Johana Ordóñez vuelve a Guayas para convertirse en su emblema de la marcha
La campeona panamericana regresa a ser federada por el ente albiceleste casi 20 años después. Nunca se llevó bien con el frío, extrañaba los mariscos
Quien haya oído hablar a Johana Ordóñez dudaría mil veces que la marchista ecuatoriana, campeona de los Juegos Panamericanos 2019 y dueña del récord regional en los 50 km, es guayaquileña. El haber vivido por casi de dos décadas en la ciudad de Cuenca y representar durante todo ese tiempo a la Federación del Azuay hicieron que el acento se le pegara, pero hoy regresa a sus raíces.
La vicecampeona de los 35 kilómetros marcha del Nacional Interclubes, que se disputó el fin de semana pasado en Machala, fue una de las novedades del torneo. No porque su rendimiento haya sido malo (hizo 2:56:38), sino porque esta vez compitió con la bandera de la Federación Deportiva del Guayas, tras acogerse al artículo 2 del Reglamento General de la Ley del Deporte que habla sobre el Libre Tránsito. “Es el derecho de los deportistas representar a cualquier organización deportiva en el lugar donde se establezca su nuevo domicilio. Para el efecto, la/el deportista deberá acreditar y registrar su domicilio en el Ministerio Sectorial”, especifica el reglamento y así se cumplió.
Ordóñez, hoy de 34 años, cuenta que compitió por Fedeguayas cuando empezó en la marcha, entre los 11 y 13 años; luego de eso pasó a radicarse en Cuenca por pedido del entrenador Luis Chocho, quien se fijó en ella para despegar en el deporte, hasta que lo consiguió. Múltiples títulos nacionales e internacionales, así como pulsmarcas avalan el trabajo realizado en todo este tiempo, pero llegó el momento de volver, dice. Más aún cuando busca una clasificación a los Juegos Olímpicos, en París 2024, en una nueva distancia: 35 km.
“Estoy agradecida por todo lo que Cuenca y Azuay me brindaron y significan en mi vida, mis dos hijas nacieron allá; sin embargo, así como llegué a esa parte del país en busca de mejorar mi nivel, es que ahora doy este paso. Nací en Guayaquil, competí por Guayas y ahora regreso a casa enfocada nuevamente en mi carrera y en dar lo mejor al país. Incentivar a los niños de la provincia es otro gran aliciente; espero contribuir en algo desde mi experiencia”, precisó emocionada la deportista en charla con EXPRESO, al que le reveló que nunca se llevó bien con el frío. Más bien era otro de los “sacrificios” que le tocaba hacer.
Entre los recuerdos más gratos de su infancia que tiene en Guayaquil están haber empezado a marchar en la pista Víctor Emilio Estrada cuando esta era aún de tierra, tomar el bus para ir a los entrenamientos y amar todos los mariscos que la gastronomía de esta parte del país ofrece.
“Me fui a Cuenca muy joven solo por buscar mi sueño de ser una deportista de élite. Viajé sola con mi hermana y mi hermano a casa de un familiar, siendo todo incierto. Ahora que llega el momento de volver, lo hago también pensando en lo mejor para mi desarrollo deportivo”, precisa.
La andarina guayaquileña no cataloga el segundo lugar del Nacional en Machala como un mal resultado. Sostiene que es la primera plata sénior nacional de la provincia en un torneo de este tipo y que primero la competencia estaba fijada que sea para ella como un entrenamiento. Sin embargo, luego les informaron que las marcas iban a ser validadas para el ranking internacional.
Tanto ella, como Magaly Bonilla, quien lideró los 35 km haciendo 2:53:48, así como Paola Pérez, que fue tercera (2:59:37), calificaron al Sudamericano del 3 febrero en Lima, Perú, gracias a sus registros. Esto también sirvió para conformar la preselección de 18 andarines para ese torneo.
Tras el Sudamericano, Johana irá a México a un campamento hasta el 23 de febrero, luego se trasladará hasta España, donde esperará el Mundial de Marcha el 5 y 6 de marzo.