Sebastián Rodríguez: “No nos ganaron la etapa, la perdimos nosotros y eso duele más”
El capitán de Emelec admite que errores del 2020 han fortalecido al grupo, que hoy tiene sed de revancha
Sebastián Rodríguez llegó el año anterior a Emelec con el cartel de un gran futbolista, pero lo que ni él se imaginaba fue que su compromiso en el campo lo convertiría en el nuevo capitán y referente del equipo millonario. Aunque la mayoría lo asocia como el Mago en el campo, el charrúa también goza de dotes culinarios, estudia un curso de Coaching y vivió en carne propia, durante la pandemia, la depresión que afronta un futbolista. El uruguayo habló con EXPRESO sobre su 2020, el premio que recibió de LigaPro y la revancha que tienen a la interna, luego de quedar a la orilla de la final pasada.
Mira el Cara a Cara:
A continuación, la entrevista completa:
¿Cómo considera su 2020 en Emelec?
-Lo terminé muy bien, muy contento la verdad. Creo que encontré mi lugar en el mundo, a nivel personal, feliz. No esperaba rendir así el primer año, no por mis condiciones, sino por la adaptación a la liga nueva y me encontré que se me dio un año redondo.
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Leer más¿Esperaba ganar el galardón a mejor volante defensivo del 2020?
-No, no me lo imaginé. Sinceramente, cuando terminó el año tan pesado que se dio me fui a desconectar. Por mis características siempre lo que más me preocupa es el equipo y como no salió campeón, bueno yo ya estaba con eso. Y cuando llegué en pretemporada que estaba nominado, averigüé cómo era porque no sabía mucho y fui (a la gala) sin ninguna expectativa, como te digo, prefiero que gane títulos y copa el equipo a que yo individual, pero es un lindo reconocimiento y más teniendo en cuenta que uno recién lleva un año en la liga y en mi primer año ganarlo es algo que me deja contento.
¿Cómo hizo para desenchufarse del mundo Emelec?
-Me fui a pasar con la familia porque lo necesitaba, obviamente para todos fue un año complicado y lo sigue siendo, pero para mí en particular. Justo estaba solo en Guayaquil y por momentos se me hizo muy duro, y cuando llegué a Uruguay fue familia, amigos, asado, pareja y playa. Ahí estaba. No me moví de la casa, solo recibía gente.
El año pasado hubo altos y bajos, ¿Cómo se llevó todo el tema a la interna?
-El grupo se sentía bien, a pesar de la primera etapa, porque en muchos partidos, nosotros que analizamos y sobre todo el profe (Rescalvo), que Emelec no jugaba mal. Obviamente mirabas el resultado y si no veías el partido decías que Emelec perdió o empató, pero en realidad si uno analiza los 90 minutos el equipo había jugado bien, había generado ocasiones, pero la pelota no entraba. Hubo incluso partidos en la segunda etapa que el equipo jugó igual, con la única diferencia que la pelota entró. Hubo otros partidos que el equipo no jugó igual, pero la pelota entraba y ganaba, pero ahí no decían nada. Porque así es el fútbol. Pero nosotros interiormente sabíamos que estábamos jugando bien, había que agarrar confianza, subir niveles individuales, pero estábamos tranquilos. Sí nos entró la ansiedad de querer sumar puntos, que es lo que nos da más tranquilidad y permite salir con más confianza.
¿Cómo fue esa primera charla?
-Se manejaron varios temas que son íntimos del equipo, pero una de las piezas claves es que no arrancamos con Cuenca sino en el primer entrenamiento. Ya acá había que ser 100% competitivo y en el reducido tu equipo tenía que jugar para ganarle al otro, que era la manera de potenciar al compañero. Y que en base a lo del año pasado, este año no podemos no solo regalar un partido, sino un entrenamiento. En ese camino estamos y no regalar un punto en el Capwell, es una meta que no pusimos para esta fase y ojalá lo podamos cumplir.
