“Vengo de la misma humildad de Kiara”, la sentidas palabras de su entrenador
Medallistas. Kiara Rodríguez y el entrenador José Valdés con las de oro de París
José Bernardo Valdés González le tenía tanta fe a Kiara Rodríguez que, antes de viajar a París para los Juegos Paralímpicos, se tatuó la medalla en su brazo derecho. Y es que el estratega sabía el nivel de la deportista que llevaba a Francia y no dudó.
Si bien al inicio Kiara fue reclutada por Lázaro Pérez, entrenador de lanzamiento de bala, la deportista terminó dejando esa disciplina debido a un problema en su brazo.
Hoy, Valdés, con 55 años, bien puede ser como un padre para ella, ya que la madre de la deportista confiesa que, cuando no había dinero para el bus que la llevara desde la Isla Trinitaria hasta el estadio Modelo, era el entrenador quien cubría esos gastos. Si eso ocurrió en los momentos difíciles, ahora más que nunca ambos se merecen disfrutar las 2 medallas de oro.
¿Quién es José Valdés?
Es un entrenador de nacionalidad cubana que trabajo para la Federación Deportiva de Guayas y el Comité Paralímpico al mismo tiempo.
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La madrugada en que Kiara ganó la segunda medalla, su mamá lloraba al recordaba que cuando no había dinero para el bus, era usted el que les daba la mano, ¿es eso cierto?
Sí. Es una tarea que siempre he tenido como persona, porque vengo de la misma humildad que ellos; de ahí mismo salí antes que ellos. Cuando era joven, tenía 14 o 15 años, yo sembraba arroz, sin embargo me propuse ser una persona diferente, y lo logré.
¿De sembrador de arroz a medallas de oro en Ecuador?
Correcto. Luego de sembrar arroz, me preparé en Cuba y vine a Ecuador por un convenio que hay con este país. Llegué a dar lo mejor de mí, y gracias a Dios hoy Ecuador disfruta de mi trabajo.
¿Cuántos años lleva aquí?
Tengo 14 años.
Eso ya es como si fuera un ecuatoriano más, que no se enteren los cubanos...
No, no, no (sonríe) mi Cuba siempre presente. Cuba para mí es lo primero, a pesar de que doy todo por Ecuador, pero Cuba siempre está presente.
¿En qué momento usted dijo, “aquí hay madera” con Kiara?
Desde el 2018 eso ya se venía perfilando. Sus posibilidades mundiales eran amplias. Por ejemplo, primero iniciamos con los 200 metros, que era una de las disciplinas con más posibilidades. Después nos fuimos a los 100 metros.
¿Pero qué le aseguraba que estaba para ser medallista?
En Cuba hay unos parámetros que se miden, que se llaman el 70-90. Son medidas que se le hace a los niños en la etapa de desarrollo. A veces, los entrenadores no quieren esperar esa parte, aún cuando es muy importante, y con Kiara se lo hizo.
¿Cómo se dio entonces lo del salto largo?
Debo reconocer que era muy mala para salto largo. No mala, malísima (suelta una carcajada). Saltaba 3.19 metros, y en 100 metros tampoco es que era muy buena que digamos; corría en 16 segundos. Ya en 200 metros, era más o menos para el mundo en su categoría, pues hacía 28 segundos. Aún así con trabajo y entrega, todo cambió.
Ha sido su único entrenador, ¿ahora qué viene?
Creo que como entrenador ya tengo todos los títulos, al igual que ella como atleta. Considero que de aquí vamos a cerrar una página y abriremos otra... Pensamos ir un poquito más allá con los 200 metros; creo que hay posibilidades de una medalla también.
¿Usted en qué año o cuándo dijo, “estamos para medallas de oro”?
En 2019. Ahí ya fue campeona del mundo en salto con 16 años. Después vinieron los Juegos Paralímpicos de Tokio y se quedó con la medalla de bronce. Ahí nos tuvimos un sabor un poquito amargo porque esperábamos más, pero las condiciones climáticas no fueron favorables, y el calzado que teníamos en aquel momento tampoco era el ideal. Hoy, gracias a Dios, competimos con la última tecnología.
¿Qué le contesta al ‘gracias’ de todo el pueblo ecuatoriano que hoy goza con lo conseguido?
Que gracias a ustedes también por la acogida que me han dado y por considerarme un hijo más de este país.
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