Kayak: En la Isla Trinitaria se rema hacia la Tricolor
Niños del sur de Guayaquil practican el deporte como parte de un proyecto comunitario que ya tuvo atención de la ONU. Solo esperan ayuda estatal
En la Isla Trinitaria, sobre las aguas del estero Salado, crece una ilusión de más de medio centenar de niños y adolescentes, quienes comienzan a dominar los remos en una escuela de kayak, deporte de poco alcance en Ecuador, concentrado en Guayas y Santa Elena, pero que ha llegado a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
La idea nació del corazón de don Anderson Mosquera, un habitante del sector quien tenía un emprendimiento de alquiler de kayaks, pero que se conmovía al ver a muchos chicos que solo miraban desde lejos, a orillas del estero, porque no tenían 2 dólares para disfrutar de una hora de esparcimiento.
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Leer más“Era triste ese panorama, así que se me ocurrió la idea de hacer un programa para ayudarlos a salir de la calle, a que tengan la mente ocupada haciendo deporte”, comenta el esmeraldeño, quien labora como chofer.
Es así como, desde hace ocho meses, su proyecto tuvo eco en la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), de ahí que actualmente la escuela ya terminó el primer curso con 22 deportistas, quienes recibieron toda la indumentaria para la práctica del kayak.
Mosquera, junto a su esposa Venus Corozo, y sus hijos, son los encargados de atender a los pequeños, quienes también reciben alimentación en cada jornada, gracias al acompañamiento de Acnur. “No todos cuentan con recursos para un lunch, así que acá los apoyamos”, comenta Venus, una esmeraldeña que reside hace 25 años en la Isla Trinitaria.
La mujer, por lo vivido, ha visto perderse a muchos jóvenes en el sector. “La mayoría están muertos y los que están vivos han caído en la cárcel. Ahora los que más mueren son los jóvenes. Por eso hacemos todo el esfuerzo posible para alejar a estos niños de esa vida de peligro. Ojalá más personas, empresas e instituciones nos apoyen para trabajar con más chicos. Así tendremos los recursos para salvar más vidas…”, dice.
Para Billy Navarrete, director ejecutivo del CDH, la escuela deportiva “es un ejemplo súper original de aprovechar el deporte para el buen uso del tiempo libre y la generación de un aprendizaje para la convivencia”.
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Leer más“Hay un esfuerzo para potenciar esta iniciativa que ha nacido de uno de los moradores de la Trinitaria... la idea es hacer que estos niños tengan la posibilidad de competir y desarrollar una buena práctica, algo que debe tomar la política pública para ampliarlo y generar otros proyectos”, explica Navarrete.
El funcionario señala que la escuela de kayak es “un buen ejemplo” de que es posible superar problemas sociales con la práctica deportiva, especialmente en lugares excluidos como la Isla Trinitaria, donde también se beneficia a los niños y jóvenes hijos de refugiados y migrantes.
El iniciador del proyecto, Mosquera, es un amante de los deportes, cuyos hijos han jugado también fútbol y básquet en clubes históricos del país. Pero no todo es deporte, dentro del programa se les inculca a los chicos de la Trinitaria la limpieza del estero y a pensar en grande: proyectarse a competencias nacionales e internacionales, incluso en unos Juegos Olímpicos, como en su momento lo hiciera el kayakista César De Césare, abanderado en Londres 2012 y uno de los 180 deportistas que hoy registra la Federación Ecuatoriana de Canotaje.
Joaquín Burbano, presidente de esa entidad nacional, ve con optimismo el semillero que crece en la Isla Trinitaria. Incluso lo motiva tener un acercamiento, porque actualmente la selección de Ecuador está fortaleciendo las categorías menores, pues está en proceso un cambio generacional, debido a que las pruebas olímpicas han cambiado las distancias, a 500 y 1.000 metros.
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Leer más“Gente que se sume siempre es bueno; el canotaje es un deporte pequeño en nuestro país, que se centra en Guayas y recién se ha ampliado a Santa Elena. Hemos tratado de que se sumen más provincias, esperemos se pueda lograr pronto”, explica, y detalla que anualmente se realizan un promedio de ocho nacionales. Allá aspiran a llegar los chicos de la Isla Trinitaria.
“Los niños quieren seguir creciendo deportivamente. La ilusión de ellos y de nosotros, en la Fundación Delfi, es tener la oportunidad de competir. Pero necesitamos el financiamiento, porque somos gente de escasos recursos económicos; mis ahorros están invertidos en los kayaks, con los que ahora ayudo a los niños del sector. No tenemos recursos para pagar entrenadores, guía, salvavidas, ni el motorista, porque también hay un bote salvavidas; menos aún para el área administrativa”, exterioriza Evelin Mosquera, hija de don Anderson quien, junto a su madre, están pendientes de los chicos cuando llegan a entrenar y es la encargada del control.
APOYO ESTATAL INEXISTENTE
Con el objetivo de conseguir algún tipo de financiamiento, dice, el año pasado tuvieron un acercamiento con el Ministerio del Deporte, pero al poco tiempo todo se diluyó y no hubo más diálogo para fortalecer el proyecto que al momento, además de los 22 alumnos de la primera etapa, ya suma 40 nuevos inscritos para el próximo curso.
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Leer másEntre los postulantes hay hijos de refugiados y migrantes, la mayoría de nacionalidad venezolana. En el primer torneo interno, los campeones fueron, en individuales: Luana Riascos y Jackson Nazareno; mientras que en parejas sobresalieron José Ayoví y Katiuska Linares.
“Yo no tuve oportunidades, pero servir a los chicos me hace feliz”, dice don Anderson, quien siempre trata de darles lo mejor, porque hacer algo por ellos, que necesitan tanto, es una forma de agradecer a Dios, asegura.
Entre los deportistas hay quienes no tienen papá o mamá y los que tienen, no están en condiciones de ayudarlos. Mosquera gastó los ahorros que tenía para un carro en adquirir los kayaks y hoy brinda una ‘bolla de salvación’ para los niños y jóvenes de la Isla Trinitaria con anhelos de llegar a una selección nacional.