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Leer másAl final del año, dos partidos fueron cruciales para Emelec: el Clásico y contra Deportivo Cuenca. ¿Qué resultado golpeó más?
-Los dos. Un Clásico uno siempre tiene la obligación de salirlo a ganar y justo como se da, la ocasión a pocos minutos que se acabe, estuvimos cerca de llevarnos el Clásico, entonces es un golpe duro, además ese partido podía ser crucial para la etapa. Con Cuenca, nada, lo logras empatar y entra la ansiedad, nos fuimos arriba, no fuimos muy inteligentes porque si hubiéramos aguantado el empate en la última fecha obligabas a Barcelona a ganar y no que haga lo que hicieron en la cancha con Católica. Nos perjudicó y terminamos perdiendo la etapa nosotros. No nos ganaron la etapa, la perdimos nosotros y es lo que más duele.
¿Sentían impotencia?
-Claro, estaba. Cuando uno hace las cosas bien y ya no dependen de uno, o como pasa en el fútbol, si el otro equipo realmente es mejor y lo gana, hay que aplaudirlo y felicitarlo. Pero cuando depende de uno y tú mismo lo perdés es cuando más rabia te da.
¿Se sienten con una revancha deportiva?
-Hay que dejar el año que pasó atrás, sino uno en la vida no avanza si se queda con cosas. Sí, como digo, tenerlo en el retrovisor y cada cuanto mirar para que no vuelvas a cometer los mismos errores y salir desde la fecha 1 con la actitud 100%, porque sabemos que este año tiene que ser nuestro, eso vamos a intentar.
Comenzaron bien esta temporada, goleando, pero con ese susto en casa. ¿El empate los puso a dudar?
-Hay esa sensación que se percibe en el equipo, en las semanas de entrenamiento, en el partido, durante y ahora en estos días se percibe una sensación diferente y eso a uno, como capitán, lo deja tranquilo. A qué voy con esto, a que el otro día que Cuenca tuvo una contra, ataja Pedro (Ortiz), e incluso cuando nos empatan, en ningún momento nos pasó por la cabeza que 'nos empataron y cómo lo ganamos ahora'. El equipo sabía que había sido una jugada aislada y lo íbamos a ganar.
¿Nota una mejoría futbolística en Emelec?
-Sí, yo no soy de meter excusas, pero lo cierto es que a inicios del año pasado en el equipo titular Emelec tenía ocho o nueve jugadores nuevos, que recién llegaba y toma un tiempo conocerse entre compañeros, entender la idea del profe. En la segunda etapa la agarramos mejor, por eso la peleamos hasta el final. Lo que vieron el otro día no es un equipo que estaba en pretemporada, era un equipo con nueve que se conocían de hace un año, entonces por eso se nota mayor fluidez y sin duda el otro día (contra Cuenca) arrancamos siendo lo que no fuimos el año pasado, contundentes arriba.
¿Y qué han potenciado para este 2021?
-Veo un equipo con mucho posesión, que va a ser protagonista, intenso con actitud a la hora de estar sin la pelota y el año pasado nos faltó un poco de eso en los partidos. Lo tuvimos al final y es lo que nos hizo pelear la etapa. Lo que más resalto es que hoy es un equipo con más experiencias, por lo que nos tocó vivir y tendremos mayor madurez a la hora de decidir ciertas situaciones en la cancha, que capaz el año pasado tomamos una que nos terminaba perjudicando y hoy el equipo la tomará con más madurez. Eso nos llevará a lo que queremos.
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Leer másLa capitanía el primer año, ¿Cómo se dio?
-Me sorprendió, porque no es fácil ser capitán de un equipo grande y menos cuando uno recién llega, pero cuando los profesores depositaron la confianza en mí, intente respaldarlos y asumir la responsabilidad. Me acuerdo fue justo en la casa de la selección, habíamos jugado contra Técnico Universitario y nos quedamos en Quito porque nos tocaba jugar allá, no recuerdo con quién era. Se da una charla con el profe (Rescalvo) si estaba dispuesto a asumir la responsabilidad, que pensaban dar un cambio y le dije que sí, que no tenía problema obviamente que yo lo hacía feliz y con mucho orgullo ser el capitán de Emelec y para adelante.
