Descansa en paz, Pelé
Cientos de fanáticos brasileños acompañaron a 0’ Rei en su último paseo hasta el eterno reposo. Yace en el cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica
Después de varios días desde su fallecimiento, El Rey Pelé llegó al final del camino, su eterno descanso. Este lunes 2 de enero salió de la morgue para ser velado en el estadio en el que jugó más de 200 partidos como futbolista profesional, el Vila Belmiro de Santos. Y el martes 3 de enero tuvo una masiva compañía hasta el cementerio donde su cuerpo reposará.
El tricampeón mundial con Brasil fue enterrado en una ceremonia privada y ocupa un nicho en un mausoleo en el cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica, que en el futuro podrá ser visitado por los aficionados al fútbol.
La llegada al cementerio puso fin al cortejo fúnebre que recorrió durante cuatro horas las principales avenidas de Santos, escoltado por una multitud de aficionados del Santos que cantaron sin cesar para despedir con honores al “rey” del fútbol.
Centenares de hinchas del Santos acompañaron ruidosamente a Pelé, con enormes banderas blanquinegras con mensajes en su honor. Los “torcedores” (fanáticos) del Santos entonaban el himno “mil goles, mil goles, solo Pelé” al son de tambores y timbales y con el estruendo de petardos.
Pelé, además de ser el mejor jugador del mundo, era una figura humilde y simple. Es una pérdida irreparable para Brasil.
El féretro del mítico delantero brasileño fue transportado en un camión de bomberos, resguardado por policías vestidos de gala.
El cortejo pasó hasta por la casa de la madre de Pelé, Celeste Arantes, que acaba de cumplir 100 años, y después se encaminó hasta el cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica, cercano al estadio.
La capilla ardiente de Pelé finalizó este martes 3 de enero por la mañana tras la visita de 230.000 aficionados, según cálculos del club Santos.
El velatorio montado sobre el césped del estadio Vila Belmiro, casa del Santos, estuvo abierto al público durante 24 horas y recibió la visita de autoridades y miles de aficionados.
Uno de los últimos homenajes lo prestó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, gran seguidor del fútbol y quien se acercó hasta la cancha del club albinegro apenas dos días después de asumir la jefatura del Estado.
“Pelé no murió, Pelé fue para un lugar mejor. Nosotros que somos cristianos creemos que existe un mundo mejor y Pelé fue para allá, y espero que él descanse en paz. Venir hasta Santos para despedirme de Pelé es una obligación, no de un presidente de la República y sí de un ciudadano, de un ser humano que adoraba el arte que Pelé producía para el mundo”, afirmó ayer previo al funeral.
Miles de aficionados también se despidieron de su mayor ídolo, formando filas kilométricas de hasta tres horas para acceder al estadio. Nadie se quiso perder el adiós al único tricampeón mundial y Rey del fútbol, Edson Arantes do Nascimento, Pelé.
