El fútbol le ha dado todo a la mundialista Ámbar Torres
La hábil volante, tras tres años en Estados Unidos, gracias a un beca deportiva, regresa con la meta de ser campeona de la Superliga femenina
Llevar el número 10 tiene gran significado y está destinado a quien es más hábil y desequilibrante en la cancha. Ámbar Torres tuvo la responsabilidad de lucir este mítico número en el Mundial de Canadá 2015, donde Ecuador se estrenó en las Copas del Mundo.
El renacer de Ángela Tenorio
Leer másHan pasado cerca de 6 años de ese histórico acontecimiento, y la talentosa jugadora guarda gratos recuerdos de esa vivencia que marcó un antes y un después para el fútbol femenino del país.
El balompié siempre ha estado presente en la vida de Torres. Omar, su padre, fue quien le incentivó la práctica deportiva y su pasión por la pelota. A los 13 años disputó su primera Copa Libertadores, como parte del Deportivo Quito, y lo hizo con gol. Desde ese momento inició a cosechar varios éxitos por su esfuerzo y el de su familia.
Además, gracias al rey de los deportes pudo estudiar en Estados Unidos, donde se graduó en ciencias del deporte y el ejercicio.
“El fútbol me abrió muchas puertas. Acabé mis estudios gracias a una beca deportiva, he conocido varios países, me ha brindado grandes oportunidades”, afirma Ámbar, a quien le caracteriza la alegría que transmite.
Por sus estudios en el exterior hizo una pausa de tres años a la práctica profesional del fútbol, pero se mantuvo activa con el equipo amateur de la universidad, participando en varios torneos y sumando trofeos a su colección.
En diciembre de 2020 retornó al país y recibió ofertas de varios clubes de la Superliga femenina para que refuerce sus planteles. Se decidió por Ñañas, debido a su cercanía con el entrenador Francisco Ramírez y con Fernanda Vásconez, capitana y fundadora del equipo.
Jungbluth, por seguir haciendo historia
Leer más“Hace cuatro años jugué un torneo internacional como refuerzo de Ñañas. Ahí se entabló una gran amistad con Fernanda. Al profe Panchito lo conocí en la selección, le soy muy agradecida y le tengo confianza y respeto”, contó la volante de 26 años.
Otro factor que tomó en cuenta fue que en su nuevo club “puedo crecer como jugadora y persona” y además quiere transmitir su experiencia al exitoso proceso que lleva Ñañas, que pese a no contar con el respaldo de un equipo masculino, fue vicecampeón las dos últimas temporadas y ya disputó la Libertadores.
Además, llega con la meta de sumar su primera estrella en la Superliga y plasmar en la cancha el crecimiento que tuvo en su experiencia en Estados Unidos, donde mejoró la condición física y “aprendí a defenderme en los contactos”.
Tiene claro que eso le ayudará a ser parte nuevamente de la Tricolor en el proceso que lleva adelante la brasileña Emily Lima. Ya tuvo su primer contacto con la seleccionadora, en un microciclo, y tiene claro que van por buen camino para repetir la clasificación a la Copa del Mundo, “pero esta vez ya con la experiencia de lo vivido en 2015”.
Gustavo Alfaro preocupado por falta de fecha establecida para reanudar eliminatorias
Leer másDe esa cita se emociona al recordar “el orgullo y la felicidad al cantar el Himno, representar al país en un mundial fue cumplir un sueño que tenía desde niña. Llevar el número 10, que es tan simbólico en el fútbol, fue algo especial”.
Pero alcanzar esa gesta no fue fácil, “ya que lo conseguimos desde abajo, cuando pocas personas apoyaban al fútbol femenino”, algo que analiza ha cambiado mucho.
Destacó que ahora se cuenta con mayor respaldo, lo que se refleja en el gran número de equipos en la Superliga, y en las comodidades y beneficios con las que cuentan las jugadoras, y que se debe seguir en este camino para consolidar al fútbol femenino.