Pero le tocó ser capitán en un año duro y de muchas críticas para Emelec, ¿eso no le generó una presión particular?
-Puede ser, pero yo lo prefería. Con mi experiencia, que será mucha o poca, pero prefería que recaiga en mí. Si en algún momento habrían críticas y que se diga algo del capitán, a que se diga de mis compañeros, preferí sacarle el peso de arriba a mis compañeros para que se liberaran y pudieran jugar mejor. Si alguien tiene que afrontar algo, sería yo el primero en estar ahí.
Es capitán de Emelec, pero también amigo de Facundo Barceló. ¿Habló con él luego de ese travesaño en el Clásico?
-Sí, conversé le di apoyo, pero realmente poco, no porque no lo quiera sino porque Facundo es un gran profesional que está bien de cabeza y después, sobre todo, por cómo soy yo y mi manera de ver las cosas. Como digo, si hubieras hecho el penal no te iba a alabar 10 días, al siguiente día te iba a decir que corras y si lo erras, como dice mi abuelo, hay que patear los penales. Si él nunca lo hubiera pateado, no lo hubiera fallado. Son cosas que pasan amigo, y ya te aviso, vas a errar 15 penales más en tu carrera y harás 15 más, esto ya está. Mañana hay que entrenar.
¿No lo invitó a un plato especial del Chef Rodríguez?
-(Ríe) No, no, igual no lo invité. Tampoco era para invitarlo, le di el apoyo, pero no lo invite. Tampoco tanto (ríe).
Es muy autocrítico, ¿es así a la interna con el grupo?
-Soy de pensar mucho los partidos y siempre estar corrigiendo los errores, primeros los personales para mejorar e intentar darle lo mejor de mi parte a mis compañeros y a nivel equipo también, siempre después del partido hay dos o tres días que me van quedando cosas en la cabeza y vengo y lo hablo con ellos. Corregir para que luego no pasen, lo hago habitualmente.
Por cierto, de dónde apareció esa pasión por la cuestión culinaria.
-Y la verdad fue por la fuerza. No te voy a mentir, no es que me gustaba si lo podía evitar lo evitaba, salvo hacer un asado que sí lo hago. Pero después cocinar, no me gustaba. Pero me agarró la pandemia y cómo yo siempre intento ser en la vida, que de las cosas malas, algo se saca, lo bueno que saqué de esta pandemia fue cocinar a la fuerza y comía como quedaba porque había que comer igual. Lo fui perfeccionando y le fui agarrando el gustito, la gente me decía ciertas cosas y miré recetas en Youtube, Instagram. Siempre que tengo tiempo lo hago y lo disfruto.
Le pasó que hizo un plato que lucía bien, pero no supo igual.
-Me pasó siempre los primeros días (ríe), pero no iba a volver a cocinar porque ya encima me había enojado como quedó, y me lo comía. Y no decía nada, le mandaba la familia a la foto de la comida y yo diciendo que quedó bien, cuando no. La abuela me pasaba algunas recetas. Todavía no sé nada ecuatoriano.
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Leer másTiene mucho movimiento en redes sociales, ¿las mueve usted o alguien?
-Estoy al tanto de las redes, pero no las muevo yo, me la manejan. No me dicen (cuando hay críticas), porque yo ya les expliqué a ellos (los que manejan su cuenta) cómo era el fútbol y les dije hay un fin de semana que puedes ser el mejor y al otro el peor, así que no me comunican. Simplemente yo entro para estar al tanto y ver un poco, y realmente más en este año de pandemia que no se puede sentir la gente en la cancha, es la única manera de sentir el apoyo.
Precisamente hablando de ese apoyo y regresando a Emelec, ¿Qué lo motivó o convenció a quedarse?
