Los hermanos Boris son imparables en el tenis de mesa
Pisan con fuerza como el futuro de esta disciplina. Su padre, Boris Villavicencio, les inculcó el amor al deporte
Boris Jeriel y Boris Néstor Villavicencio acabaron teniendo el mismo primer nombre debido a la decisión de su padre. Y el progenitor ha sido también el responsable de que dediquen su vida al deporte, pues desde que eran pequeños les vio potencial y entendió que en ese camino encontrarían oportunidades.
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Todo empezó en Guayaquil, de donde son oriundos, en las escuelas vacacionales de Fedeguayas. Alguien le recomendó a Boris padre que inscriba al mayor, Boris Jeriel, en gimnasia, que es la base de todos los deportes. Pero al niño no lo aceptaron “porque estaba gordito”, según dice el padre.
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Leer másLa segunda opción era fútbol, pero por edad tampoco lo aceptaron, con lo que terminaron acomodándose al tenis de mesa. Tras un par de años entrenando ya de forma permanente, llegó un momento clave, según relata el padre: “En su primera competencia internacional, en Chiclayo, Perú, vino con una medalla de bronce y con el ojo morado”. Aunque había sufrido un golpe con una pelota, regresar de ese viaje con una presea fue fundamental, pues el pequeño volvió emocionado y decidió que continuaría en el deporte.
De ahí en adelante vendrían más podios en competencias nacionales e internacionales, destacándose un triunfo panamericano y un tercer lugar sudamericano, además de títulos en el Gran Prix Nacional sub-19, primer lugar de la Copa Mitad del Mundo y la medalla de oro en el circuito de la Federación Internacional de Tenis de Mesa. De tantas medallas, ya perdió la cuenta, pero su padre las va guardando cuidadosamente para exhibirlas en su casa.
EXITOSO DESDE EL INICIO
Con Boris Néstor, de 12 años, el proceso ha sido más exitoso, pues se enamoró del deporte pronto, al ver a su hermano y aprender de él. “Empezó a entrenar con los más grandes y fue como una esponja, absorbió todo y creo que esa fue una ventaja importante que él tuvo”, cuenta Boris padre.
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Leer másEl muchacho sí logró practicar gimnasia en sus inicios, como era el plan con su hermano, pero se cansó de no tener tantas competencias y pidió que le cambien de deporte. Esa fue la mejor decisión, pues desde que empezó a participar en el tenis de mesa, ganó siempre.
A su corta edad cuenta con un récord personal de cuatro medallas en el Campeonato Panamericano del año pasado en Paraguay. Su nivel lo ha llevado, además, a ser parte de las selecciones nacionales sub-13 y sub-15, lo cual ha permitido que entre en la planificación del Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte, que lo incluyó en la categoría de atleta de proyección.
El microtenista vive un gran momento actualmente con victorias en el Campeonato Nacional, en septiembre, y otro cuarteto de medallas -tres de oro y una de plata- en los Juegos Nacionales de Menores, en Manabí. En ese evento, Boris Néstor se apuntó triunfos en individual, dobles, equipos y el segundo lugar en dobles mixto.
SACRIFICIO FAMILIAR
Desde hace dos años la familia sufrió un cambio radical, cuando el mayor de los hermanos insistió para aceptar la propuesta de los entrenadores de Pichincha para mudarse a Quito. El padre apoyó la idea y se instalaron en el barrio La Vicentina, donde están las instalaciones de Concentración Deportiva de Pichincha.
El organismo les otorgó becas de estudio en su unidad educativa y les provee alimentación en la residencia deportiva. Entre los entrenamientos, los estudios y las responsabilidades de la casa, los chicos han debido madurar y asumir algunos sacrificios. El más duro, sin duda, el de estar lejos de su madre, que se quedó en el Puerto Principal.