Ecuador vs. Chile, en 1981: El partido de la tragedia

El 24 de mayo no solo nos traslada al recuerdo de la Batalla del Pichincha. Esa misma fecha, pero en 1981, jamás saldrá de la memoria de los futbolistas que formaron parte de la Tricolor en las eliminatorias a la Copa del Mundo España 1982.

Ese día, mientras se disputaba el encuentro ante Chile en el estadio Modelo de Guayaquil (ahora Alberto Spencer), se conocía de la muerte del presidente de la República, Jaime Roldós, en un accidente aéreo en el cerro de Huayrapungo, en la provincia de Loja.

Para los exseleccionados fue un suceso que no solo influyó en su concentración para ganar el duelo ante los araucanos, también ha marcado sus vidas.

A continuación presentamos los emotivos recuerdos de tres de ellos.

Polo Carrera: “Queda en la historia lo que sucedió en ese partido”

Polo Carrera fue el capitán de la Tri que participó en las eliminatorias a España 82, en las que enfrentaron a Paraguay y Chile por el boleto a la Copa del Mundo.

El exatacante recordó que ese 24 de mayo, desde la salida del hotel donde concentraban en Guayaquil hacia el estadio Modelo, ya se sentía un ambiente diferente.

“Ante Paraguay, al que le ganamos 1-0, nos escoltaron las motos de la Policía, pero en el segundo partido contra Chile fue diferente, no hubo el mismo operativo de seguridad, vimos un hermetismo total”.

El estadio estaba a reventar y cuando disputaban el primer tiempo se empezaron a escuchar rumores sobre el fatídico accidente aéreo.

“Al conocer sobre la muerte del presidente Roldós, en un primer momento se decidió no seguir jugando. Fuimos al camerino y después de conversaciones entre jugadores, entrenadores y directivos se vio que lo mejor era continuar con el partido, no sabíamos cuál sería la reacción del público si se suspendía el juego. Con el dolor de la noticia, decidimos saltar nuevamente a la cancha”.

Los chilenos aprovecharon la paralización previo al inicio del segundo tiempo para dar las condolencias a los ecuatorianos, y el dominio de la Tri se vio perjudicado.

Al final, el marcador reflejó un empate sin goles que complicó las aspiraciones del combinado nacional.

Carrera rememoró que regresaron al hotel, se cambiaron de ropa y salieron hacia el velorio de Roldós.

“Pasamos por el sepelio, fue algo impresionante por la cantidad de personas. Tras eso, se adelantó el viaje a Carlos Paz, en Argentina, de donde se tenía previsto seguir hacia Paraguay. Se decidió hacerlo porque el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol nos dijo que en el país no había las condiciones para entrenar con normalidad”, afirmó.

Polo cree que si la noticia del fallecimiento del presidente se conocía antes del inicio del duelo, “capaz que no se jugaba”.

El entrenador, de 77 años, calificó de “histórico” este capítulo de la selección y destacó que cuando entraba a la cancha a defender los colores patrios, “el futbolista se entrega al máximo. Ante Chile había una mayor motivación después de escuchar (esa misma tarde) el famoso discurso del presidente Roldós en el estadio Atahualpa”, donde condecoró a los héroes de la guerra de Paquisha.

José Villafuerte: “El público se quedó callado y murmuraba”

Previo al duelo ante Chile, por la cabeza de José Villafuerte solo pasaba la firme idea de conseguir los dos puntos en casa (en esa época el triunfo valía dos puntos).

Era tal su concentración que no se percató si existía un ambiente diferente durante el traslado al estadio y en el arribo al escenario.

Todo cambió cuando ya estaba en el campo de juego y se dio cuenta de que algo cambió en los graderíos.

“Estábamos jugando y no sabíamos nada sobre lo que había sucedido con el presidente Roldós. De repente sentimos que el público se quedó callado y murmuraban algo”, contó.

“Me acerqué al banco de suplentes y pregunté qué pasaba. Me dijeron que se había caído el avión presidencial. Fui a hablar con el árbitro (el uruguayo Juan Daniel Cardellino) y le pedí suspender el partido. Se paró un rato (a los 42’), pero los veedores dijeron que se tenía que seguir jugando”.

Villafuerte señaló que confirmar la gravedad de lo sucedido con el primer mandatario fue un golpe muy duro. “Nos tocó terminar el partido con esa triste noticia. Jugamos el segundo tiempo con ese pesar”, manifestó.

Le impactó la gran cantidad de personas que llegó al velorio de Roldós y de su esposa Martha Bucaram.

“Pasamos por la Catedral de Guayaquil para darle el último adiós al presidente, fue algo muy emotivo. La gente llegó masivamente y lloraba”.

Pese a que no lograron clasificar al Mundial, Cielito resaltó que junto a sus compañeros “defendieron a muerte al país, dejamos el alma en la cancha”. 

Flavio Perlaza: “La noticia nos afectó mentalmente”

Flavio Perlaza aún recuerda “las dolorosas palabras” que se escucharon por los altoparlantes del Modelo, aquella noche del domingo 24 de mayo, las cuales informaban sobre la muerte del presidente Jaime Roldós, su esposa, Martha Bucaram, y su comitiva.

“Para todos los jugadores ecuatorianos fue muy triste escuchar sobre la muerte de Roldós. En lo personal recuerdo que me quedé helado, sin reacción, viendo los rostros de mis demás compañeros”, sostuvo el exjugador de la Tricolor.

Después de 41 años, el exdefensa de Barcelona y El Nacional consideró que haber anunciado aquella tragedia, en un lugar donde había miles de hinchas ecuatorianos, fue una imprudencia.

“Creo que no fue nada atinado, por parte de las autoridades dar una noticia así, pues recuerdo que muchas personas empezaron a salir del estadio. Aquello pudo haber causado una estampida, provocando una tragedia mayor en el estadio”, mencionó.

Perlaza indicó que el lamentable suceso sacó de foco al conjunto ecuatoriano, ya que se dio antes de que inicie el segundo tiempo del duelo eliminatorio.

“Ya nadie salió a jugar con el mismo ánimo del primer tiempo. Nosotros tuvimos contra las cuerdas a Chile, pero todos entramos tristes a la cancha. Yo quería que el partido termine rápido, no me importaba el resultado, para ir a la casa y escuchar las noticias”.

El árbitro Cardellino detuvo el juego y pidió un minuto de silencio.