-Fueron varios motivos que hicieron quedarme. Primero, la confianza que el profe (Rescalvo) depositó en mí en un primer momento y confiaba para seguir en este proyecto. Luego las charlas con el presidente (Neme), a quien agradezco por ser muy directo conmigo y claro. Después seguir en un equipo grande: uno no tiene la oportunidad de estar todos los días en un grande durante cuatro años, que es el contrato que yo firmé. Lo que siempre le dije a mis amigos, es increíble como en un año de pandemia, a mí, la gente me hizo sentir el cariño, entonces me imagino estar en el club y con la gente en el estadio. No me quiero perder de vivir eso, ojalá sea lo más pronto posible.
¿Qué conversó con Nassib Neme?
-La verdad, él fue sincero. Por la trayectoria que he tenido, he estado en lugares y es difícil encontrarse en el fútbol. Entonces lo principal fue ser sincero, en las charlas que tuvimos se repetía lo mismo, nada fue cambiando y eso a mí me dejaba tranquilo porque estaba en un lugar serio. Después a uno en cierto punto le gusta sentirse querido importante, más en la edad que estoy y en la que puedo encontrar mi mejor nivel. Las charlas con el presidente e Ismael, que quería que sea clave en el proyecto, no solo dentro de la cancha sino para que ayude a los chicos que vayan subiendo. Fueron cosas claves. Además de la hinchada, que sentí el cariño de la hinchada, sin tenerla en el campo.
¿En algún momento surgió la posibilidad de ir a Barcelona?
-No, no estaba en mi cabeza eso. Yo siempre digo las cosas que pienso, pero realmente el presidente (Neme) lo sabe yo siempre le dijo que mi intención era quedarme en Emelec. Él sí sabía que tenía buenas ofertas de afuera, pero todo lo que salió de Barcelona, a mí jamás me hizo ruido o llegué a decir que lo pienso, porque la verdad o me quedaba en Emelec o me iba al exterior, puntualmente a Europa.
¿Por qué no fue a Europa?
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Leer más-Por el proyecto, las formas de jugar. Uno con más edad ya ve diferentes situaciones, no solo lo económico; aunque el país y el equipo suenen lindo a veces uno llega y el entrenador juega de otra forma. Después te quedas sin jugar, no les gusta tu estilo. No quería cometer el error que cometí de joven y me quería seguir potenciando acá, en un equipo grande de Ecuador y América.
4 años de contrato con Emelec, ¿los cumplirá o cree que puede darse la posibilidad de salir?
-La realidad es que no te puedo decir sí me voy a quedar, pero si tengo que contestar algo hoy en día, como ya me ha tocado ir y venir de lugares, algo que sabe mi entorno cercano, yo buscaba estabilidad. Yo quisiera quedarme los cuatros años en Emelec e intentar dejar una huella acá, que no es fácil.
Es un jugador que patea poco, pero le hizo un gol de Liga de Casa Blanca, ¿Cómo lo vivió?
-Lo primero que se me vino es que mi padre no me iba a felicitar, sino que me iba a decir 'viste que tenés que patear', que es alguien que desde los 6 años me dice 'si tenés cinco pelotas, no puede ser que pases las cinco'. Y me lo dijo, tenía en el mensaje: primero el 'viste que tenías que patear' y luego las felicitaciones, entonces eso fue lo primero que se me vino a la cabeza. Estaba por hacer un gol, que es algo que me gusta, pero no es algo que me desespere, prefiero dar un buen pase de gol. Pero contento porque es bueno anotarle a un gran equipo como la Liga, que sirvió para el empate y después se da el pase que le doy a Pancho que termina en gol. Fue redondo ese partido para mí.
¿Qué otro partido que se le quedó en la retina?
-Puedo nombrarte varios, porque son varios equipos que me sorprendieron cómo juegan y lo difícil que la han puesto, sobre todo acá que se hacen duros de local, por la cancha, el césped y el clima. Pero el Clásico en el Monumental, en lo personal, fue algo que me quedó y me fui muy caliente.
¿Por qué la calentura en ese Clásico?
