Juan Manuel Correa: una carrera que se reinició a 280 kilómetros por hora
El piloto ecuatoriano de Fórmula 3 recordó en detalles el día de su accidente. Asegura que su camino deportivo continuará en busca del sueño de llegar a la élite. Le esperan cuatro cirugías más a final de temporada
"Aquel 31 de agosto de 2019 me levanté como cualquier otro sábado de carrera. Estábamos en Bélgica, en una ciudad muy pequeña. Cuando comenzamos la segunda vuelta, no vi ningún accidente mientras subía la parte más rápida de la pista, pero una pieza de un auto se deslizó y me pegó en el ala delantera metiéndose debajo de mis llantas. Perdí el control, no podía curvar, frenar tampoco. Las llantas frontales estaban en el aire. Me detuve lo que pude con las traseras, pensé que me iría contra la pared. Esto pasó a 280 kilómetros por hora. Cuando llegué al tope vi que había otro auto y se produjo el impacto. Todo pasó muy rápido. En verdad lo que más recuerdo es el golpe, el dolor en la parte inferior. Salí yo mismo del carro arrastrándome con las piernas hechas pedazos".
Top Ten para Juan Manuel Correa en Fórmula 3
Leer másA casi dos años del accidente que le obligó a empezar desde cero a Juan Manuel Correa (21) y que, además, le costó la vida a su amigo Anthoine Hubert, el piloto ecuatoriano de Fórmula 3 hace una retrospectiva al último año y medio que le significaron convertirse en "una persona más completa".
"Este accidente hace 30 o 40 años me hubiera matado seguro. El carro me ayudó, pero mi protección de fibra de carbono se rompió en dos, cosa que no debería pasar", cuenta el joven tricolor a EXPRESO, desde Barcelona (España), sin antes explicar el sinnúmero de seguridades que te ofrecen estos monoplazas de 700 kilogramos aproximadamente.
Todos los autos de Fórmula 1, 2 y 3 cuentan con la denominada 'célula de supervivencia', una especia de bañera hecha a base de fibra de carbono donde viaja el conductor. También existen otras partes que están fabricadas para desprenderse al instante y absorber la fuerza del impacto. Sin embargo, en esta ocasión, todo sucedió de tal manera "para que termine con el resultado fatal que terminó".
"No había manera de evitarlo, pero siempre se puede mejorar la seguridad de los carros. Espero que eso estén haciendo y hayan aprendido del accidente. Porque al final del día mi carro se partió en dos, mis piernas quedaron expuestas y eso me causó el daño que ahora tengo", continúa Correa.
Una vez hospitalizado de emergencia, Correa tenía clara una sola cosa: se estaba muriendo. "Mis pulmones estaban colapsando tres o cuatro días después del accidente. Por el impacto se llenaron de sangre. Me despedí de mis padres porque me estaba muriendo".
Los doctores no sabían exactamente qué era lo que sucedía con el piloto. Respirar le resultaba, además de doloroso, casi que imposible. "Trataron intubándome, sacándome el líquido de los pulmones, trataron con máscaras de presión. Inclusive empeoró la situación. Estaba convencido de que moriría con un colapso de pulmones", añade.
¿Qué fue lo que lo salvó? Correa agradece a la "suerte" de que en el hospital contaban con una "máquina que te oxigena la sangre sin utilizar tus pulmones". En ese momento fue cuando le indujeron al coma por dos semanas para que los órganos comprometidos se recuperen por su cuenta.
Juan Manuel Correa y un regreso promisorio
Leer másTras un largo proceso de rehabilitación -que aún continúa- y 20 cirugías, sus parámetros de aceptación de dolor incrementaron. Ahora puede tolerar lo que antes le hubiese sido imposible e, incluso, aprendió a ignorar aquellas molestias que no son tan severas. Sin embargo, este "proceso antinatural" le costó mucho porque era intervenido quirúrgicamente una vez al mes y en ocasiones hasta más.
"Aún me es complicado, tengo dolor en mi tobillo derecho todos los días y todo el día. Cada paso que doy siento dolor, pero puedo hacerlo. Me duele, pero no lo suficiente. Eso para mí es un regalo porque en su momento no sabía si volvería a caminar", continúa Correa, quien ahora puede movilizarse sin ayuda de nada.
El sueño de llegar a F1 continúa
Volver a correr después de tanto tiempo es como aprender a manejar desde cero. Así lo define Correa, mientras compite el campeonato mundial de Fórmula 3 en su año de retorno a las pistas a la par que continúa con su proceso de rehabilitación. "Estoy 100 % enfocado en la temporada, pero tengo doble trabajo con la recuperación que hago. Ha sido un año bastante duro también", cuenta el ecuatoriano.
La idea es ir escalando categorías, es decir, deberá conseguir un puesto en Fórmula 2. Pero sabe que no es fácil, porque solo existen 20 asientos en el mundo. Una vez que logre terminar en el top 3 de la F2, deberá buscar auspiciantes e ir por lugar en la máxima categoría: la Fórmula 1.
Pero, ¿cómo se consigue un asiento? "Uno enseña los resultados en su categoría previa y demuestra que está al nivel de dar el paso a la siguiente categoría. Cada una es más demandante. Otra cosa muy importante son los auspicios, en este deporte los auspiciantes personales son los que pagan la temporada, no es que los equipos te ven y deciden pagarte. Eso sucede cuando eres profesional. Inclusive en el primer año de F1 hay pilotos que debe conseguir auspiciantes", explica Correa.
El poder mental, clave en el proceso
La feliz vuelta de Juan Manuel Correa a la pista
Leer más"Almorcé con mi entrenador mental, tuve una gran charla con él preparándome para la carrera de la próxima semana, hablando de objetivos. Sobre cómo emocionalmente". Esta fue una de las respuestas que dio el piloto ecuatoriano al consultarle por su rutina diaria mientras no está corriendo a más de 200 kilómetros por hora.
Para entonces, la conversación dio pie a la interrogante sobre la prioridad entre lo físico y lo mental; respuesta que Correa tuvo más que clara al instante: "en el deporte la mentalidad representa un 80 % y lo físico el otro 20 %".
"Cualquiera tiene la capacidad y el potencial de hacerlo. Si yo te digo ven aquí, te pongo a mi entrenador, tú pones las horas y el esfuerzo, en un año o año y medio estarás al nivel físico necesario para ser piloto. La diferencia es el tema mental y la psicología, el talento es más mental que físico. Poder lidiar con esa presión en la pista es lo importante, poder relajarte cuando la situación se complica, eso es lo difícil", concluye.