Diego López: “La tabla hay que verla de reojo porque está apretada”
El director técnico de Barcelona hace un balance de los primeros meses con Barcelona y del trabajo al que han sido sometido los jugadores
Diego López, el entrenador uruguayo de Barcelona, tiene 49 años, pero más de la mitad de ellos ha estado en Europa. Si bien el desafío en el Ídolo es el primero en Ecuador, el DT se apunta ya tres experiencias en diferentes clubes de América.
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Leer másPrimero fue jugador, luego pasó a ser entrenador en Italia y hoy le está dando una ‘nueva cara’ al elenco canario que le ha dado un mayor poder más ofensivo y lo tiene luchando por ganar la segunda etapa de LigaPro.
De hablar poco y casi inexpresivo en la banca de suplentes, en el último partido, cuando le ganaron a Deportivo Cuenca (3-1), el DT se emocionó tanto que festejó eufórico el gol ante una cámara, algo que muy pocas veces se ve en el fútbol local. En su primera entrevista con EXPRESO se confiesa y dice que “el equipo ya se le metió en la piel”.
- El hincha de Barcelona tiene dos imágenes suyas, el del tipo serio y el que fue a festejar gritando a todo pulmón en televisión nacional.
- (Se sonríe) Normalmente soy tranquilo, serio, depende de los momentos, pero me gusta estar concentrado. Ojo, soy de carne y hueso y los sentimientos juegan mucho. Este grupo (Barcelona) tiene mucho compromiso, desde el utilero que nos ayuda, hasta los directivos. Lo vivido en Cuenca fue intenso; estábamos con un jugador menos, eran los últimos segundos tratando de llegar arriba, hasta que se dio la jugada de gol... Sí, el festejo fue alocado, y luego nos quitaron el gol, ahí me tranquilice.
- Fue un López que por primera vez se veía en Ecuador
- La verdad sí, mi familia se reía, en los chats familiares. Incluso ellos no podían creer lo que se dio en ese momento.
- Usted que es más europeo que latino, ¿qué le inculca a Barcelona de ese modelo?
- Mi carrera como jugador y entrenador lo hice casi todo del otro lado (Europa), pero quería estar en Sudamérica. Cuando fui a dirigir a Uruguay, me di cuenta de que había muchas cosas diferentes. Y es que las canchas son más rápidas en Europa, en las jugadas se mira menos, se juega a dos toques; acá se traslada más la pelota.
Un ejemplo es que aquí mojamos la cancha, y mucha gente no entiende, y es para que la pelota sea más rápida para nosotros que la conocemos bien.
- ¿Qué se le ha hecho lo más difícil de implementar a este Barcelona?
- Siendo sincero, cada vez se acoplan más, pero tiene que ver con el profesionalismo del jugador. No es solo venir a entrenar y ya. En Barcelona el jugador viene a desayunar en grupo, luego va al gimnasio, siguen al entrenamiento y posterior a ello no es que se va, sino que se queda a hacer el postrabajo. Eso pasaba hace tiempo en Europa, gracias a Dios ahora se hace acá, y sirve de mucho, en especial a los jóvenes que se integran mucho en todo sentido.
-¿Algo de Europa que a los jugadores de acá le haya costado?
- Barcelona es bien organizado y nos da todo, igual que en Europa, pero sí me pasó en Peñarol que se hacía algo informal un día antes del partido, y personalmente sentía que era un día perdido, y lo cambiamos por trabajos con intensidad.
- ¿Considera que le cambió el juego a Barcelona, le hizo el fútbol más intenso?
- Sí. Cuando llegué dije que no quería ver que un equipo pequeño venga y nos gane corriendo; yo quería tener un equipo que corra y tenga la intensidad por la calidad de sus jugadores, y Barcelona los tiene.
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Leer más-¿Futbolísticamente le han llegado los comentarios que Barcelona tiene buenos partidos?
- Sí, lo he escuchado y hay que seguir trabajando, pero en el último partido jugamos mal por la cancha y porque el equipo contrario jugaba bien. Luego tuvimos la paciencia de ir elaborando algo más, teniendo la pelota más segundos. Creo que a veces es necesario también ganar no jugando bien; ganar hace bien. Esta semana corregimos errores. Cuando se tiene buenos resultados se trabaja bien, y eso me deja tranquilo finalmente.
- Ud le pone intensidad al juego, ¿cómo maneja la intensidad de los hinchas?
- Lastimosamente eso es lo único que no manejo. Sin embargo está bien que ellos sean intensos por su amor al club, y siempre me dicen lo mismo: hay que ganar, este equipo es pasional y uno tiene que saber escuchar y tratar de mantener el equilibrio.
- ¿Le extrañó esa ‘enfermedad’ por los colores?
- No, pero es lo que más me llama la atención. Veo a la gente con la camiseta del Barcelona todos los días, y eso no es normal. Peñarol es el equipo más popular de Uruguay, pero la gente no se pone la camiseta diario (sonríe). Cuando vengo en la mañana a entrenar, veo las personas yendo a trabajar con la camiseta del equipo, es algo lindo; no se ven en otra parte del mundo. Lo mismo pasa cuando vas a los mall.
- La tabla de posiciones tiene a Barcelona a un punto de los líderes ¿Qué mensaje le deja aquello?
- Que hay que verla de reojo y saber dónde estamos, porque está apretada. El último resultado fue clave, pero genera que el hincha venga. A veces uno grita para que la afición asista al estadio, pero este equipo pide que asistan con resultados y funcionamiento.
-¿La apuesta por Obando cómo se dio?
- Allen es un muy buen chico, sabe lo que es ponerse la camiseta de Barcelona, sabe lo que es ganar un Clásico del Astillero, ya lo vivió en las formativas. Y lo vimos que puede estar para jugar, fue un cambio natural, pero hay un detalle: estuvo rodeado de grandes jugadores. El entrenador puede darle confianza, pero estuvo bien respaldado y se le dio el partido.
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