Los hinchas de Liga de Quito adelantaron Navidad
Los aficionados armaron la fiesta con cánticos, se bañaron en la pileta y disfrutaron con familia y amigos el nuevo título
El título número 13 del campeonato nacional significó para los aficionados de Liga de Quito como el primer regalo de Navidad, tanto que lo celebraron con su particular forma y cada uno a su manera. La pileta de la plaza Indoamérica, ubicada en la Universidad Central, fue el centro de los festejos. A ese tradicional lugar acudieron cientos de fieles con disfraces, banderas, petardos y uno que otro canelazo para soportar el frío, para bañarse, gritar y llorar.
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Uno de los primeros en llegar fue Kevin Villavicencio, tanto que pudo ingresar con su auto tuneado hasta el foco de las celebraciones. Una vez parqueado, el seguidor blanco abrió la cajuela, de donde emergieron unos potentes parlantes con las barras de su club.
Acompañado por cerca de 10 amigos, tomó la bandera blanca, la instaló en el capó del vehículo y arribó a la pileta. “Venimos en caravana de tres carros, pero solo yo pude entrar hasta aquí”, sostuvo, mientras se preparaba para entrar a mojarse en la pileta.
La canción que más sonaba era la que tiene como coro: “¡Barra maravillosa, barra de corazón, la barra de Liga campeón!”, sobre todo cuando la plantilla pasó el lugar, para luego continuar la fiesta y el baile al son de otros ritmos musicales.
Así como Kevin, quien la primera vez que estuvo en la pileta fue en 2008, cuando Liga ganó la Copa Libertadores, llegaba de la mano de sus hijos y esposo, Andrea Maruri. “Es una tradición familiar, es la primera vez que vengo con mis hijos, que es algo muy bonito para mí”, manifestó.
Agregó que “con mi papá veníamos seguido y crecí siendo hincha de Liga y ahora estoy heredando esa pasión a los dos, porque mis hijos no se pierden un partido”.
LIGA DE QUITO, UNA PASIÓN FAMILIAR
Por su parte David Herdoíza, buscaba seguir el paso de pequeña hija Tamya, presurosos para continuar con la celebración, puesto que también estuvieron en el estadio de Chillo Jijón viendo coronarse a su equipo.
“Tengo la bendición de que mi hija me lleve nuevamente a las gradas. Yo por temas de trabajo o por vivir fuera de la ciudad dejé un poco de ir al estadio, pero ella me dice: papi vamos a alentar al equipo juegue donde juegue”, afirmó.
Un poco más tímida, Tamya, de 8 años, comentó que “ser hincha de Liga es muy bonito y genial, hasta mejor que ser de Emelec”, en referencia a su mamá, Claudia Cabrera, quien es fanática azul.
Los hinchas de Liga de Quito resaltaban que la estrella 13 del campeonato nacional es un regalo adelantado de Navidad.
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