo lo que estoy viviendo como futbolista. Han sido años de preparación muy buenos, todo es esfuerzo de años, casi media vida en el club porque llegué en 2011, al año siguiente me registraron. He seguido mi proceso, ahora siendo titular, capitán del equipo, muy contento por todo esto.
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Leer más- ¿En la cancha no se nota que la pasan mal en lo económico?
- Hemos dejado pasar muchas cosas, pero dentro del campo de juego somos diferentes, somos una familia, unidos, todos remando para el mismo lado. Como grupo nos hemos unido mucho y nos comprometidos con la institución a llevarla a un torneo internacional, de llegar a una final después de 18, que se nos dio. Somos muchos compañeros creyentes, así que antes de cada partido nos encomendamos a Dios y eso también nos ha dado fortaleza.
- ¿Qué siente a nivel personal al ir cumpliendo metas?
- Si yo pudiera retroceder el tiempo y verme, decirle a ese chico de 12 años que no deje de luchar, que sea perseverante, que Dios lo va a bendecir y va a llegar a ser el capitán de El Nacional, que llevará al club a una final. Ahora entiendo todo el proceso que viví, porque me costó lagrimas estar acá, sufrí bastante, pero he sido valiente confiando en mis condiciones. Muchas veces la gente no confía en ti, he tenido ese punto a favor de ser fuerte mentalmente.
- ¿Cómo fue ese proceso?
- No comencé como arquero. Fue lindo eso, cuando a mis 11 años me cambiaron de escuela y, siendo nuevo, en el recreo faltaba uno para el partidito de fútbol. Ahí me dijeron si quería atajar porque faltaba uno y acepté por hacer amigos. Desde ese momento que tapé me sentí bien, fue una sensación diferente. Después empecé a entrenar ya como portero en el semillero de Eduardo Benavídez, pasé después a la del profe Darwin Castillo, de donde salió Moisés Caicedo. Ahí ya empecé en torneos, aunque todavía jugaba de extremo, central o delantero. Pero después ya fue solo el arco.
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Leer más- ¿En qué momento ya se decidió por el arco?
- En el tiempo que Pepe Pancho Cevallos fue campeón con Liga de Quito de la Copa Libertadores, ahí me llamó más la atención. Me inspiró, yo lo tengo a él como referente en el fútbol ecuatoriano. Espero conocerlo, tenerlo frente a frente, tratarlo y pedirle una foto.
- ¿Y a El Nacional cómo llegó?
- A Quito vine primero a hacer varias pruebas en Liga de Quito, que no me quedé por ahí por algún interés, y también en Independiente del Valle, que no pasé. Luego pude entrar a Clan Juvenil, en 2011, donde seguí formándome, por lo cual soy muy agradecido del club. Y finalmente ese mismo año ya llegué acá.
- ¿Y antes de entrar cómo hizo ese año para vivir?
- Jugaba en unos barriales en el Colegio Montúfar con otros amigos de Santo Domingo. Ahí nos pagaban, o nos íbamos a Fundeportes, en el sur de Quito, o al parque La Carolina, al norte. Ahí apostando algo sacábamos para los pasajes, comida. Yo nunca quise preocupar a mi mamá pidiéndole nada, me buscaba la vida acá.
- Hoy ella debe ser la más feliz.
- Mi madre, mi esposa y mi hija han sido los pilares en mi vida. Han estado ahí en momentos en los que nadie creía en mí, o cuando quizás quise dejar esto, ellas estuvieron para decirme que sí podía. Mi mami me dijo que no me rinda, que iba a llegar lejos; mi esposa ha estado en los peores momentos también, con mi hija. Ellas son mi fuerza.
- ¿Sueños pendientes? Es inevitable preguntarle por la selección.
- Como ecuatoriano, uno de mis anhelos, algo que siempre está en mi mente es jugar en la selección. Seguiré mejorando, preparándome, siendo esforzado y valiente para que cuando llegue el momento sea una decisión de la gente de la Tri que piensen que me lo merezco. Por ahora estoy tranquilo. Y otro sueño pendiente que tengo es jugar en el exterior, que espero se me pueda cumplir.
- ¿El Nacional deja una marca ya en su vida?
- Mucha gratitud con el club por abrirme las puertas. Me ha costado lágrimas, pero ahora valoro ese proceso. Descendí, lo pudimos ascender, ahí jugué, fui capitán. Solo agradecido por esto que estoy viviendo, con mi familia, la hinchada y esos guerreros que son mis compañeros.
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