Los hoteles de París enfrían la euforia por los Juegos Olímpicos 2024
A 131 días de la máxima cita, el sector arroja cifras que más son expectativas de lo que verdaderamente pasará. La desocupación será la tendencia
Pensaban que los Juegos Olímpicos serían la gallina de los huevos de oro para el sector de la hotelería en París, pero la realidad está moderando las expectativas. El sector comienza a despertar de la euforia en la que se había enrolado hace unas semanas y ahora cree que la antorcha olímpica no encenderá la mecha de sus ambiciones a la altura de lo esperado.
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Leer másDormir en París entre el 26 de julio y el 11 de agosto seguirá siendo caro, pero quedan lejos las cifras estratosféricas de hace unos meses y los expertos consideran que, con el paso del tiempo, los precios tenderán a la baja.
Ya nadie habla de los 1.300 euros ($ 1.417) de media por noche en periodo olímpico que reveló una asociación de consumidores hace un año.
El director del Observatorio de Turismo de París, Thomas Deschamps, asegura que “ahora se bajarán más los 500 euros ($ 545)” por noche de media, según sus últimos estudios, una cifra que el sector eleva un poco y sitúa entre 600 y 650 euros.
París, una de las ciudades del mundo que más hoteles alberga, con 200.000 camas en condiciones normales, recibirá, entre participantes, delegaciones, oficiales y espectadores, 11 millones de visitantes durante esas dos semanas, pero la incidencia en el sector será muy inferior a la esperada.
Por varios motivos. Muchos de los que llevarán colgada una acreditación se beneficiarán de los precios negociados hace años por el Comité de Organización y escaparán así de la especulación.
Además, la mayoría de los que acudan a presenciar los Juegos, el 65 %, serán franceses y un 40 % de ellos residentes en la región parisina.
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Leer más“Al final, como ha sucedido en ediciones anteriores, los Juegos son ante todo un evento nacional”, afirma Deschamps, que considera que muchos de los franceses que han comprado entradas encontrarán alojo en casas de familiares o amigos.
“Será una clientela que consuma de forma diferente, menos en los hoteles, porque será más francesa, pero más en bares y restaurantes, porque querrá festejar”, explica Deschamps.
El tercer elemento que ha enfriado las expectativas es que durante los Juegos habrá muchos turistas olímpicos, pero menos de los que habitualmente visitan la ciudad en condiciones normales.
El turismo “habitual”, asegura Deschamps, prefiere posponer su visita a París para no tropezarse con todos los problemas que esos días irán asociados a la ciudad, desde un transporte sobrecargado en ciertos puntos de la ciudad hasta el normal incremento de precios.
- Menos turistas
Consecuencia de este bajón del turismo tradicional, los grandes monumentos de la ciudad, como el Louvre o la Torre Eiffel, sufrirán un descenso de afluencia.
Mientras las autoridades tratan de rebajar las expectativas y apuestan por una moderación de los precios, el sector sigue creyendo que los Juegos pueden incrementar sus ingresos.
Frank Delvau, presidente de UMIH, la mayor asociación de hoteleros de París y su región, asegura que la tasa de ocupación rondará “el 85 o 90 %”, aunque desde el Observatorio del Turismo rebajan las expectativas en 10 o 15 puntos porcentuales.
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Leer másEn todo caso, no será un nivel muy superior al de una temporada alta en la capital o en los momentos de gran afluencia, como la Semana de la Moda o diversos salones que atraen a gran público.
Los hoteleros consideran que serán, sobre todo, los establecimientos de alta gama quienes saquen más provecho del evento y que, al fin de cuentas, habrá más camas ocupadas que en un verano habitual.
Delvau cree que una noche de hotel costará “entre dos y tres veces” más que en periodo normal, al tiempo que rechaza las críticas con dos argumentos: “Estamos en el libre mercado y no es más de lo que suele pasar en otras citas olímpicas”.
Si la euforia se ha moderado entre los profesionales, los parisinos que esperaban alquilar su apartamento durante esos días a precio de oro tampoco sacarán tanto beneficio.
El Observatorio cree que los precios de esos apartamentos de alquiler turístico de corta duración, tipo Airbnb, también han tenido que revisar a la baja su precio, aunque por ahora lo han hecho menos que los hoteles.
“La gente está fijando el precio sin saber cuánto están dispuestos a pagar los turistas, pero observamos un descenso” de precios, señala Deschamps.
A más de cuatro meses de la ceremonia de inauguración, alquilar una casa particular para esos días ronda los 800 euros por noche, pero el director del Observatorio del Turismo cree que ese precio descenderá de forma rápida.
“En el momento que cuesta menos alquilar un hotel tendrán que reducir sus precios, porque los visitantes no están locos y no van a pagar más por un apartamento que por un hotel”, afirma.
Delvau, que se queja de esa “competencia desleal”, alerta a quienes opten por alquilar un apartamento en ese tipo de plataformas y recuerda que, recientemente, París ha tenido problemas de chinches, una plaga que no ha afectado a los hoteles porque “son establecimientos tratados por profesionales”.
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