-Por cómo se perdió, porque realmente fuimos mejores en la cancha de ellos. El equipo era protagonista, lo íbamos ganando hasta el minuto 82 que fue el penal y al 88 el otro gol. Entonces nada, la manera que se pierde el Clásico. Me fui a casa que no quería nada. Ni cocinar, ni hablar con nadie. Fue de esos días que mensajes ni de la familia quería ver.
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Leer más-Sí, más caliente.
¿Qué pasó ese día?
-Como digo yo, errores de nosotros y la Copa. Cuando uno se enfrenta en la Copa todo puede pasar y no puedes dudar, acá en la liga te perdonan, pero acá no y eso pasó.
Es amante del fútbol, asumo que vio el Ecuador 4-2 Uruguay.
-Sí claro. Lo vi solo, prefiero verlos solos, tranquilo. (Ríe) No lo disfruté, para qué te voy a mentir. Yo de Ecuador sabía que tenía jugadores de gran nivel, pero no sabía cómo iban a resultar en la selección porque tienen pocos días para entrenar. Uruguay también tiene grandes jugadores, pero estaba ese condicionamiento de la altura. Ecuador salió a la cancha, más allá de las individualidades, es un equipo que está jugando bien y fue superior a Uruguay.
¿Ya está adaptado a la altura o sufre más el calor de Guayaquil?
-Increíblemente, no puedo con el calor de Guayaquil en los entrenamientos. Me encanta el calor y el sol, pero acá en Guayaquil es demasiado. Y la altura por mi físico y forma de jugar, porque ya jugué antes, no es algo que me afecte o me cueste.
¿Ahora cómo es el día a día de Rodríguez en Guayaquil?
-Bien, los llevo bien, me he propuesto empezar a conocer un poco más, siempre que se pueda. Todavía no lo he hecho, estamos entrando en el año normal. Dos veces a la semana tengo curso, tengo que estudiar por la tarde, estoy estudiando Coaching. Me quedan tres meses si Dios quieres para la certificación si salgo, sino bueno (ríe). Cocinar un poco y tomar mate tranquilo por la tarde.
Mostró solidaridad cuando fue el fallecimiento de Santiago 'Morro' García, ¿lo conocía?
-No lo conocí, alguna vez nos enfrentamos, pero no tuve el placer de conocerlo. Digo placer porque sé que era una gran persona, tengo amigos muy cercanos que eran muy amigos de él y lo primero que se me viene a la mente es como yo digo, siempre en cualquier aspecto de la vida, pero yo hablo de la profesión justo del futbolista que es la que yo conozco, que no es lo que parece y realmente se necesita ayuda y debemos ser nosotros los primeros en animarnos a hablar del tema, que como digo yo, no es ningún tabú porque uno lo sufre. Personalmente lo sufrí, hubo días en la pandemia que sufrí mucho y tenemos que estar 100% valientes para poder hablar con un amigo, la familia y si es necesario con ayuda profesional, porque cuando los jugadores salen al exterior puede ser complicado.
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Leer más¿Desde cuándo se debería trabajar al futbolista para trabajarlo mentalmente?
-Yo creo que siempre, cuanto antes mejor. Y hacerle entender que el fútbol no es todo en la vida. El fin de semana no vas a ser el mejor del mundo si hiciste tres goles, ni vas a ser el peor si tuviste un mal partido. Desde allí, que no te afectan las críticas ni que te suban los halagos que eso un poco confunde y en base a eso, yo sobre todo, le aconseja al futbolista a intentar formarse, en el tiempo libre, porque eso sin duda ayuda mientras se está en la carrera y en la parte más complicada cuando llega el retiro, compañeros que se han tocado retirado reconocen que es una parte dura. Intentar formarse es clave.
La deuda pendiente de Sebastián Rodríguez en Emelec.
-Es personal y del equipo, salir campeón. Yo tengo mucho por mejorar para alcanzar un nivel alto, pero es una deuda pendiente estar en un equipo grande y no salir campeón.