Ecuador, ilusión y esperanza vista desde los ojos de los niños

“Mi ídolo es Messi, pero esta vez quiero que gane Ecuador... Será el partido más increíble de mi vida”. Con esas palabras el pequeño James Barrezueta, de 9 años, sintetizaba ayer todo el sentir y la ilusión que 17 millones de ecuatorianos tendrán cuando la Tri se enfrente la noche de este jueves 4 de julio a Argentina.

Y es que el rival podrá ser la campeona del mundo y la actual defensora del título del torneo en Estados Unidos, pero para ellos Ecuador es primero. No hay estrellas, ni estadísticas.

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Por ejemplo, James nació en Tampa, Florida. Sin embargo, su padre, quien nació en Guayaquil, desde muy pequeño lo ha llevado a los partidos de la Tri, es por eso que el menor ya lleva tatuada la amarilla en el corazón. “Me gusta el amarillo y cómo celebramos los goles. Espero pronto conocer Ecuador”, dijo con entusiasmo.

Pequeños y emprendedores

A lo largo del torneo, EXPRESO ha acompañado a la selección en su periplo por la Copa, y se ha percatado de la gran cantidad de infantes que asisten a los estadios con la camiseta de Ecuador. Es el caso de Mateo, un menor de 11 años, quien viajó junto con su padre y unos primos desde Imbabura, con la ilusión de ver jugar a Ecuador y también de implementar lo que él llama “un emprendimiento familiar”.

“Planificamos el viaje con mis primos y mi papá y lo estamos cumpliendo. Para financiar los gastos, estamos vendiendo camisetas de Ecuador a los hinchas que viven en el exterior. Sabemos que ellos también quieren la camiseta de los jugadores”, dijo sin desparpajo el menor, mientras mostraba la mercadería a EXPRESO.

“Tenemos la del niño Moi, la de Kendry, la de Enner y la de Hincapié; estamos vendiéndolas a buen precio... con esto cubrimos nuestros gastos de la Copa América”, insistió Mateo, como si se tratara de un gran comerciante. Su emoción llega a tal punto que agregó que la idea es continuar con este emprendimiento hasta el Mundial, y luego en la Champions. “Este es un emprendimiento familiar que yo lo resuelvo”, dijo con astucia.

Para Mateo, acompañar a Ecuador es una de las cosas más lindas que ha podido hacer. “Estoy muy emocionado porque he podido ver a los jugadores de cerca y ver su juego en la cancha. Para mí esto es un sueño”, dijo el menor ilusionado.

Los padres, el pilar

Durante los partidos de la Tri, la tónica de los padres de familia junto a sus hijos ha sido constante. Para el quiteño Gino Menoscal, llevar a su hija a ver a Ecuador es un legado que se siente obligado a dejarle. “Ella nació en Nueva Jersey y solo ha ido una vez a Ecuador, pero la Tri es una forma de compartirle ese amor por Ecuador. Ella está encantada con esto”, manifestó el padre, quien cargó en brazos a su hija de 8 años para poder hacer una foto. “Daddy no, please”, dijo la menor, que inicialmente se resistió a ser tomada en brazos.

En Glendale, previo al partido ante México, también se vio a dos menores de edad con banderas de Ecuador, quienes pedían ser fotografiadas por sus familiares antes de ingresar al estadio.

Este miércoles 3 de julio, durante el entrenamiento, en Houston, algunos niños también llegaron para ver si podían ver de cerca a las figuras de la Tri. Los más aclamados fueron Kendry Páez, Moisés Caicedo y Enner Valencia, que a lo lejos agitaban sus manos para saludar a los presentes.

“Queremos ver campeón de la Copa América a Ecuador. Sabemos que sí se puede”, dijo Anthony, un niño de 11 años, que con optimismo apuntó a un 3-1 a favor de Ecuador. El menor llegó desde Dallas, Texas, con su familia para asistir al estadio.

Luego de la práctica, los jugadores de la Tri atendieron a los hinchas y los menores fueron los más emocionados, que aprovecharon para darle la mano a los futbolistas que solo habían visto por televisión. Algunos lograron obtener una fotografía y otros autógrafos.

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