Jannik Sinner, el esquiador que será el primer tenista italiano # 1 mundial
El jugador de 22 años cuenta su historia y se alista para disputar las semifinales de Roland Garros ante Carlos Alcaraz
Es el menos italiano de los tenistas italianos. Su aspecto casi nórdico y el juego de un espigado jugador de pista rápida, lo deja lejos de la tradición transalpina. Sin embargo, Jannik Sinner se convirtió ya en el primer tenista italiano que alcanza el puesto número 1 del mundo.
A sus 22 años, se consagra como un jugador que, para muchos, está llamado a estar en la cima del tenis durante los próximos años. Lo demostró el martes al vencer a Grigor Dimitrov por 6-2, 6-4 y 7-3 y meterse en las semifinales del Roland Garros donde mañana jugará ante el # 3 del mundo, Carlos Alcaráz, por el paso a la gran final.
El nombre de Sinner saltó de la esfera italiana cuando en 2020, el año de la pandemia, alcanzó en París los octavos de final y se cruzó con el Nadal, entonces dueño y señor del torneo.
Entonces fue el primer jugador que alcanzaba esa ronda en su año de debut desde que en 2005 lo hiciera Nadal. Aquel año, Sinner venció al alemán Alexander Zverev y lucía orgulloso su triunfo ante un top-10 a sus 19 años.
El año antes, había ganado los NextGen, que afrontan a los mejores jóvenes de final de temporada y su nombre empezaba a acompañarse del adjetivo prometedor.
La gente empezó a situar entonces en el mapa San Cándido, la localidad alpina, cercana a la frontera con Suiza, donde nació el 16 de agosto de 2001 y donde Jannik, como no podía ser de otra manera, empezó a destacar en el esquí, deporte en el que tuvo una carrera honesta, que compatibilizó también con el fútbol, antes de que en su vida se cruzara Ricardo Piatti.
Aquel rasgo, que resulta curioso, acompaña siempre su biografía, hasta el punto de que al tenista le molesta un poco que se lo recuerden permanentemente.
El entrenador italiano, que ya había moldeado otros campeones como Novak Djokovic o Maria Sharapova, se lo llevó a su academia de Burdighuera, en la Riviera italiana, lejos de su Tirol natal, donde destacó temprano, hasta que dio el salto al circuito profesional en 2018.
De las imágenes de aquellos primeros años, cuando empezaban a compararlo con Roger Federer -nació junto a la frontera Suiza- destacó lo poco que ha cambiado su rostro, que sigue siendo aniñado, infantil, con rizos pelirrojos y cara de pillo.
De ese tiempo acá su tenis cobró una enorme dimensión, acompañado esta vez del tándem Simone Vagnozzi y Darren Cahill, que ya condujo antes al número 1 del mundo a Lleyton Hewitt, André Agassi o Simona Halep.
En 2021 alcanzó en Miami su primera final de un Masters 1.000 y, tras un año 2022 menos prolífico, volvió con fuerza el año pasado, cuando sumó en Toronto su primer Masters 1.000, acabó el año entre los 8 mejores y quedó finalista del torneo de Maestros.
En esos años también empezó la rivalidad con Alcaraz, que este jueves 5 de junio revivirá, pero con un contexto totalmente distinto.
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