El apoyo al deporte debe ser visto como inversión, más que un gasto

Tras la publicación de Diario EXPRESO en la que se reveló el retraso de varios meses en los pagos de las becas de deportistas y entrenadores ecuatorianos del Plan de Alto Rendimiento (PAR), expertos en marketing y gestión deportiva abordaron el tema y expusieron las formas en la que las autoridades de Gobierno pueden dar una mejor solución, sobre todo ante una crisis de liquidez por la pandemia que no tiene señas de parar.

Si bien la Secretaría del Deporte sigue sin dar su versión sobre esta problemática, países más desarrollados han tenido claves para que el gasto en este tipo de planes sea visto mejor como inversión a la hora de sostenerlo, entre ellas concebir a cada atleta del PAR como una marca, explotar sus ciudades de origen como destino turístico, o visualizar a los sponsors o patrocinios importantes de cada deportista como generadores de impuestos que entrarán a las arcas del estado.

Los expertos coinciden en lo antes expuesto y añaden en que el Plan de Alto Rendimiento puede ser mejor “explotado” no solo para beneficio de los deportistas, sino también de la marca país.

Juan Ponce, especialista en marketing y gestión deportiva, cuestionó que “si el rendimiento de los deportistas para recibir las becas se mide por sus logros, ¿cómo se mide el impacto que genera en la ciudadanía esos títulos?... Eso es algo que debe estar claramente definido para darle ese valor agregado que luego dará réditos económicos”.

Puso como ejemplo el caso de Richard Carapaz, ganador del Giro de Italia 2019, quien fichó por más dinero por el equipo británico Ineos e impulsó a que el deportista consolide una escuela de formación.

“Ahí hay inversión externa en el país por los impuestos que pueden generarse, eso sin contar que puede tener un efecto multiplicador y que más ciclistas logren cosas importantes y que su natal Carchi se convierta en un destino turístico para los amantes de este deporte, no solo para los ecuatorianos, sino para gente de afuera. Ese es el poder que puede ser aprovechado”, acotó.

Sebastián Vallejo, coordinador del Instituto de Gestión Deportiva de la Universidad San Francisco, reforzó este punto al analizar que “el deportista de alto rendimiento tiene entre sus objetivos poner en el mapa al país al que representa, lo da a conocer. Es ahí donde se recapitaliza la inversión que el Estado hace en un deportista y se empieza a generar una marca”.

Además, recalcó que los atletas al ser utilizados en campañas del Estado, como la última sobre la pandemia, generan “un ahorro importante y llegan a un público orgánico como gente que le gusta ese deporte”.

Vallejo agregó que falta reforzar el cómo y qué quiero comunicar y que esto debería ser parte de la formación de los deportistas.

En esto concuerda David Varea, coordinador académico de gestión deportiva de la Universidad de las Américas, quien añade que se debe pensar en una formación integral de los deportistas.

“Además del conocimiento de reglas, del entrenamiento y cuidado del cuerpo, se necesita un segundo momento de gestión del deporte, con generación como marca con conocimientos de marketing y comunicación”, precisó.

Agregó que “siempre se habla del ejemplo del mejor deportista formado, Michael Jordan. Desde el punto de vista deportivo fue exitoso y en el aspecto de negocio es uno de los pocos deportistas que después de 20 años de retirado sigue generando ganancias”.

Otro punto en el que enfatizaron los expertos es la importancia de la práctica deportiva en la sociedad, en especial en las nuevas generaciones.

“Los buenos deportistas ahora serán el reflejo de la siguiente generación que buscará replicarlos. Eso generará niños y adolescentes con mayor actividad física que reducirá problemas sociales, gastos de hospitales, etc.”. CFH-RVF