
Felipenses 4:13, el equipo de fútbol que llevó el versículo a la 'gloria'
El torneo sub-40 de fútbol 9 en Jardines del Salado definió como campeón a un equipo con nombre que reflejó buen juego y fe
No se trata solo de fútbol, se trata de fe. En Ecuador, pocos equipos tienen un nombre tan especial como ‘Filipenses 4:13’, versículo que dice: “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece”. Una frase que este grupo de amantes del balompié convirtió en su bandera.
Coincidentemente con Semana Santa, ese mensaje cobró vida hace pocos días en la polvorienta cancha de la ciudadela Jardines del Salado, al suroeste de Guayaquil, donde este equipo del suburbio porteño levantó por primera vez el trofeo del torneo sub-40 de fútbol 9.
Nacido en el barrio de la calle 35 y Rosendo Avilés, Filipenses 4:13 venció por penales (5-4) al equipo Langostinos en una final de infarto. El partido se jugó en una cancha de tierra, donde el fervor deportivo se mezcló con la fe y la pasión barrial.
En la disputa el encuentro fue intenso y parejo, con emociones en ambos arcos. Durante los 40 minutos reglamentarios, Kléber Ganchozo y Daniel Yagual marcaron para Filipenses, mientras que David Cevallos y Luis Bravo empataron para Langostinos. El 2-2 llevó el suspenso hasta la definición por penales.
Atajada de título

En la acción que quizás fue la más clave del cotejo, apareció la figura de Luis Paredes, arquero de Filipenses 4:13 y exjugador de las formativas de Emelec, quien atajó uno de los tiros y desató la locura entre sus compañeros.
“Algo me decía que iba a tapar un penal. Estuve cerca antes, pero gracias a Dios se dio. Es la primera vez con este equipo nuevo”, comentó emocionado el golero, quien también ha militado en clubes de Segunda Categoría y Serie B.
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El dirigente barrial José Moreira entregó un trofeo de dos metros de altura y medallas a los campeones. Además, se anunciaron las inscripciones para los próximos torneos sub-40 y sub-50 en la ciudadela.
El ‘Toro’, mascota inusual

Durante el partido, una figura se robó las miradas al borde del campo: Gustavo Galarza, disfrazado de toro, el mismo que anima en el estadio Monumental, fue el alma de la hinchada de Filipenses 4:13.
“El calor era brutal, me tuve que sacar la cabeza del traje a ratos, pero esto es una locura. Nunca perdimos la fe, ¡es nuestro primer campeonato!”, exclamó mientras se secaba el sudor.
El traje le pertenecía a Eduardo Cevallos, presidente de Filipenses 4:13 e hincha ‘enfermo’ del Ídolo. “Ahora me toca apoyar desde otra trinchera, como dirigente, y qué mejor manera de comenzar esta etapa que con un título”, dijo conmovido.
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