El Gran Tulio no puede vivir sin el fútbol
El exjugador de Barcelona y de la selección ahora cumple la faceta de entrenador, en el torneo que organiza la Universidad Católica
El garbo y la personalidad que mostraba en la cancha lo hicieron incomparable. Jugó en varios equipos, pero fue en Barcelona donde se convirtió en una auténtica leyenda, ganando los títulos nacionales en las temporadas 1985, 1987 y 1989. Tulio Quinteros, o el Gran Tulio -como se lo conoce- es uno de los animadores de la Amateur League 2020 organizada por la Universidad Católica, con el auspicio de Diario EXPRESO.
Tal es su amor por el rey de los deportes, que cuando llegó el momento del retiro buscó la forma de seguir ligado a él. Primero fue asistente técnico de José María Andrade (+) en el Barcelona de 1998, aquel de donde salieron los denominados Mutantes (Daniel Chedraui, Daniel Mina, Arlin Ayoví, Lisandro Torres, Edwin Villafuerte, etc.).
Hoy, ya como entrenador titulado, trabaja en las escuelas de fútbol de la Prefectura y en sus ratos libres busca la forma de seguir ligado a su “amor eterno”, el fútbol.
“Aquí estamos apoyando a los muchachos (del equipo Junior). Es un grupo de habitantes de la cooperativa Unión de Bananeros, del Guasmo Sur, con el que trabajamos hace algunos años. Me pidieron que les diera una manito y no me les puedo barajar, primero porque ellos lo merecen y luego porque estoy haciendo lo que más me gusta”, indica, antes de dar las últimas indicaciones para el debut frente a Elecoom.
Sus hoy dirigidos, son deportistas mayores de 30 años, que alguna vez militaron en diversos clubes de la segunda categoría y ahora se volvieron a reunir para defender los colores del equipo del barrio.
“Mediante EXPRESO y las redes sociales, nos enteramos que se estaba armando un torneo para exfutbolistas o la gente que pelotea de forma continua. Nuestra relación con el profesor Dussan Draskovic también nos ayudó a motivar a los muchachos y aquí estamos para dar batalla”, acota.
Junior está integrado por deportistas que comparten su tiempo entre “su amor por la pelota y la necesidad de camellar (trabajar) para mantener a sus familias”, eso sí, siempre cumpliendo los compromisos adquiridos.
“Aquí usted encontrará desde el albañil, el electricista, el empleado de una empresa, hasta el dueño de su propio negocio. Yo mismo, soy el entrenador, el aguatero, el utilero, hago de todo y sin ganar un centavo, porque el fútbol es parte de mi vida, simplemente no me imagino hacer algo diferente”, afirma Quinteros.
Hoy como ayer, el Gran Tulio sigue siendo el líder del grupo. Muchos de sus dirigidos no lo vieron jugar, pero han escuchado de su fama y quieren ser como él: jugar en los mejores equipos, ser seleccionados y mandar dentro de la cancha.
“En mis inicios, Holger Quiñónez y Alfredo De los Santos eran los dueños del centro de la zaga, por lo que tuve que irme más adelante, para hacer dupla con Toninho Vieira. Con el tiempo me fui ganando mi espacio y como podía hacerlas de central o volante, era número puesto. Ese es el mensaje que ahora quiero transmitirle a los muchachos y por eso me siento orgulloso de poder dejar un legado”, concluye.